/ sábado 12 de mayo de 2018

HÉROES ANÓNIMOS

Por Héctor Gallardo Miranda

Lo dicho con anterioridad: La solución no está en los gobernantes ni tampoco la tienen los que pretenden gobernar. No puede haber un policía que cuide de uno por uno a los ciudadanos. Y de igual manera, volvemos a afirmar si bien es cierto que personalmente no tienen responsabilidad los gobernantes en turno de los sucesos criminales, sin embargo sí la tienen política e institucionalmente, pues en ellos debe recaer el compromiso de garantizar la paz y la tranquilidad de los gobernados. La situación se encrudece si gobernante o candidato se encuentra coludido con el crimen organizado.

El trasfondo del asunto está en preguntarnos del ¿por qué la violencia? ¿Qué la genera? Y la respuesta no es tan difícil de encontrar. Inicialmente es porque quien delinque busca dinero a toda costa y de alguna manera debe adquirirlo. Así en un caso extremo e inicial podríamos ejemplificar a la mujer buena e inocente que entra con necesidad al supermercado a robar alguna fruta y darla a sus hijos. A la postre, tales conductas crecen hasta no ser por mera necesidad económica sino llamémosle “estilo de vida” de tener el poder de traficar por la grandeza económica que genera el tráfico de drogas, huachicoleo, etc. Algo similar al deseo vanidoso del control político, pues legitimado un gobernante hará de las suyas a diestra y siniestra. De ahí que débase tener toda diligencia al momento de emitir nuestro voto. José Remedios Aguirre, el candidato de Morena en Apaseo el Alto, ahora nos enteramos que tenía abierto un proceso penal. Sí, no más por el delito de homicidio, nos da cuenta de cómo andan las cosas en la política.

Sin embargo y a pesar de lo claro que está el asunto en materia de criminalidad, existen candidatos o candidatas que refieren desconocer el fondo del mismo; así por ejemplo tenemos precisamente en el trágico suceso de José Remedios Aguirre Sánchez lo aseverado por Beatriz Manrique en pasada declaración a El Sol de Guanajuato:

hoy no sabemos de dónde vienen los ataques, o contra quien son, por qué se están matando a policías, candidatos y ciudadanos” “…Hoy lo que exigimos es que el estado garantice la paz y la tranquilidad de todos los ciudadanos para que lleven a cabo sus actividades cotidianas y un proceso electoral por igual con la tranquilidad necesaria (…) los candidatos no tendrían por qué salir blindados, escoltados con guardias, sino que tiene el estado que garantizar que en Guanajuato haya paz”

En los de igual manera trágicos sucesos que han bañado de sangre a la corporación policiaca de Irapuato consideramos que juzgar o criticar sin razón, es incorrecto; máxime si no se tiene la razón en lo que se dice. No han faltado los malogrados comentarios tras la trágica muerte de una mujer inocente que cayó victima de unos hampones que perseguían al elemento de policía Andaracua (así lo nombrábamos por su segundo apellido). La malograda mujer fue alcanzada por una bala produciéndole una muerte instantánea en la calle Pedro Moreno y la del agente antes mencionado. Que ¿para qué sirve la policía militar? que se escapó alguno de los delincuentes, etc.

Por el contrario, al Facebook de la página del Sol de Irapuato llegó un buen comentario de alguien que decía: “mi percepción a la policía desde ahora ha cambiado. Vi a los agentes de policía jugársela en serio” Pues sí, así es. Hay elementos verdaderamente valiosos y valerosos; que hacen su trabajo con verdadera heroicidad.

La actuación de estos policías ante el trágico suceso verificado la mañana del pasado lunes fue sin duda encomiable. Los elementos en coordinación y reacción inmediata se unieron bajo la premisa de ir decididos a todo; sí, incluso a morir, ¡le han pegado a Arandacua! Y esto no va a quedar así. No impunemente”. Se decían unidos unos con otros.

Patrullas a toda velocidad con hombres que ya nada ni nadie los detenía, hasta lograr la captura de los responsables; los quieren a toda costa; incluso vivos o muertos, ya no importa. Esa es la consigna. “¡Con todo y sobre de ellos cab…! Se oyó la orden a través de un radio de algún alto mando, que sabe Dios quien sería, pero… esa era la consigna; todos unidos y en coordinación inteligente policial convertida ya a esas alturas en el brío imparable cuales soldados que van a la guerra, pues “le han dado a Arandacua!” se decían. El miedo a esas alturas estaba tirado por la basura; no existía. La adrenalina en esos momentos se hacía cargo de él y no sentir el menor ápice del mismo, pues uno de los suyos ha caído y con todas las desventajas, con una jornada de trabajo a cuestas concluida satisfactoriamente cuyo peso demandaba el justo descanso y sin armas. Arteramente rafagueado Andaracua.

El ulular de las sirenas de las patrullas se convirtió en el llanto de un Irapuato dolido por el deceso de uno de sus mejores hombres que había honrado el uniforme de policía por una década sin mácula alguna.

Habían pasado apenas tres días, cuando de nueva cuenta! Otro suceso violento; otros elementos de policía caídos y ésta vez con narcomantas amenazantes. Se trataba del Comandante Federico Zavala Martínez con 27 años de servicio y el elemento Juan Ángel Huerta con 4. Apenas unas horas habían transcurrido, y otro ejecutado, ahora en el fraccionamiento Los Arcos. Esta vez no de la corporación policíaca sino un negociante de comida japonesa. Vaya semana roja! Y dicen por ahí: “El show debe continuar” pues sí, todos y desde nuestras diversas trincheras tenemos que seguir adelante sin amilanarnos y que sepan los gobernantes en turno y los del futuro que deberán gobernar sin achicarse, ni mucho menos acobardarse. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com


Por Héctor Gallardo Miranda

Lo dicho con anterioridad: La solución no está en los gobernantes ni tampoco la tienen los que pretenden gobernar. No puede haber un policía que cuide de uno por uno a los ciudadanos. Y de igual manera, volvemos a afirmar si bien es cierto que personalmente no tienen responsabilidad los gobernantes en turno de los sucesos criminales, sin embargo sí la tienen política e institucionalmente, pues en ellos debe recaer el compromiso de garantizar la paz y la tranquilidad de los gobernados. La situación se encrudece si gobernante o candidato se encuentra coludido con el crimen organizado.

