/ viernes 9 de julio de 2021

¿Eres político?

¿Eres político?, ¿qué responderías a esa pregunta?. Escuchando una entrevista a la senadora Lilly Téllez, me llamó la atención la respuesta que ella dio cuando le preguntaron si era política, su respuesta rápida fue que no lo era.

Sin duda la gente esta exasperada, frustrada, desilusionada con los políticos, que a la mención de la palabra “político” manifiestan rechazo asociándolos con la corrupción.

Pero necesitamos una mejor comprensión de la relevancia de la acción política que ejerce cada individuo como parte de una sociedad civil, pues querer decir que ser político es únicamente el trabajo de gobernantes públicos es tener una visión reduccionista de la política, y esta manera de pensar y de actuar no nos va a permitir avanzar a soluciones concretas de los enormes desafíos que confrontamos.

Ser un político implica a cualquier persona activa de un gobierno, que ejerce influencia sobre el modo en cómo una sociedad es regida (1). Desde esta descripción todos ejercemos alguna forma de gobierno y un poder de influencia en la sociedad a la que pertenecemos.

Por ejemplo, un padre de familia es el gobernante de su hogar, es el administrador de su casa y no necesita de un título académico para ejercer su gobierno, porque no es por título que se ejerce la política, es por el derecho de la acción personal influenciando hacia lo que es correcto, o al menos así debería de ser.

Lo mismo sucede en el ámbito de la persona y de las instituciones sociales, en cada una de ellas el ser humano ejerce un gobierno, ejerce una influencia que afecta negativa o positivamente a la sociedad en la que vive.

Mientras vivamos en una sociedad civil no tenemos manera de desligarnos de ser políticos. Pensando en esto necesitamos reconocer que siempre ha existido liderazgo político: en el gobierno personal, en los hogares, en las empresas, en las iglesias, en las instituciones y organizaciones civiles, así como en el gobierno civil, todas siempre han operado bajo un liderazgo político, pues los vacíos de liderazgo y de poder no existen.

Necesitamos ser honestos en aceptar que solo existen dos clases de liderazgo político: el bueno y el malo. De lo que estamos siendo testigos es del mal liderazgo político que se ha estado ejerciendo en la conducción de cada uno de los diferentes gobiernos de la nación, porque se han tomado principios para gobernar de los errores que otras sociedades y tiempos han tomado.

Por esta razón es momento de reconocer que si tenemos mal liderazgo político en el gobierno civil es porque han llegado a ese poder personas que no saben gobernarse a sí mismas, exigir que estos hombres y mujeres sean buenos políticos es como pedirle al árbol de manzanas que produzca nopales.

El buen liderazgo político tiene que comenzar a producirse desde casa, desde el gobierno de uno mismo, pues no es razonable exigir una calidad ética intachable en el gobierno nacional, cuando la persona y los hogares practican un liderazgo político corrupto, inmoral y tiránico.

Remover el mal liderazgo político en el gobierno civil que esta llevando a mayores conflictos a la nación, va a requerir que sea sustituido por el buen liderazgo político, pero este lo debemos ejercer todos, comprendiendo que cada uno de nosotros somos seres políticos que necesitamos aprender y ejercer los principios de la buena gobernanza en nosotros mismos, en nuestros hogares, así como en todas las áreas de nuestra acción e influencia personal. Principios que vamos a tener que considerar de la ética bíblica.

“Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime.” –Proverbios 29:2

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

Referencias:

1) https://es.wikipedia.org/wiki/Pol%C3%ADtico


¿Eres político?, ¿qué responderías a esa pregunta?. Escuchando una entrevista a la senadora Lilly Téllez, me llamó la atención la respuesta que ella dio cuando le preguntaron si era política, su respuesta rápida fue que no lo era.

Sin duda la gente esta exasperada, frustrada, desilusionada con los políticos, que a la mención de la palabra “político” manifiestan rechazo asociándolos con la corrupción.

Pero necesitamos una mejor comprensión de la relevancia de la acción política que ejerce cada individuo como parte de una sociedad civil, pues querer decir que ser político es únicamente el trabajo de gobernantes públicos es tener una visión reduccionista de la política, y esta manera de pensar y de actuar no nos va a permitir avanzar a soluciones concretas de los enormes desafíos que confrontamos.

Ser un político implica a cualquier persona activa de un gobierno, que ejerce influencia sobre el modo en cómo una sociedad es regida (1). Desde esta descripción todos ejercemos alguna forma de gobierno y un poder de influencia en la sociedad a la que pertenecemos.

Por ejemplo, un padre de familia es el gobernante de su hogar, es el administrador de su casa y no necesita de un título académico para ejercer su gobierno, porque no es por título que se ejerce la política, es por el derecho de la acción personal influenciando hacia lo que es correcto, o al menos así debería de ser.

Lo mismo sucede en el ámbito de la persona y de las instituciones sociales, en cada una de ellas el ser humano ejerce un gobierno, ejerce una influencia que afecta negativa o positivamente a la sociedad en la que vive.

Mientras vivamos en una sociedad civil no tenemos manera de desligarnos de ser políticos. Pensando en esto necesitamos reconocer que siempre ha existido liderazgo político: en el gobierno personal, en los hogares, en las empresas, en las iglesias, en las instituciones y organizaciones civiles, así como en el gobierno civil, todas siempre han operado bajo un liderazgo político, pues los vacíos de liderazgo y de poder no existen.

Necesitamos ser honestos en aceptar que solo existen dos clases de liderazgo político: el bueno y el malo. De lo que estamos siendo testigos es del mal liderazgo político que se ha estado ejerciendo en la conducción de cada uno de los diferentes gobiernos de la nación, porque se han tomado principios para gobernar de los errores que otras sociedades y tiempos han tomado.

Por esta razón es momento de reconocer que si tenemos mal liderazgo político en el gobierno civil es porque han llegado a ese poder personas que no saben gobernarse a sí mismas, exigir que estos hombres y mujeres sean buenos políticos es como pedirle al árbol de manzanas que produzca nopales.

El buen liderazgo político tiene que comenzar a producirse desde casa, desde el gobierno de uno mismo, pues no es razonable exigir una calidad ética intachable en el gobierno nacional, cuando la persona y los hogares practican un liderazgo político corrupto, inmoral y tiránico.

Remover el mal liderazgo político en el gobierno civil que esta llevando a mayores conflictos a la nación, va a requerir que sea sustituido por el buen liderazgo político, pero este lo debemos ejercer todos, comprendiendo que cada uno de nosotros somos seres políticos que necesitamos aprender y ejercer los principios de la buena gobernanza en nosotros mismos, en nuestros hogares, así como en todas las áreas de nuestra acción e influencia personal. Principios que vamos a tener que considerar de la ética bíblica.

“Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime.” –Proverbios 29:2

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

Referencias:

1) https://es.wikipedia.org/wiki/Pol%C3%ADtico