/ sábado 19 de mayo de 2018

CARPE DIEM

DICOTOMÍA SOCIAL

“Vota por aquél que prometa menos. Será el que menos te decepcione.”

Bernard M. Baruch (1870-1965) Financiero y asesor presidencial estadounidense.

Lic. Francisco Sunderland Álvarez

Nos dice el Diccionario de la Real Academia Española, que la voz “dicotomía” significa, esencialmente “división en dos partes” y es, precisamente así, en la que se aprecia polarizada, a “grosso modo”, aproximadamente, la sociedad mexicana.

Ya de por sí, cuando en preparatoria se convocaba a concursos de oratoria, se especificaba, tajantemente, que estaban prohibidos tres temas: sexo, religión y política, precisamente por la enorme divergencia que provocan estos temas.

Ante nuestra pavorosa realidad política, en esta contienda por dirigir los destinos nacionales, todos los actores, por sí o por interpósitas personas, difunden imágenes y advertencias, que buscan, no solo generar miedo en la población sino, digamos, hasta pánico y todos ostentándose como sembradores de ilusiones.

“Divide y vencerás” es una frase atribuida a Julio César (100-44 aC) que utilizó en sus batallas contra los galos, a quienes opuso entre sí para vencerlos. Esta frase ha impactado tanto que, posteriormente, la consignó la Biblia en (Mt 12, 25) cuando dice que “…todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá,,,".

Estas difusiones en redes sociales, son advertencias que repercuten históricamente en México por la sencilla razón de que es en donde nos ha tocado vivir y desempeñar, a cada uno, un papel preponderante dentro de la trama de esta magna tragicomedia.

Todos señalan, abierta o veladamente, que es un riesgo innecesario votar por alguno de sus contrincantes y que, cada uno de ellos, son quienes ofrecen soluciones reales.

Todos presumen traer bajo la manga una varita mágica que resolverá todos los males, todos hablan fuerte, algunos con palabras claras, completas y voz audible; otros hay que adivinarles lo que quisieron decir; otros, tajantes, arrabaleros, pero, ¿alguno hablará en serio y estará dispuesto a ofrendarse, en el sentido estricto de la palabra, por México?

Lo dudo. Además, sobra decir que se ignoran las experiencias pasadas, tanto de México como de otros países que sirven de cimientos para construir un mejor ambiente universal y se está buscando desesperadamente en las ramas lo que solo se encuentra en las raíces.

Por ejemplo, decía Georges-Jaques Danton (1759-1794), revolucionario francés, que “son necesarias muchas generaciones humanas para poder pasar de una forma de gobierno a otra. Antes de construir una ciudad, hay que formar ciudadanos”.

¿Tendremos en México una verdadera ciudadanía responsable tanto con sus congéneres como con su entorno?

Constantemente vemos a integrantes de grupos o comunidades que se creen o se imaginan como los únicos que detentan y mantienen la verdad absoluta y ven en los demás a feroces enemigos contra los que habrán de defenderse a capa y espada y, peor aún, cuando ante cualquier leve crítica a su modo de ver las cosas, lo sienten como un reto, como una ignorancia que solo se “lava” con una crucifixión y sin siquiera ponderar lo que se les planteó.

Cada vez hay más mexicanos hartos de tanta división y que no cuajan en ninguno de esos movimientos y a causa de ese hartazgo, las más de las veces se dedican a ejercer la indiferencia o la “crítica de café”.

Otros ya desprecian hasta tal punto los grupos o comunidades en que se han desempeñado, que ven con mejores ojos cambiarse con aquellos que se han separado. No faltan los que se encierran en sí mismos y desprecian todos los movimientos.

No cabe duda que, como decía Tito Livio (59 aC – 19 dC) y que sigue siendo una tremenda y actualizada radiografía humana: "el miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son". No cabe duda que el actual grillete de la esclavitud es el miedo.

Apreciables lectores, concluiré con una frase que vale por sí misma: “Que no haya ilusos, para que no haya desilusionados”, Manuel Gómez Morín (1897-1972) Ex Rector de la UNAM.

Universalmente les deseo, hoy y siempre, Salud, para que logremos nuestros objetivos en la vida. Fuerza, para que no nos desalentemos ante las adversidades y, Unión, para que no seamos divididos en nuestras convicciones. Prohibida su reproducción parcial o total. La copia o distribución no autorizada de este artículo por el autor y, en su caso, su correspondiente imagen, infringe los derechos de autor.

fsacomentarios@gmail.com

DICOTOMÍA SOCIAL

“Vota por aquél que prometa menos. Será el que menos te decepcione.”

