/ viernes 19 de febrero de 2021

El sexo/género es binario (2da parte)

El sentido común nos dice que la libertad de expresión existe en la medida que es permitida para todos los grupos de una nación. Sin embargo, resulta interesante que para el grupo de los revolucionarios sexuales que dicen que hay multitud de géneros, cuando otros difieren de ellos y levantan su voz para presentar una perspectiva de género binario, los acusan ferozmente e incluso buscan intimidar diciendo que éstos no tienen derecho de atentar contra la libertad de expresión. Pero éstas actitudes cada vez más abiertas y desafiantes de éste grupo me llevan a preguntar, ¿en realidad a éstos revolucionarios sexuales les interesa defender la libertad de expresión, o sólo quieren esa libertad para ellos mismos pero no para los que piensan diferente?, y si esto es así, ¿quienes son entonces los que realmente están discriminando a los demás?

Aunque esta libertad de expresión parece perderse cada vez más para quienes tenemos la perspectiva de que el género es binario. El público debería tener derecho a acceder a ambas perspectivas y ser él quien decida, y no sólo ser atrapado en la perspectiva de multitud de géneros debido a la estrangulación de la libertad de expresión. Bajo esta situación te comparto la siguiente información que prometí entregarte en el artículo anterior, confiando te permita realizar tu análisis y el aterrizaje a tus propias conclusiones:

Como se expuso en la primera parte, no hay razón para creer que sexo y género son dos cosas diferentes, sin embargo, en las últimas décadas una minoría extrema y radical nos ha tratado de educar que son dos cosas diferentes, peor aún es cuando emplean la vergüenza pública y la destrucción personal para obligarnos a aceptar que son dos cosas diferentes.

Desde el siglo XIV el género siempre se refirió a la esencia de lo que es hombre y mujer, su raíz etimológica se asocia al latín “gonos”, de donde se obtiene la palabra “gónada” que como sabemos es la glándula genital masculina y femenina que se encarga de elaborar las células reproductoras, de tal manera que la palabra género se ha referido a lo que es totalmente binario, es decir, masculino y femenino.

La distinción principal entre la palabra sexo y género en el uso general, así como en la academia, ha sido sólo lingüística, simplemente para dejar en claro cuando alguien se refiere a hombre o mujer y no al acto del coito en sí, es decir, “el sexo involucra a los dos géneros”. No hay ni siquiera un rastro de un descubrimiento científico que requiera que ahora entendamos el sexo y el género como dos cosas diferentes. El uso de éstos dos términos como algo diferente se basa 100% en ideología y 0% en ciencia.

La separación de las palabras género y sexo comenzó más bien a dispararse a finales de la década de 1970 principalmente por el movimiento ideológico feminista y aquellos académicos, sobre todo en las áreas de la sociología, las humanidades y la psiquiatría que querían mostrar simpatía con el movimiento ideológico feminista y usar un término más de moda.

El nuevo uso que éste movimiento ideológico le dio a la palabra género disociándola de la palabra sexo, se remonta al teórico de género John Money, que a mediados de la década de 1950 declaró: “el término rol de género se usa para significar todas aquellas cosas que una persona dice o hace para revelar que tiene la condición de niño u hombre, niña o mujer, respectivamente”, es decir, que el sexo se refería a lo que era el cuerpo y el género a lo que hacia una persona; pero irónicamente, aún Money habló sólo de dos géneros (hombre y mujer), quizá se sorprendería ahora de la gran variedad de géneros que sus discípulos últimamente dicen que existen (1).

El mismo Money fracasó al probar su teoría de que la identidad de género se aprendía, como pudo constatar el caso de David Reimer quien nació hombre, pero fue sexualmente reasignado y convertido en mujer, después de que su pene fuera accidentalmente destruido durante su circuncisión médica, el psicólogo John Money supervisó su caso, pero Reimer nunca se identificó como una mujer y empezó a vivir como un hombre a la edad de 15 años y finalmente decidió hacer público su caso para evitar prácticas similares en el futuro para otras personas (2).

