/ lunes 13 de enero de 2020

50 AÑOS DEL MURAL DE LAS REVOLUCIONES

El 27 de diciembre del año próximo pasado, se cumplieron 50 años que el pintor y muralista Salvador Almaraz López terminó una de sus obras más importantes: el Mural de las Revoluciones, ubicado en Presidencia Municipal de Irapuato. Con 26 años de edad, yo era profesor de Educación Artística en la ETI # 63, hoy llamada Escuela Secundaria Técnica número 5; ya conocía los murales de la SEP, en ciudad de México; los murales en Morelia, Michoacán y los pintados en Alhóndiga de Granaditas por el maestro José Chávez Morado, por lo mismo, me entusiasmaba saber que estaban pintando uno, en nuestra ciudad. Solía ir, dos veces por semana a contemplar el avance. Los dos amigos, artistas y ayudantes del maestro Almaraz, José Oropeza y Manuel Hernández, me decían con la mirada: ¡retírate!, ¿qué deseas? Yo me resistía, pero nunca me atreví a comunicarles lo que anhelaba: colaborar con el maestro, aunque fuera limpiando los pinceles. En cambio, el maestro sí tuvo el valor de expresarle al entonces presidente municipal, doctor Ramón Hernández Granados: “me gustaría que el mural en nuestra ciudad, lo pintara un irapuatense, y ese, soy yo”. Como así fue. El mural es una síntesis de historia de México. En efecto, tres son las etapas de nuestra historia: Independencia, Reforma y Revolución. De izquierda a derecha, el mural inicia con los antecedentes de la Independencia: la llegada de los españoles con su cauda de brutalidad y muerte, representadas por Beltrán Nuño de Guzmán. La evangelización a cargo de algunos frailes. Las iglesias hospitales de Vasco de Quiroga, quien en sus manos sostiene el libro Utopía, escrito por el humanista Tomás Moro. En la parte central aparece Don Miguel Hidalgo y Costilla en sus dos alegorías: como párroco, como padre que sufría con su pueblo y como libertador, que tocó la campana para luchar por la Independencia de México. La consumación formal de la lucha por la independencia, no logró mejorar la condición del pueblo, razón por la cual surge la Reforma. La esencia de este movimiento social fue separar religión y política que estaban concentradas en las manos de la iglesia católica. El licenciado Benito Juárez logró tal hazaña, así como la derrota a las tropas francesas que querían establecer un imperio. Enseguida, la Revolución de 1910, representada por Aquiles Serdán, Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Francisco Villa y más a la derecha, está Venustiano Carranza. Al centro de la bóveda está la parte poética. La fundación de Irapuato, cuyo primer nombre era en lengua purépecha: Eraitzicutzio, “lugar donde se refleja la luna”. El amor imposible porque la luna era una diosa y él, un simple mortal. El Mural de las Revoluciones y la secundaria Instituto Pedro de Gante -toda proporción guardada- con cuatro meses de diferencia se realizaron o llevaron a cabo en el año de 1969, hace 50 años. ¡Felicidades! Saludos afectuosos al distinguido abogado Manuel Herrera Moreno y a la directora del IMCAR Atala Solorio por organizar el evento, “en vida, hermano” y con música de J. S. Bach.

El 27 de diciembre del año próximo pasado, se cumplieron 50 años que el pintor y muralista Salvador Almaraz López terminó una de sus obras más importantes: el Mural de las Revoluciones, ubicado en Presidencia Municipal de Irapuato. Con 26 años de edad, yo era profesor de Educación Artística en la ETI # 63, hoy llamada Escuela Secundaria Técnica número 5; ya conocía los murales de la SEP, en ciudad de México; los murales en Morelia, Michoacán y los pintados en Alhóndiga de Granaditas por el maestro José Chávez Morado, por lo mismo, me entusiasmaba saber que estaban pintando uno, en nuestra ciudad. Solía ir, dos veces por semana a contemplar el avance. Los dos amigos, artistas y ayudantes del maestro Almaraz, José Oropeza y Manuel Hernández, me decían con la mirada: ¡retírate!, ¿qué deseas? Yo me resistía, pero nunca me atreví a comunicarles lo que anhelaba: colaborar con el maestro, aunque fuera limpiando los pinceles. En cambio, el maestro sí tuvo el valor de expresarle al entonces presidente municipal, doctor Ramón Hernández Granados: “me gustaría que el mural en nuestra ciudad, lo pintara un irapuatense, y ese, soy yo”. Como así fue. El mural es una síntesis de historia de México. En efecto, tres son las etapas de nuestra historia: Independencia, Reforma y Revolución. De izquierda a derecha, el mural inicia con los antecedentes de la Independencia: la llegada de los españoles con su cauda de brutalidad y muerte, representadas por Beltrán Nuño de Guzmán. La evangelización a cargo de algunos frailes. Las iglesias hospitales de Vasco de Quiroga, quien en sus manos sostiene el libro Utopía, escrito por el humanista Tomás Moro. En la parte central aparece Don Miguel Hidalgo y Costilla en sus dos alegorías: como párroco, como padre que sufría con su pueblo y como libertador, que tocó la campana para luchar por la Independencia de México. La consumación formal de la lucha por la independencia, no logró mejorar la condición del pueblo, razón por la cual surge la Reforma. La esencia de este movimiento social fue separar religión y política que estaban concentradas en las manos de la iglesia católica. El licenciado Benito Juárez logró tal hazaña, así como la derrota a las tropas francesas que querían establecer un imperio. Enseguida, la Revolución de 1910, representada por Aquiles Serdán, Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Francisco Villa y más a la derecha, está Venustiano Carranza. Al centro de la bóveda está la parte poética. La fundación de Irapuato, cuyo primer nombre era en lengua purépecha: Eraitzicutzio, “lugar donde se refleja la luna”. El amor imposible porque la luna era una diosa y él, un simple mortal. El Mural de las Revoluciones y la secundaria Instituto Pedro de Gante -toda proporción guardada- con cuatro meses de diferencia se realizaron o llevaron a cabo en el año de 1969, hace 50 años. ¡Felicidades! Saludos afectuosos al distinguido abogado Manuel Herrera Moreno y a la directora del IMCAR Atala Solorio por organizar el evento, “en vida, hermano” y con música de J. S. Bach.