Bernard M. Baruch (1870-1965) Financiero y asesor presidencial estadounidense.

Lic. Francisco Sunderland Álvarez

Nos dice el Diccionario de la Real Academia Española, que la voz “dicotomía” significa, esencialmente “división en dos partes” y es, precisamente así, en la que se aprecia polarizada, a “grosso modo”, aproximadamente, la sociedad mexicana.

Ya de por sí, cuando en preparatoria se convocaba a concursos de oratoria, se especificaba, tajantemente, que estaban prohibidos tres temas: sexo, religión y política, precisamente por la enorme divergencia que provocan estos temas.

Ante nuestra pavorosa realidad política, en esta contienda por dirigir los destinos nacionales, todos los actores, por sí o por interpósitas personas, difunden imágenes y advertencias, que buscan, no solo generar miedo en la población sino, digamos, hasta pánico y todos ostentándose como sembradores de ilusiones.

“Divide y vencerás” es una frase atribuida a Julio César (100-44 aC) que utilizó en sus batallas contra los galos, a quienes opuso entre sí para vencerlos. Esta frase ha impactado tanto que, posteriormente, la consignó la Biblia en (Mt 12, 25) cuando dice que “…todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá,,,".

Estas difusiones en redes sociales, son advertencias que repercuten históricamente en México por la sencilla razón de que es en donde nos ha tocado vivir y desempeñar, a cada uno, un papel preponderante dentro de la trama de esta magna tragicomedia.

Todos señalan, abierta o veladamente, que es un riesgo innecesario votar por alguno de sus contrincantes y que, cada uno de ellos, son quienes ofrecen soluciones reales.

Todos presumen traer bajo la manga una varita mágica que resolverá todos los males, todos hablan fuerte, algunos con palabras claras, completas y voz audible; otros hay que adivinarles lo que quisieron decir; otros, tajantes, arrabaleros, pero, ¿alguno hablará en serio y estará dispuesto a ofrendarse, en el sentido estricto de la palabra, por México?

Lo dudo. Además, sobra decir que se ignoran las experiencias pasadas, tanto de México como de otros países que sirven de cimientos para construir un mejor ambiente universal y se está buscando desesperadamente en las ramas lo que solo se encuentra en las raíces.

Por ejemplo, decía Georges-Jaques Danton (1759-1794), revolucionario francés, que “son necesarias muchas generaciones humanas para poder pasar de una forma de gobierno a otra. Antes de construir una ciudad, hay que formar ciudadanos”.

¿Tendremos en México una verdadera ciudadanía responsable tanto con sus congéneres como con su entorno?

Constantemente vemos a integrantes de grupos o comunidades que se creen o se imaginan como los únicos que detentan y mantienen la verdad absoluta y ven en los demás a feroces enemigos contra los que habrán de defenderse a capa y espada y, peor aún, cuando ante cualquier leve crítica a su modo de ver las cosas, lo sienten como un reto, como una ignorancia que solo se “lava” con una crucifixión y sin siquiera ponderar lo que se les planteó.

Cada vez hay más mexicanos hartos de tanta división y que no cuajan en ninguno de esos movimientos y a causa de ese hartazgo, las más de las veces se dedican a ejercer la indiferencia o la “crítica de café”.

Otros ya desprecian hasta tal punto los grupos o comunidades en que se han desempeñado, que ven con mejores ojos cambiarse con aquellos que se han separado. No faltan los que se encierran en sí mismos y desprecian todos los movimientos.

No cabe duda que, como decía Tito Livio (59 aC – 19 dC) y que sigue siendo una tremenda y actualizada radiografía humana: "el miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son". No cabe duda que el actual grillete de la esclavitud es el miedo.

Apreciables lectores, concluiré con una frase que vale por sí misma: “Que no haya ilusos, para que no haya desilusionados”, Manuel Gómez Morín (1897-1972) Ex Rector de la UNAM.

Universalmente les deseo, hoy y siempre, Salud, para que logremos nuestros objetivos en la vida. Fuerza, para que no nos desalentemos ante las adversidades y, Unión, para que no seamos divididos en nuestras convicciones. Prohibida su reproducción parcial o total. La copia o distribución no autorizada de este artículo por el autor y, en su caso, su correspondiente imagen, infringe los derechos de autor.

fsacomentarios@gmail.com

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