/ sábado 25 de enero de 2020

Ausencia de México en el Mundo

Una de las obligaciones del presidente, según el artículo 89 de la Constitución, es dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, y durante décadas los presidentes de la República han funcionado como representantes tanto políticos como comerciales, y a partir de los espacios internacionales han generado vínculos, atraído inversión y representado a México ante el mundo.

El presidente López Obrador desde que inicio de su mandato ha mostrado muy poco interés en asistir a eventos internacionales y aunque en algunos casos es totalmente justificable, hay otros en donde su presencia pudo redundar en beneficios políticos y comerciales para México, y el vacío que deja no se suple con funcionarios como el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard o la secretaria de Economía Graciela Márquez.

La reunión del G-20 y los dos Foros Económicos Mundiales que han dejado pasar son ejemplo de las reuniones en donde era necesaria la presencia del Presidente, ya que además de los mandatarios de muchos países asisten líderes empresariales, sociales, políticos e intelectuales que influyen a nivel mundial en aspectos que van de la economía al medio ambiente. No está de más recordar que fue precisamente en una reunión del Foro Económico Mundial donde fue propuesto por primera vez el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Los vacíos de autoridad que se dejan suelen ser ocupados de inmediato y por eso cada vez son más frecuentes noticias como la reducción del 15.22% en la Inversión Extranjera Directa (IED) el segundo trimestre del año pasado, el retroceso del lugar 12 al 13 en recepción de inversión y la salida de México de los 10 países más atractivos del mundo para invertir.

El año pasado, México también estuvo ausente de la Cumbre del G 20 en Japón (junio) y de la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (septiembre), uno de los espacios internacionales más importantes en el mundo, y este año tampoco se tiene previsto asistir a la cumbre de líderes de la Alianza del Pacífico, de la que México forma parte con Chile, Colombia y Perú.

Por otro lado, acciones como el “rescate” y asilo político que se le dio al expresidente de Bolivia Evo Morales, después de mantenerse en el poder con una votación fraudulenta y ser expulsado por movilizaciones sociales, o la presencia de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela que ha modificado la ley para mantenerse en el poder, en el marco de la toma de protesta de López Obrador como presidente de la República, coloca a nuestro país en el lado incorrecto de la historia.

Es necesario que se asuman las responsabilidades internacionales propias de la Presidencia de la República y que México vuelva a estar presente ante el mundo de la mejor manera posible, ya que el aumento de la violencia y la crisis humanitaria en la frontera sur, sumado a la ausencia en los espacios internacionales, cada día generarán más consecuencias económicas y políticas.

@JCRomeroHicks

Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN

Una de las obligaciones del presidente, según el artículo 89 de la Constitución, es dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, y durante décadas los presidentes de la República han funcionado como representantes tanto políticos como comerciales, y a partir de los espacios internacionales han generado vínculos, atraído inversión y representado a México ante el mundo.

El presidente López Obrador desde que inicio de su mandato ha mostrado muy poco interés en asistir a eventos internacionales y aunque en algunos casos es totalmente justificable, hay otros en donde su presencia pudo redundar en beneficios políticos y comerciales para México, y el vacío que deja no se suple con funcionarios como el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard o la secretaria de Economía Graciela Márquez.

La reunión del G-20 y los dos Foros Económicos Mundiales que han dejado pasar son ejemplo de las reuniones en donde era necesaria la presencia del Presidente, ya que además de los mandatarios de muchos países asisten líderes empresariales, sociales, políticos e intelectuales que influyen a nivel mundial en aspectos que van de la economía al medio ambiente. No está de más recordar que fue precisamente en una reunión del Foro Económico Mundial donde fue propuesto por primera vez el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Los vacíos de autoridad que se dejan suelen ser ocupados de inmediato y por eso cada vez son más frecuentes noticias como la reducción del 15.22% en la Inversión Extranjera Directa (IED) el segundo trimestre del año pasado, el retroceso del lugar 12 al 13 en recepción de inversión y la salida de México de los 10 países más atractivos del mundo para invertir.

El año pasado, México también estuvo ausente de la Cumbre del G 20 en Japón (junio) y de la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (septiembre), uno de los espacios internacionales más importantes en el mundo, y este año tampoco se tiene previsto asistir a la cumbre de líderes de la Alianza del Pacífico, de la que México forma parte con Chile, Colombia y Perú.

Por otro lado, acciones como el “rescate” y asilo político que se le dio al expresidente de Bolivia Evo Morales, después de mantenerse en el poder con una votación fraudulenta y ser expulsado por movilizaciones sociales, o la presencia de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela que ha modificado la ley para mantenerse en el poder, en el marco de la toma de protesta de López Obrador como presidente de la República, coloca a nuestro país en el lado incorrecto de la historia.

Es necesario que se asuman las responsabilidades internacionales propias de la Presidencia de la República y que México vuelva a estar presente ante el mundo de la mejor manera posible, ya que el aumento de la violencia y la crisis humanitaria en la frontera sur, sumado a la ausencia en los espacios internacionales, cada día generarán más consecuencias económicas y políticas.

@JCRomeroHicks

Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN