/ sábado 3 de octubre de 2020

¿ A quién imitar?

Tú y yo podemos observar como las personas se imitan unas a otras, esto no nos asombra, pues desde que nacemos estamos observando e imitando, es parte de nuestra naturaleza, por ejemplo, aprendemos el idioma materno observando e imitando las gesticulaciones y sonidos de la madre, también aprendemos a comportarnos conforme a lo que observamos e imitamos en nuestro núcleo familiar, y así nos vamos desarrollando en otros aspectos a lo largo de nuestra vida, observando e imitando.

Elegimos modelos y con ellos estilos de vida; los cuales nos proyectan resultados que deseamos alcanzar, que por lo general es bienestar en su verdadero significado, pero en muchos de los casos sin lograrlo.

Esto de imitar modelos no sólo se da de persona a persona, sino en todas las esferas de nuestro desarrollo: de familias a familias, de empresas a empresas, y en el nivel macro, lo podemos observar en como las naciones imitan a otras naciones. Por esto, es muy importante qué modelos elegimos para imitar, qué modelos a seguir se proyectan en una sociedad.

Recientemente leyendo unos artículos sobre a quién admiran los niños y jóvenes de esta generación, en ellos sobresalían modelos que tienen éxito exclusivamente en el sentido económico y la fama, líderes en el deporte, entre ellos el futbol, personajes de los realities, cantantes, actores, empresarios, políticos y aún narcotraficantes. Esto también se observa a nivel nacional, pues los modelos que se imitan son los que han alcanzado cierto éxito económico, ya que difícilmente o nunca se eligen modelos pobres.

Esto es fácil de entender, pues se comprende que la economía es un factor importante en el desarrollo humano, pero cuando ésta se vuelve el valor principal de una sociedad, esto nos habla de una sociedad materializada, lo cual es un síntoma muy peligroso, pues cuando el valor económico se vuelve lo más importante en la vida de las personas, la corrupción encuentra el camino abierto para prosperar en esa sociedad y la corrupción trae muerte.

Pongámoslo de esta manera, ¿has escuchado alguna vez la frase “el fin justifica los medios”?, esta expresión significa básicamente que no importa la ética que uno elija con tal de alcanzar el objetivo que uno se proponga, ahora, poniéndolo en el sentido de lo que estamos hablando, sería así: no importa la ética que se siga, no importa que en el camino de lograr la meta económica se tenga que destruir la vida de otros.

Desgraciadamente esta es la clase de cultura que estamos viendo más y más en esta nación y esta absorbiendo la mente y los corazones de las nuevas generaciones que serán los que se quedarán al frente de este país. Sin embargo, hay buenas noticias, es posible revertir el curso de putrefacción que estamos viendo en nuestra sociedad, y aunque el trabajo es enorme, es posible sembrar para el cambio que necesitamos.

El documento bíblico nos presenta el modelo perfecto de humanidad a imitar en la persona de Jesucristo, el cual no es ningún personaje mítico, místico o religioso, al contrario, su vida esta comprobada por la historia, y de la única manera que podemos verdaderamente conocerle es a través de este documento llamado la Biblia.

México ha tenido mucha religión, pero nunca ha experimentado el conocimiento puro de la persona y modelo de Jesucristo en sus hogares, en sus iglesias, en sus escuelas, en su política, en su economía, y en ninguna área de su desarrollo social, conocer e imitar a Jesucristo como nos lo revela la Biblia, esta es la esperanza para la restauración de nuestra nación y del mundo.

Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5:1)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

Tú y yo podemos observar como las personas se imitan unas a otras, esto no nos asombra, pues desde que nacemos estamos observando e imitando, es parte de nuestra naturaleza, por ejemplo, aprendemos el idioma materno observando e imitando las gesticulaciones y sonidos de la madre, también aprendemos a comportarnos conforme a lo que observamos e imitamos en nuestro núcleo familiar, y así nos vamos desarrollando en otros aspectos a lo largo de nuestra vida, observando e imitando.

Elegimos modelos y con ellos estilos de vida; los cuales nos proyectan resultados que deseamos alcanzar, que por lo general es bienestar en su verdadero significado, pero en muchos de los casos sin lograrlo.

Esto de imitar modelos no sólo se da de persona a persona, sino en todas las esferas de nuestro desarrollo: de familias a familias, de empresas a empresas, y en el nivel macro, lo podemos observar en como las naciones imitan a otras naciones. Por esto, es muy importante qué modelos elegimos para imitar, qué modelos a seguir se proyectan en una sociedad.

Recientemente leyendo unos artículos sobre a quién admiran los niños y jóvenes de esta generación, en ellos sobresalían modelos que tienen éxito exclusivamente en el sentido económico y la fama, líderes en el deporte, entre ellos el futbol, personajes de los realities, cantantes, actores, empresarios, políticos y aún narcotraficantes. Esto también se observa a nivel nacional, pues los modelos que se imitan son los que han alcanzado cierto éxito económico, ya que difícilmente o nunca se eligen modelos pobres.

Esto es fácil de entender, pues se comprende que la economía es un factor importante en el desarrollo humano, pero cuando ésta se vuelve el valor principal de una sociedad, esto nos habla de una sociedad materializada, lo cual es un síntoma muy peligroso, pues cuando el valor económico se vuelve lo más importante en la vida de las personas, la corrupción encuentra el camino abierto para prosperar en esa sociedad y la corrupción trae muerte.

Pongámoslo de esta manera, ¿has escuchado alguna vez la frase “el fin justifica los medios”?, esta expresión significa básicamente que no importa la ética que uno elija con tal de alcanzar el objetivo que uno se proponga, ahora, poniéndolo en el sentido de lo que estamos hablando, sería así: no importa la ética que se siga, no importa que en el camino de lograr la meta económica se tenga que destruir la vida de otros.

Desgraciadamente esta es la clase de cultura que estamos viendo más y más en esta nación y esta absorbiendo la mente y los corazones de las nuevas generaciones que serán los que se quedarán al frente de este país. Sin embargo, hay buenas noticias, es posible revertir el curso de putrefacción que estamos viendo en nuestra sociedad, y aunque el trabajo es enorme, es posible sembrar para el cambio que necesitamos.

El documento bíblico nos presenta el modelo perfecto de humanidad a imitar en la persona de Jesucristo, el cual no es ningún personaje mítico, místico o religioso, al contrario, su vida esta comprobada por la historia, y de la única manera que podemos verdaderamente conocerle es a través de este documento llamado la Biblia.

México ha tenido mucha religión, pero nunca ha experimentado el conocimiento puro de la persona y modelo de Jesucristo en sus hogares, en sus iglesias, en sus escuelas, en su política, en su economía, y en ninguna área de su desarrollo social, conocer e imitar a Jesucristo como nos lo revela la Biblia, esta es la esperanza para la restauración de nuestra nación y del mundo.

Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5:1)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.