/ domingo 12 de agosto de 2018

EL PROFESIONALISMO Y LA ESENCIA

Mucho se dice que la primera impresión es la que cuenta, pero ésta es básica y somera; la verdadera esencia de las personas sólo se revela cuando se les escucha, cuando se convive y se permite el compartir un gusto o un interés en común.

Es así que, al superar la percepción inicial, después conocer las virtudes, valores, habilidades, sensibilidades, ideas y demás distintivos de alguien, generalmente la imagen que se creó en nosotros, se modifica, para bien o para mal, y ¡qué grato es cuando se confirma una imagen positiva!.

Una de las características que quizá sea de las más reconocidas entre las personas, es el profesionalismo, sin importar en qué profesión, ciencia o arte se desarrolle, y cuando éste se complementa con sencillez y humanismo, genera empatía y aprecio especial.

Específicamente en las ciencias jurídicas, el profesionalismo, junto aquellos rasgos de humanidad, y sencillez, se identifican cuando la persona domina conocimientos tanto doctrinales como prácticos, y los ejecuta con dominio ejemplar, y además busca que ese esfuerzo y capacidades intelectuales sean para favorecer y ayudar a quien ha acudido a solicitar la asistencia de aquel profesional, sin faltar nunca a su ética.

Como ejemplo a lo anterior, puedo citar al Maestro Miguel Antonio Sujo Ramírez, quien es experto abogado penalista, capacitador de defensores, magistrados, jueces, fiscales, etc., y aun contando con múltiples reconocimientos tanto institucionales como personales, conserva siempre sencillez, afabilidad y honestidad al momento de ejecutar su labor.

En el ámbito artístico, no puedo citar mejores ejemplos como lo son los maestros Salvador Almaraz y Javier Vázquez Estupiñán, “Jazzamoart”, ambos, orgullos irapuatenses, de reconocimiento internacional por sus creaciones visuales, cada uno con sus propias técnicas; seres con enormes cualidades profesionales y que con todo y ello, no desdeñan la oportunidad de tener cercanía con los nuevos valores dentro de la plástica, compartiendo experiencias, siendo inspiración y compartiendo palabras llenas de experiencia, como fue el caso del pasado viernes, en el homenaje al maestro Jazzamoart, organizado en nuestra ciudad, el cual contó con basta concurrencia, mismo en el que se pudo ver tanto al homenajeado como al maestro Almaraz con total gusto de convivir con quienes se acercaban a ellos, con sencillez y acogimiento.

Así, gratamente, puedo concluir que nada hace tener más admiración, que el reconocer además de un trabajo impecable, una esencia llena de humanismo, carisma y sencillez como lo poseen estos tres maestros.

lucia.gallardonoriega@gmail.com


Mucho se dice que la primera impresión es la que cuenta, pero ésta es básica y somera; la verdadera esencia de las personas sólo se revela cuando se les escucha, cuando se convive y se permite el compartir un gusto o un interés en común.

Es así que, al superar la percepción inicial, después conocer las virtudes, valores, habilidades, sensibilidades, ideas y demás distintivos de alguien, generalmente la imagen que se creó en nosotros, se modifica, para bien o para mal, y ¡qué grato es cuando se confirma una imagen positiva!.

Una de las características que quizá sea de las más reconocidas entre las personas, es el profesionalismo, sin importar en qué profesión, ciencia o arte se desarrolle, y cuando éste se complementa con sencillez y humanismo, genera empatía y aprecio especial.

Específicamente en las ciencias jurídicas, el profesionalismo, junto aquellos rasgos de humanidad, y sencillez, se identifican cuando la persona domina conocimientos tanto doctrinales como prácticos, y los ejecuta con dominio ejemplar, y además busca que ese esfuerzo y capacidades intelectuales sean para favorecer y ayudar a quien ha acudido a solicitar la asistencia de aquel profesional, sin faltar nunca a su ética.

Como ejemplo a lo anterior, puedo citar al Maestro Miguel Antonio Sujo Ramírez, quien es experto abogado penalista, capacitador de defensores, magistrados, jueces, fiscales, etc., y aun contando con múltiples reconocimientos tanto institucionales como personales, conserva siempre sencillez, afabilidad y honestidad al momento de ejecutar su labor.

En el ámbito artístico, no puedo citar mejores ejemplos como lo son los maestros Salvador Almaraz y Javier Vázquez Estupiñán, “Jazzamoart”, ambos, orgullos irapuatenses, de reconocimiento internacional por sus creaciones visuales, cada uno con sus propias técnicas; seres con enormes cualidades profesionales y que con todo y ello, no desdeñan la oportunidad de tener cercanía con los nuevos valores dentro de la plástica, compartiendo experiencias, siendo inspiración y compartiendo palabras llenas de experiencia, como fue el caso del pasado viernes, en el homenaje al maestro Jazzamoart, organizado en nuestra ciudad, el cual contó con basta concurrencia, mismo en el que se pudo ver tanto al homenajeado como al maestro Almaraz con total gusto de convivir con quienes se acercaban a ellos, con sencillez y acogimiento.

Así, gratamente, puedo concluir que nada hace tener más admiración, que el reconocer además de un trabajo impecable, una esencia llena de humanismo, carisma y sencillez como lo poseen estos tres maestros.

lucia.gallardonoriega@gmail.com