/ viernes 15 de octubre de 2021

¿ A quién imitar?

Tú y yo podemos observar como las personas nos imitamos unas a otras, esto no nos asombra, pues desde que nacemos estamos observando e imitando, es parte de nuestra naturaleza, por ejemplo, aprendemos el idioma materno observando e imitando las gesticulaciones y sonidos de la madre, también aprendemos a comportarnos conforme a lo que observamos e imitamos en nuestro núcleo familiar, así nos vamos desarrollando en cada aspecto a lo largo de nuestra vida, observando e imitando.

Esto vamos haciendo en nuestro camino por la vida, eligiendo modelos y con ellos estilos de vida, los cuales nos proyectan resultados que deseamos alcanzar, que por lo general es bienestar en su verdadero significado, pero en muchos de los casos sin lograr ese verdadero bienestar.

Esto de imitar modelos no solo se da de persona a persona, del mismo modo lo hacemos en todas las esferas de nuestro desarrollo: de familias a familias, de empresas a empresas, y en el nivel macro lo observamos de nación a nación.

Por estas razones cobra gran importancia los modelos que elegimos para imitar, así como aquellos que se proyectan para seguir en una sociedad.

Recientemente leyendo unos artículos sobre a quién admiran los niños y jóvenes de esta generación, en ellos sobresalían modelos que tienen éxito exclusivamente en el sentido económico y de fama, líderes en el deporte, entre ellos el futbol, personajes de los realities, cantantes, actores, empresarios, políticos y aún narcotraficantes.

Esto también se observa a nivel nacional, pues los modelos que se imitan son los que han alcanzado cierto éxito económico, ya que difícilmente o nunca se eligen modelos pobres y esto es fácil de entender.

Pues se comprende que la economía es un factor importante en el desarrollo humano, pero cuando esta se vuelve el valor principal de una sociedad, esto nos habla de una sociedad materializada, lo cual es un síntoma muy peligroso, pues cuando el valor económico se vuelve lo más importante en la vida de las personas, la corrupción encuentra el camino abierto para prosperar en esa sociedad y la corrupción trae muerte.

Pongámoslo de esta manera, ¿has escuchado alguna vez la frase “el fin justifica los medios”?, esta expresión significa básicamente que no importa la ética que uno elija con tal de alcanzar el objetivo que uno se proponga, ahora, poniéndolo en el sentido de lo que estamos hablando, sería así: no importa la ética que se siga, no importa que en el camino de lograr la meta económica, se tenga que pisar y destruir la vida de otros.

Desgraciadamente esta es la clase de cultura que estamos viendo en esta nación, la cual esta absorbiendo la mente y los corazones de las nuevas generaciones que serán los que se quedarán al frente de este país.

Sin embargo, hay buenas noticias, es posible revertir el curso de putrefacción que estamos viendo en nuestra sociedad, y aunque el trabajo es enorme, es posible sembrar para el cambio que necesitamos.

El documento bíblico nos presenta el modelo perfecto de humanidad a imitar en la persona de Jesucristo, el cual no es ningún personaje mítico, místico o religioso, al contrario, su vida esta comprobada por la historia, y de la única manera que podemos verdaderamente conocerle es a través de este documento llamado la Biblia.

México ha tenido mucha religión, pero nunca ha experimentado el conocimiento de la persona y modelo de Jesucristo en sus hogares, en sus iglesias, en sus escuelas, en su política, en su economía, y en ninguna área de su desarrollo social, conocer e imitar a Jesucristo como nos lo revela la Biblia, esta es la esperanza para la restauración de nuestra nación.

Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5:1)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

________________________________

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.



Tú y yo podemos observar como las personas nos imitamos unas a otras, esto no nos asombra, pues desde que nacemos estamos observando e imitando, es parte de nuestra naturaleza, por ejemplo, aprendemos el idioma materno observando e imitando las gesticulaciones y sonidos de la madre, también aprendemos a comportarnos conforme a lo que observamos e imitamos en nuestro núcleo familiar, así nos vamos desarrollando en cada aspecto a lo largo de nuestra vida, observando e imitando.

Esto vamos haciendo en nuestro camino por la vida, eligiendo modelos y con ellos estilos de vida, los cuales nos proyectan resultados que deseamos alcanzar, que por lo general es bienestar en su verdadero significado, pero en muchos de los casos sin lograr ese verdadero bienestar.

Esto de imitar modelos no solo se da de persona a persona, del mismo modo lo hacemos en todas las esferas de nuestro desarrollo: de familias a familias, de empresas a empresas, y en el nivel macro lo observamos de nación a nación.

Por estas razones cobra gran importancia los modelos que elegimos para imitar, así como aquellos que se proyectan para seguir en una sociedad.

Recientemente leyendo unos artículos sobre a quién admiran los niños y jóvenes de esta generación, en ellos sobresalían modelos que tienen éxito exclusivamente en el sentido económico y de fama, líderes en el deporte, entre ellos el futbol, personajes de los realities, cantantes, actores, empresarios, políticos y aún narcotraficantes.

Esto también se observa a nivel nacional, pues los modelos que se imitan son los que han alcanzado cierto éxito económico, ya que difícilmente o nunca se eligen modelos pobres y esto es fácil de entender.

Pues se comprende que la economía es un factor importante en el desarrollo humano, pero cuando esta se vuelve el valor principal de una sociedad, esto nos habla de una sociedad materializada, lo cual es un síntoma muy peligroso, pues cuando el valor económico se vuelve lo más importante en la vida de las personas, la corrupción encuentra el camino abierto para prosperar en esa sociedad y la corrupción trae muerte.

Pongámoslo de esta manera, ¿has escuchado alguna vez la frase “el fin justifica los medios”?, esta expresión significa básicamente que no importa la ética que uno elija con tal de alcanzar el objetivo que uno se proponga, ahora, poniéndolo en el sentido de lo que estamos hablando, sería así: no importa la ética que se siga, no importa que en el camino de lograr la meta económica, se tenga que pisar y destruir la vida de otros.

Desgraciadamente esta es la clase de cultura que estamos viendo en esta nación, la cual esta absorbiendo la mente y los corazones de las nuevas generaciones que serán los que se quedarán al frente de este país.

Sin embargo, hay buenas noticias, es posible revertir el curso de putrefacción que estamos viendo en nuestra sociedad, y aunque el trabajo es enorme, es posible sembrar para el cambio que necesitamos.

El documento bíblico nos presenta el modelo perfecto de humanidad a imitar en la persona de Jesucristo, el cual no es ningún personaje mítico, místico o religioso, al contrario, su vida esta comprobada por la historia, y de la única manera que podemos verdaderamente conocerle es a través de este documento llamado la Biblia.

México ha tenido mucha religión, pero nunca ha experimentado el conocimiento de la persona y modelo de Jesucristo en sus hogares, en sus iglesias, en sus escuelas, en su política, en su economía, y en ninguna área de su desarrollo social, conocer e imitar a Jesucristo como nos lo revela la Biblia, esta es la esperanza para la restauración de nuestra nación.

Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5:1)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

________________________________

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.