Desde la primera vez que escuché que las ideas tienen consecuencias, me cayó el veinte, como decimos en México, de la razón de ser de muchas cosas. Por eso nunca dejaré de señalar esta gran verdad.
La cual se aplica nuevamente para entender los tiempos precarios que estamos viviendo, ya que la sociedad moderna esta escogiendo como fundamento ideas frágiles, inestables e inseguras para fincar nuestra civilización.
Déjame y me explico mejor. La sociedad esta construida por personas, lo cual implica que cada individuo interactúa con el otro. Por esta razón, la persona necesita reconocer su propio valor para poder notar ese mismo valor en el otro, esto se vuelve indispensable para que pueda crearse un sano tejido social.
Por eso, cuando una sociedad pierde de vista este principio elemental, dicha sociedad esta destinada a colapsar, porque el hombre termina volviéndose contra el mismo hombre, dándose todo tipo de comportamientos negativos como el odio, el crimen, la violencia, donde la maldad en el corazón humano se desenfrena de unos contra otros cuando el individuo carece de un auténtico valor personal.
Pues nadie puede amar y respetar a otro ser humano si primero no reconoce su propio valor, en otras palabras, si primero no se ama a sí mismo.
La sociedad moderna en una inmensa mayoría ha perdido de vista este principio elemental, sufriendo terribles daños en su desarrollo, al intercambiar este principio por la idea de que el ser humano vino de la nada ya que es un producto de la evolución, y esta idea se enseña religiosamente en todas las plataformas educativas.
¿Cómo puede la idea de la evolución dar un auténtico valor al individuo?, imposible, no puede dárselo, al contrario, esta filosofía de la evolución orilla a la persona a creer que el ser humano no es nada especial ni tiene nada que lo diferencie de otros seres de la naturaleza, por lo tanto ni él ni nadie tiene un valor especial para que su vida tenga un propósito significativo.
Por lógica, este pensamiento conduce a la idea de que los actos de maldad que el individuo pueda realizar en contra de otro individuo no es un asunto grave, ni mucho menos que merezca sanciones severas.
Aunque muchos creen que la teoría de la evolución es solo una cuestión de biología, están muy equivocados, pues esta teoría esta metida es nuestro desarrollo social, en la creación de nuestras leyes, en el desarrollo de nuestra economía, en la educación, en el entretenimiento, en fin, en todas las áreas de nuestro quehacer humano.
La teoría de la evolución induce al pensamiento del individuo a creerse su propio dios y que su único propósito es la autocomplacencia, perdiendo ante sus ojos el valor de las demás personas y el propósito de hacerles el bien, ya que lo único que importa es cumplir sus metas personales aún cuando el lograrlas signifique pisotear o incluso aniquilar el derecho del otro.
Por eso, estas crisis de valor personal en las sociedades se han manifestado como uno de los indicios cuando una civilización se dirige a su ruina.
Lamentablemente la sociedad moderna ha ignorado este indicio, creyendo ilusamente que al fincar sobre la teoría de la evolución esta innovando en la historia y que sus ideas la van a llevar al primer mundo, cuando en realidad al único lugar donde nos están dirigiendo es a un profundo hoyo negro de inestabilidad e incertidumbre.
La única salida para esta sociedad moderna es reconocer el grave error que ha sido confiar en la teoría de la evolución como fundamento, y considerar de vuelta los principios que no cambian porque son los que han probado dar al individuo el auténtico valor personal que necesita para poder valorar de igual manera a los demás.
“Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Levítico 19:18
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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.
