/ sábado 18 de julio de 2020

¿Aún no pierdes el miedo a hablar en público?

Se dice que hablar en público es el mayor miedo de la humanidad, por encima de la muerte. Y es que, estar frente a un grupo de personas (de forma virtual o presencial) provoca sudoración excesiva, que las manos comiencen a estorbar, además de comezón inesperada y repetida porque pensamos que el resultado nos perseguirá toda la vida.

Esto es un problema para gran parte de la población desde siempre, pero ahora, con la pandemia algunos han tenido que migrar sus modelos de negocios a lo digital, y eso en significa hacer videollamadas o webinars, y aunque el público no está físicamente, el miedo se traslada a la cámara.

Realmente, la gente nos da menos importancia de la que imaginamos y lo que para nosotros es cuestión de angustia y estrés durante días, para los demás es asunto de escucharnos/vernos un rato.

El escritor Mark Twain lo dijo claramente, hay dos tipos de oradores: los que están nerviosos y los que mienten. En general, los expertos en oratoria dicen que el miedo no se va, pero se controla con el tiempo.

Frecuentemente me piden consejos mejorar las presentaciones en público, aunque no soy experta en el tema, lo que me funciona es:


  1. Identifica lo que deseas comunicar, es decir, vender, informar, pasar el tiempo, buscar alianzas, eso determinará el discurso que daremos.


  2. Conoce lo más que puedas sobre el tema. Suena muy obvio, pero es la recomendación que muchos olvidan. Nunca falta alguien más informado o actualizado que desee corregir la plana. Además, demuestra poca seriedad hablar de un tema que no se conoce, sobre todo si es una sesión programada como una clase, exposición o reunión de negocios (Leer columna ¿Eres barato o cobras poco?).


  3. Prepárate y familiarízate con la tecnología, desde la utilización del programa que usarás para plasmar la información, instalación del cañón, uso de computadora, etc. Y si es en línea, las funciones de las diversas aplicaciones que existen.


  4. Relájate, suponer que todo mundo estará viendo hasta el más mínimo detalle en nuestras palabras o movimientos nos vuelve proclives a las equivocaciones y a veces lo que para nosotros es el más grande error de la presentación, pasa desapercibido para los demás.


  5. Practica, practica y practica. Y una cosa más: practica. Se dice que hay que ensayar frente al espejo, aunque me parece que el estrés de verse a uno mismo reduce los movimientos naturales que tendremos en la presentación. Funciona más poner el celular y grabarse.


No existen métodos mágicos, todos requieren esfuerzo y voluntad, mucho trabajo previo pero vale la pena La constancia también es importante, vas a presentar algo una vez al año, es probable que tengas que re-aprender todo.


Recuerda, si fuera fácil, cualquiera lo haría bien.

Se dice que hablar en público es el mayor miedo de la humanidad, por encima de la muerte. Y es que, estar frente a un grupo de personas (de forma virtual o presencial) provoca sudoración excesiva, que las manos comiencen a estorbar, además de comezón inesperada y repetida porque pensamos que el resultado nos perseguirá toda la vida.

Esto es un problema para gran parte de la población desde siempre, pero ahora, con la pandemia algunos han tenido que migrar sus modelos de negocios a lo digital, y eso en significa hacer videollamadas o webinars, y aunque el público no está físicamente, el miedo se traslada a la cámara.

Realmente, la gente nos da menos importancia de la que imaginamos y lo que para nosotros es cuestión de angustia y estrés durante días, para los demás es asunto de escucharnos/vernos un rato.

El escritor Mark Twain lo dijo claramente, hay dos tipos de oradores: los que están nerviosos y los que mienten. En general, los expertos en oratoria dicen que el miedo no se va, pero se controla con el tiempo.

Frecuentemente me piden consejos mejorar las presentaciones en público, aunque no soy experta en el tema, lo que me funciona es:


  1. Identifica lo que deseas comunicar, es decir, vender, informar, pasar el tiempo, buscar alianzas, eso determinará el discurso que daremos.


  2. Conoce lo más que puedas sobre el tema. Suena muy obvio, pero es la recomendación que muchos olvidan. Nunca falta alguien más informado o actualizado que desee corregir la plana. Además, demuestra poca seriedad hablar de un tema que no se conoce, sobre todo si es una sesión programada como una clase, exposición o reunión de negocios (Leer columna ¿Eres barato o cobras poco?).


  3. Prepárate y familiarízate con la tecnología, desde la utilización del programa que usarás para plasmar la información, instalación del cañón, uso de computadora, etc. Y si es en línea, las funciones de las diversas aplicaciones que existen.


  4. Relájate, suponer que todo mundo estará viendo hasta el más mínimo detalle en nuestras palabras o movimientos nos vuelve proclives a las equivocaciones y a veces lo que para nosotros es el más grande error de la presentación, pasa desapercibido para los demás.


  5. Practica, practica y practica. Y una cosa más: practica. Se dice que hay que ensayar frente al espejo, aunque me parece que el estrés de verse a uno mismo reduce los movimientos naturales que tendremos en la presentación. Funciona más poner el celular y grabarse.


No existen métodos mágicos, todos requieren esfuerzo y voluntad, mucho trabajo previo pero vale la pena La constancia también es importante, vas a presentar algo una vez al año, es probable que tengas que re-aprender todo.


Recuerda, si fuera fácil, cualquiera lo haría bien.