/ viernes 13 de marzo de 2020

¿Escuchas la palabra préstamo y sientes ansiedad? (Parte II)

La ocasión anterior se habló de las razones para endeudarse, sin embargo, toda historia tiene su lado B y esta no es la excepción, así que aquí van los 3 motivos para no pedir prestado:


  1. Falta de claridad. Desconocer el destino del dinero que deseamos conseguir podrá parecer poca cosa, sin embargo, pensemos cuántas veces hicimos una mala compra pensando que “luego me servirá” y terminó arrinconada en la habitación. En las sesiones de asesoría, normalmente mis clientes descubren que no requieren dinero sino una buena estructura en sus empresas. Si una organización tiene problemas monetarios, el tener dinero pero no rumbo es casi garantía de quiebra.


  1. Cuando es caro. La frase “no hay dinero más caro que el que no se tiene” es cierta, y quiere decir que cuanto más lo necesitamos, más pagaremos por él. Sin embargo, es necesario comparar las diferentes opciones de los intermediarios financieros, generalmente bancos, para ver las condiciones. Es importante identificar la tasa de interés, plazo, si se cobra comisión por apertura o seguro de vida, si existe algún periodo de gracia (generalmente es el primer pago y es menor debido a que solo se cobran los intereses), entre otros aspectos. Si no revisamos con atención puede que nos genere más problemas en mediano o largo plazo, ya que habría que destinar una cantidad elevada (o por mucho tiempo) al pago del crédito, con lo que disminuye nuestra liquidez.


  1. Cuando no lo necesitamos. La publicidad logra que deseemos algo con tanta fuerza que nos endeudamos para adquirirlo. Los ejemplos sobran, pueden ser tiempos compartidos, ropa, zapatos, video juegos, etc. entre otras cosas. Apliquemos la regla de las 72 horas para pensar con la mente fría si en verdad es una necesidad o simple gusto. En una empresa se evalúa la capacidad para generar (o ahorrar) dinero que tiene el producto deseado.

La revista Forbes publicó que según el Destácame Index, que analizó la situación de 400 mil personas en México en 2019, el tamaño promedio de la deuda de un habitante de nuestro país es de 35, 499 pesos (sin considerar hipotecas), mientras que el sueldo promedio es de 12, 250 pesos. Esto quiere decir, deben a los bancos 2.9 veces su salario mensual.

Los datos no acaban ahí, el 23% de los mexicanos que solicita crédito lo usa para pagar comida, consumo personal, así como pago de servicios, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Educación Financiera (ENIF) 2018 y de la reparadora de crédito Resuelve tu Deuda. Es importante considerar que quienes se endeudan más por concepto de alimentos, generalmente pertenecen a un segmento de población con escasos recursos y precisamente, debido al monto de sus ingresos se les dificulta cubrir todas necesidades.

Consideremos esto antes de pedir dinero, usémoslo sabiamente para evitar impagos o arrepentimientos.


mariana.pefer@gmail.com


La ocasión anterior se habló de las razones para endeudarse, sin embargo, toda historia tiene su lado B y esta no es la excepción, así que aquí van los 3 motivos para no pedir prestado:


  1. Falta de claridad. Desconocer el destino del dinero que deseamos conseguir podrá parecer poca cosa, sin embargo, pensemos cuántas veces hicimos una mala compra pensando que “luego me servirá” y terminó arrinconada en la habitación. En las sesiones de asesoría, normalmente mis clientes descubren que no requieren dinero sino una buena estructura en sus empresas. Si una organización tiene problemas monetarios, el tener dinero pero no rumbo es casi garantía de quiebra.


  1. Cuando es caro. La frase “no hay dinero más caro que el que no se tiene” es cierta, y quiere decir que cuanto más lo necesitamos, más pagaremos por él. Sin embargo, es necesario comparar las diferentes opciones de los intermediarios financieros, generalmente bancos, para ver las condiciones. Es importante identificar la tasa de interés, plazo, si se cobra comisión por apertura o seguro de vida, si existe algún periodo de gracia (generalmente es el primer pago y es menor debido a que solo se cobran los intereses), entre otros aspectos. Si no revisamos con atención puede que nos genere más problemas en mediano o largo plazo, ya que habría que destinar una cantidad elevada (o por mucho tiempo) al pago del crédito, con lo que disminuye nuestra liquidez.


  1. Cuando no lo necesitamos. La publicidad logra que deseemos algo con tanta fuerza que nos endeudamos para adquirirlo. Los ejemplos sobran, pueden ser tiempos compartidos, ropa, zapatos, video juegos, etc. entre otras cosas. Apliquemos la regla de las 72 horas para pensar con la mente fría si en verdad es una necesidad o simple gusto. En una empresa se evalúa la capacidad para generar (o ahorrar) dinero que tiene el producto deseado.

La revista Forbes publicó que según el Destácame Index, que analizó la situación de 400 mil personas en México en 2019, el tamaño promedio de la deuda de un habitante de nuestro país es de 35, 499 pesos (sin considerar hipotecas), mientras que el sueldo promedio es de 12, 250 pesos. Esto quiere decir, deben a los bancos 2.9 veces su salario mensual.

Los datos no acaban ahí, el 23% de los mexicanos que solicita crédito lo usa para pagar comida, consumo personal, así como pago de servicios, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Educación Financiera (ENIF) 2018 y de la reparadora de crédito Resuelve tu Deuda. Es importante considerar que quienes se endeudan más por concepto de alimentos, generalmente pertenecen a un segmento de población con escasos recursos y precisamente, debido al monto de sus ingresos se les dificulta cubrir todas necesidades.

Consideremos esto antes de pedir dinero, usémoslo sabiamente para evitar impagos o arrepentimientos.


mariana.pefer@gmail.com