Casos como el de Reimmer vienen dándose más y más, como el de Jamie Shupe quién sirvió en el ejército de EUA por 18 años y en el 2013 declaró que se identificaba como mujer y pasó una etapa como transgénero, en junio del 2016 logró que por primera vez en EUA se le reconociera como de “sexo no binario” (es decir, ni hombre ni mujer), por esto la comunidad LGBT lo reconoció como una figura, hasta que Shupe abandonó los dogmas de la ideología de género, y recientemente en enero de 2019, anunció su abandono a la ideología de género y el rechazo a sus teorías y su regreso a la conformidad con su sexo biológico natural (3).

Si fuese verdad lo que dicen los revolucionarios sexuales de que el sexo biológico (nacer hombre o mujer) es irrelevante, entonces, ¿Cómo es que están aumentando los casos como el de Shupe?, tal como lo confirman las declaraciones del Dr. Djordievic al The Telegraph al declarar que están observando un aumento en la cantidad de pacientes que solicitan una operación de reversión, es decir, un regreso a su sexo biológico con el cual nacieron (4).

La pediatra Michelle Cretella, con 20 años de experiencia en su ramo, también ha hecho declaraciones fuertes contra la ideología de género, Ella dice: Nuestros cuerpos declaran nuestro sexo/género. hay al menos 6500 diferencias genéticas entre los hombres y las mujeres, ni las hormonas ni la cirugía pueden cambiar esto.

Ella continúa diciendo: Si yo como mujer entro en la consulta con mi doctor y digo “Hola, soy Margaret Thatcher”, mi doctor dirá que estoy alucinando y me recetará antipsicóticos. Pero, si en lugar de eso entro y digo “Hola, yo soy un hombre”, me dirá: “¡Felicidades, usted es transexual!”. Si yo le dijera: “Doctor, siento deseos de suicidarme porque me falta una pierna y estoy atrapada en un cuerpo normal, así que por favor, córteme la pierna.” Me darían un diagnóstico de desorden de integridad de la identidad corporal. Pero si entro y le digo al doctor: “Soy un hombre, sáqueme un turno para una mastectomía doble”, el médico me lo da. Vea usted, si quiere cortarse un brazo o una pierna sana, está mentalmente enfermo, pero si desea cortarse unos senos o un pene sanos, usted no está mal, usted simplemente es un transexual.

Con toda razón ésta pediatra concluye: Adoctrinar a los niños desde el preescolar con la mentira de que pueden estar atrapados en el cuerpo equivocado perturba los mismos cimientos de la exploración de la realidad por parte del niño. Si no pueden confiar en la realidad de sus cuerpos físicos, ¿en qué o en quién pueden confiar?, la ideología transexual (con su multitud de géneros) en las escuelas es un abuso psicológico, que con frecuencia conduce a la castración química, la esterilización y la mutilación quirúrgica (5).

Sin lugar a dudas, las declaraciones de ésta pediatra tienen mucha verdad, ¿nos interesará abrirnos a ésta verdad, o simplemente seguiremos permitiendo que la ideología de género nos adoctrine con su propaganda engañosa de multitud de géneros?


Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

Referencias:

1(https://thefederalist.com/2019/10/15/why-sex-and-gender-are-not-two-different-things/

2)https://es.wikipedia.org/wiki/David_Reimer

3) https://www.actuall.com/familia/de-transgenero-a-no-binario-y-vuelta-a-reconocerse-varon-todo-fue-una-farsa/

4)https://culturallegacy.org/es/aumentan-las-reversiones-transexuales-un-cirujano-en-el-centro-de-cambios-de-sexo-de-serbia-informa-un-aumento-de-los-pacientes-que-cambian-de-idea/

5)https://culturallegacy.org/es/soy-una-pediatra-he-aqui-lo-que-hice-cuando-un-ninito-paciente-mio-dijo-que-era-una-nina



