/ jueves 26 de noviembre de 2020

EL PREMIO NÓBEL DE QUÍMICA 2020 ES OTORGADO A DOS CIENTÍFICAS BIOTECNÓLOGAS

Dra. María Cristina Del Rincón Castro

Departamento de Alimentos,
División de Ciencias de la Vida,
Campus Irapuato-Salamanca,
Universidad de Guanajuato


El mundo en el 2020 se volvió loco, el COVID19 puso a la humanidad entera de cabeza, y los premios Nóbel en el área de Química, lo remataron!!!. En un momento crítico para nuestro país, en dónde se cuestiona si la Biotecnología es importante o no, se le otorga el premio Nóbel de Química a dos jóvenes científicas mujeres, a la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense, Jennifer Doudna, quiénes mediante herramientas Biotecnológicas, desarrollaron un método para editar genes, con el cuál se podría, en una de sus múltiples aplicaciones potenciales, ayudar a combatir el cáncer.

Son la sexta y séptima mujer que ganan un premio Nobel en toda su historia. No ha habido mucha justicia para las mujeres, a la hora de otorgar este Premio y es claro que existe una brecha de género. Los números son claros y contundentes, se han otorgado un total de 950 premios Nobel, pero menos del 6% de estos (54), se han otorgado a mujeres.


Las razones de ello, no se alcanzarían a discutir en este artículo, creo que no se alcanzarán a analizar y clarificar en lo que me resta de vida. Charpentier y Doudna, desde el año 2012, publicaron un novedoso trabajo de ciencia básica, sí, esa ciencia que muchos argumentan que no sirve para nada, aunque años más tarde vean su aplicación reflejada en alternativas para curar enfermedades, para desarrollar una nueva tecnología, para crear un teléfono celular, etc.

Ellas demostraron que muchas bacterias, principalmente Arqueobacterias (bacterias primitivas), poseen una especie de “sistema inmune” para defenderse de la infección por bacteriófagos (virus que atacan bacterias). A este sistema se le denomina CRISPR/Cas9 (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats/CRISPER associated system), donde Cas representan a una serie de proteínas asociadas al sistema CRISPR. Este sistema es una poderosa herramienta molecular, para “editar” o “corregir” el genoma de cualquier célula, incluyendo a las células humanas, ya que son unas tijeras moleculares capaces de cortar cualquier molécula de DNA, de forma muy precisa y completamente controlada y debido a esto, es posible modificar su secuencia, eliminando o insertando nuevo DNA.

¿Para qué le sirve esto a una Sociedad que paga impuestos, de los cuáles, los científicos obtenemos nuestros salarios? Podría servir en un futuro muy cercano, para curar múltiples enfermedades que hasta ahora eran incurables, como diferentes tipos de cáncer, el Síndrome de Down, e incluso, para lograr que nuestras propias células puedan destruir al VIH y porque no, al mismo SARS-Cov-2. Por esta razón esas dos maravillosas mujeres recibieron el Premio Nóbel, no por ser mujeres, sino por aportar a la humanidad, una de las herramientas potenciales más poderosas, que un día podrán curar a tu hijo, al de ellas, al mío. La ciencia nunca tomará atajos, ni será una salida fácil para resolver y explicar los problemas de la humanidad, pero sin duda alguna, es la medida más directa, certera, real, y ética, para que mañana, podamos enfrentar a un nuevo virus, a una nueva enfermedad, de una forma reproducible y veraz. Gracias Charpentier y Doudna, por entender y demostrar con trabajo, que el conocimiento, no debería tener género ni nacionalidad.

Dra. María Cristina Del Rincón Castro

Departamento de Alimentos,
División de Ciencias de la Vida,
Campus Irapuato-Salamanca,
Universidad de Guanajuato


El mundo en el 2020 se volvió loco, el COVID19 puso a la humanidad entera de cabeza, y los premios Nóbel en el área de Química, lo remataron!!!. En un momento crítico para nuestro país, en dónde se cuestiona si la Biotecnología es importante o no, se le otorga el premio Nóbel de Química a dos jóvenes científicas mujeres, a la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense, Jennifer Doudna, quiénes mediante herramientas Biotecnológicas, desarrollaron un método para editar genes, con el cuál se podría, en una de sus múltiples aplicaciones potenciales, ayudar a combatir el cáncer.

Son la sexta y séptima mujer que ganan un premio Nobel en toda su historia. No ha habido mucha justicia para las mujeres, a la hora de otorgar este Premio y es claro que existe una brecha de género. Los números son claros y contundentes, se han otorgado un total de 950 premios Nobel, pero menos del 6% de estos (54), se han otorgado a mujeres.


Las razones de ello, no se alcanzarían a discutir en este artículo, creo que no se alcanzarán a analizar y clarificar en lo que me resta de vida. Charpentier y Doudna, desde el año 2012, publicaron un novedoso trabajo de ciencia básica, sí, esa ciencia que muchos argumentan que no sirve para nada, aunque años más tarde vean su aplicación reflejada en alternativas para curar enfermedades, para desarrollar una nueva tecnología, para crear un teléfono celular, etc.

Ellas demostraron que muchas bacterias, principalmente Arqueobacterias (bacterias primitivas), poseen una especie de “sistema inmune” para defenderse de la infección por bacteriófagos (virus que atacan bacterias). A este sistema se le denomina CRISPR/Cas9 (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats/CRISPER associated system), donde Cas representan a una serie de proteínas asociadas al sistema CRISPR. Este sistema es una poderosa herramienta molecular, para “editar” o “corregir” el genoma de cualquier célula, incluyendo a las células humanas, ya que son unas tijeras moleculares capaces de cortar cualquier molécula de DNA, de forma muy precisa y completamente controlada y debido a esto, es posible modificar su secuencia, eliminando o insertando nuevo DNA.

¿Para qué le sirve esto a una Sociedad que paga impuestos, de los cuáles, los científicos obtenemos nuestros salarios? Podría servir en un futuro muy cercano, para curar múltiples enfermedades que hasta ahora eran incurables, como diferentes tipos de cáncer, el Síndrome de Down, e incluso, para lograr que nuestras propias células puedan destruir al VIH y porque no, al mismo SARS-Cov-2. Por esta razón esas dos maravillosas mujeres recibieron el Premio Nóbel, no por ser mujeres, sino por aportar a la humanidad, una de las herramientas potenciales más poderosas, que un día podrán curar a tu hijo, al de ellas, al mío. La ciencia nunca tomará atajos, ni será una salida fácil para resolver y explicar los problemas de la humanidad, pero sin duda alguna, es la medida más directa, certera, real, y ética, para que mañana, podamos enfrentar a un nuevo virus, a una nueva enfermedad, de una forma reproducible y veraz. Gracias Charpentier y Doudna, por entender y demostrar con trabajo, que el conocimiento, no debería tener género ni nacionalidad.