El trasfondo del asunto está en preguntarnos del ¿por qué la violencia? ¿Qué la genera? Y la respuesta no es tan difícil de encontrar. Inicialmente es porque quien delinque busca dinero a toda costa y de alguna manera debe adquirirlo. Así en un caso extremo e inicial podríamos ejemplificar a la mujer buena e inocente que entra con necesidad al supermercado a robar alguna fruta y darla a sus hijos. A la postre, tales conductas crecen hasta no ser por mera necesidad económica sino llamémosle “estilo de vida” de tener el poder de traficar por la grandeza económica que genera el tráfico de drogas, huachicoleo, etc. Algo similar al deseo vanidoso del control político, pues legitimado un gobernante hará de las suyas a diestra y siniestra. De ahí que débase tener toda diligencia al momento de emitir nuestro voto. José Remedios Aguirre, el candidato de Morena en Apaseo el Alto, ahora nos enteramos que tenía abierto un proceso penal. Sí, no más por el delito de homicidio, nos da cuenta de cómo andan las cosas en la política.

Sin embargo y a pesar de lo claro que está el asunto en materia de criminalidad, existen candidatos o candidatas que refieren desconocer el fondo del mismo; así por ejemplo tenemos precisamente en el trágico suceso de José Remedios Aguirre Sánchez lo aseverado por Beatriz Manrique en pasada declaración a El Sol de Guanajuato:

hoy no sabemos de dónde vienen los ataques, o contra quien son, por qué se están matando a policías, candidatos y ciudadanos” “…Hoy lo que exigimos es que el estado garantice la paz y la tranquilidad de todos los ciudadanos para que lleven a cabo sus actividades cotidianas y un proceso electoral por igual con la tranquilidad necesaria (…) los candidatos no tendrían por qué salir blindados, escoltados con guardias, sino que tiene el estado que garantizar que en Guanajuato haya paz”

En los de igual manera trágicos sucesos que han bañado de sangre a la corporación policiaca de Irapuato consideramos que juzgar o criticar sin razón, es incorrecto; máxime si no se tiene la razón en lo que se dice. No han faltado los malogrados comentarios tras la trágica muerte de una mujer inocente que cayó victima de unos hampones que perseguían al elemento de policía Andaracua (así lo nombrábamos por su segundo apellido). La malograda mujer fue alcanzada por una bala produciéndole una muerte instantánea en la calle Pedro Moreno y la del agente antes mencionado. Que ¿para qué sirve la policía militar? que se escapó alguno de los delincuentes, etc.

Por el contrario, al Facebook de la página del Sol de Irapuato llegó un buen comentario de alguien que decía: “mi percepción a la policía desde ahora ha cambiado. Vi a los agentes de policía jugársela en serio” Pues sí, así es. Hay elementos verdaderamente valiosos y valerosos; que hacen su trabajo con verdadera heroicidad.

La actuación de estos policías ante el trágico suceso verificado la mañana del pasado lunes fue sin duda encomiable. Los elementos en coordinación y reacción inmediata se unieron bajo la premisa de ir decididos a todo; sí, incluso a morir, ¡le han pegado a Arandacua! Y esto no va a quedar así. No impunemente”. Se decían unidos unos con otros.

Patrullas a toda velocidad con hombres que ya nada ni nadie los detenía, hasta lograr la captura de los responsables; los quieren a toda costa; incluso vivos o muertos, ya no importa. Esa es la consigna. “¡Con todo y sobre de ellos cab…! Se oyó la orden a través de un radio de algún alto mando, que sabe Dios quien sería, pero… esa era la consigna; todos unidos y en coordinación inteligente policial convertida ya a esas alturas en el brío imparable cuales soldados que van a la guerra, pues “le han dado a Arandacua!” se decían. El miedo a esas alturas estaba tirado por la basura; no existía. La adrenalina en esos momentos se hacía cargo de él y no sentir el menor ápice del mismo, pues uno de los suyos ha caído y con todas las desventajas, con una jornada de trabajo a cuestas concluida satisfactoriamente cuyo peso demandaba el justo descanso y sin armas. Arteramente rafagueado Andaracua.

El ulular de las sirenas de las patrullas se convirtió en el llanto de un Irapuato dolido por el deceso de uno de sus mejores hombres que había honrado el uniforme de policía por una década sin mácula alguna.

Habían pasado apenas tres días, cuando de nueva cuenta! Otro suceso violento; otros elementos de policía caídos y ésta vez con narcomantas amenazantes. Se trataba del Comandante Federico Zavala Martínez con 27 años de servicio y el elemento Juan Ángel Huerta con 4. Apenas unas horas habían transcurrido, y otro ejecutado, ahora en el fraccionamiento Los Arcos. Esta vez no de la corporación policíaca sino un negociante de comida japonesa. Vaya semana roja! Y dicen por ahí: “El show debe continuar” pues sí, todos y desde nuestras diversas trincheras tenemos que seguir adelante sin amilanarnos y que sepan los gobernantes en turno y los del futuro que deberán gobernar sin achicarse, ni mucho menos acobardarse. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com