El sentido común nos dice que la libertad de expresión existe en la medida que es permitida para todos los grupos de una nación. Sin embargo, resulta interesante que para el grupo de los revolucionarios sexuales que dicen que hay multitud de géneros, cuando otros difieren de ellos y levantan su voz para presentar una perspectiva de género binario, los acusan ferozmente e incluso buscan intimidar diciendo que éstos no tienen derecho de atentar contra la libertad de expresión. Pero éstas actitudes cada vez más abiertas y desafiantes de éste grupo me llevan a preguntar, ¿en realidad a éstos revolucionarios sexuales les interesa defender la libertad de expresión, o sólo quieren esa libertad para ellos mismos pero no para los que piensan diferente?, y si esto es así, ¿quienes son entonces los que realmente están discriminando a los demás?

Aunque esta libertad de expresión parece perderse cada vez más para quienes tenemos la perspectiva de que el género es binario. El público debería tener derecho a acceder a ambas perspectivas y ser él quien decida, y no sólo ser atrapado en la perspectiva de multitud de géneros debido a la estrangulación de la libertad de expresión. Bajo esta situación te comparto la siguiente información que prometí entregarte en el artículo anterior, confiando te permita realizar tu análisis y el aterrizaje a tus propias conclusiones:

Como se expuso en la primera parte, no hay razón para creer que sexo y género son dos cosas diferentes, sin embargo, en las últimas décadas una minoría extrema y radical nos ha tratado de educar que son dos cosas diferentes, peor aún es cuando emplean la vergüenza pública y la destrucción personal para obligarnos a aceptar que son dos cosas diferentes.

Desde el siglo XIV el género siempre se refirió a la esencia de lo que es hombre y mujer, su raíz etimológica se asocia al latín “gonos”, de donde se obtiene la palabra “gónada” que como sabemos es la glándula genital masculina y femenina que se encarga de elaborar las células reproductoras, de tal manera que la palabra género se ha referido a lo que es totalmente binario, es decir, masculino y femenino.

La distinción principal entre la palabra sexo y género en el uso general, así como en la academia, ha sido sólo lingüística, simplemente para dejar en claro cuando alguien se refiere a hombre o mujer y no al acto del coito en sí, es decir, “el sexo involucra a los dos géneros”. No hay ni siquiera un rastro de un descubrimiento científico que requiera que ahora entendamos el sexo y el género como dos cosas diferentes. El uso de éstos dos términos como algo diferente se basa 100% en ideología y 0% en ciencia.

La separación de las palabras género y sexo comenzó más bien a dispararse a finales de la década de 1970 principalmente por el movimiento ideológico feminista y aquellos académicos, sobre todo en las áreas de la sociología, las humanidades y la psiquiatría que querían mostrar simpatía con el movimiento ideológico feminista y usar un término más de moda.

El nuevo uso que éste movimiento ideológico le dio a la palabra género disociándola de la palabra sexo, se remonta al teórico de género John Money, que a mediados de la década de 1950 declaró: “el término rol de género se usa para significar todas aquellas cosas que una persona dice o hace para revelar que tiene la condición de niño u hombre, niña o mujer, respectivamente”, es decir, que el sexo se refería a lo que era el cuerpo y el género a lo que hacia una persona; pero irónicamente, aún Money habló sólo de dos géneros (hombre y mujer), quizá se sorprendería ahora de la gran variedad de géneros que sus discípulos últimamente dicen que existen (1).

El mismo Money fracasó al probar su teoría de que la identidad de género se aprendía, como pudo constatar el caso de David Reimer quien nació hombre, pero fue sexualmente reasignado y convertido en mujer, después de que su pene fuera accidentalmente destruido durante su circuncisión médica, el psicólogo John Money supervisó su caso, pero Reimer nunca se identificó como una mujer y empezó a vivir como un hombre a la edad de 15 años y finalmente decidió hacer público su caso para evitar prácticas similares en el futuro para otras personas (2).

Casos como el de Reimmer vienen dándose más y más, como el de Jamie Shupe quién sirvió en el ejército de EUA por 18 años y en el 2013 declaró que se identificaba como mujer y pasó una etapa como transgénero, en junio del 2016 logró que por primera vez en EUA se le reconociera como de “sexo no binario” (es decir, ni hombre ni mujer), por esto la comunidad LGBT lo reconoció como una figura, hasta que Shupe abandonó los dogmas de la ideología de género, y recientemente en enero de 2019, anunció su abandono a la ideología de género y el rechazo a sus teorías y su regreso a la conformidad con su sexo biológico natural (3).

Si fuese verdad lo que dicen los revolucionarios sexuales de que el sexo biológico (nacer hombre o mujer) es irrelevante, entonces, ¿Cómo es que están aumentando los casos como el de Shupe?, tal como lo confirman las declaraciones del Dr. Djordievic al The Telegraph al declarar que están observando un aumento en la cantidad de pacientes que solicitan una operación de reversión, es decir, un regreso a su sexo biológico con el cual nacieron (4).

La pediatra Michelle Cretella, con 20 años de experiencia en su ramo, también ha hecho declaraciones fuertes contra la ideología de género, Ella dice: Nuestros cuerpos declaran nuestro sexo/género. hay al menos 6500 diferencias genéticas entre los hombres y las mujeres, ni las hormonas ni la cirugía pueden cambiar esto.

Ella continúa diciendo: Si yo como mujer entro en la consulta con mi doctor y digo “Hola, soy Margaret Thatcher”, mi doctor dirá que estoy alucinando y me recetará antipsicóticos. Pero, si en lugar de eso entro y digo “Hola, yo soy un hombre”, me dirá: “¡Felicidades, usted es transexual!”. Si yo le dijera: “Doctor, siento deseos de suicidarme porque me falta una pierna y estoy atrapada en un cuerpo normal, así que por favor, córteme la pierna.” Me darían un diagnóstico de desorden de integridad de la identidad corporal. Pero si entro y le digo al doctor: “Soy un hombre, sáqueme un turno para una mastectomía doble”, el médico me lo da. Vea usted, si quiere cortarse un brazo o una pierna sana, está mentalmente enfermo, pero si desea cortarse unos senos o un pene sanos, usted no está mal, usted simplemente es un transexual.

Con toda razón ésta pediatra concluye: Adoctrinar a los niños desde el preescolar con la mentira de que pueden estar atrapados en el cuerpo equivocado perturba los mismos cimientos de la exploración de la realidad por parte del niño. Si no pueden confiar en la realidad de sus cuerpos físicos, ¿en qué o en quién pueden confiar?, la ideología transexual (con su multitud de géneros) en las escuelas es un abuso psicológico, que con frecuencia conduce a la castración química, la esterilización y la mutilación quirúrgica (5).

Sin lugar a dudas, las declaraciones de ésta pediatra tienen mucha verdad, ¿nos interesará abrirnos a ésta verdad, o simplemente seguiremos permitiendo que la ideología de género nos adoctrine con su propaganda engañosa de multitud de géneros?


Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

Referencias:

1(https://thefederalist.com/2019/10/15/why-sex-and-gender-are-not-two-different-things/

2)https://es.wikipedia.org/wiki/David_Reimer

3) https://www.actuall.com/familia/de-transgenero-a-no-binario-y-vuelta-a-reconocerse-varon-todo-fue-una-farsa/

4)https://culturallegacy.org/es/aumentan-las-reversiones-transexuales-un-cirujano-en-el-centro-de-cambios-de-sexo-de-serbia-informa-un-aumento-de-los-pacientes-que-cambian-de-idea/

5)https://culturallegacy.org/es/soy-una-pediatra-he-aqui-lo-que-hice-cuando-un-ninito-paciente-mio-dijo-que-era-una-nina