/ lunes 6 de diciembre de 2021

LA CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA (2)

El jueves 02 de diciembre del año en curso fui invitado a la develación de la placa conmemorativa del 200 aniversario de la Consumación de la Independencia, así como del pabellón fotográfico, en la calle Sor Juana Inés de la Cruz, a un costado de la Presidencia Municipal. En el programa, el cronista José Luis Chávez Hernández presentó un trabajo de investigación muy interesante, reseñando las actividades en beneficio del pueblo, realizadas por don Agustín de Iturbide cuando vivió en Irapuato.

Sin embargo, también el Bajío supo de su cruel comportamiento. Asesina a sangre fría, riega sangre de inocentes, de parientes de los alzados, mujeres, ancianos y niños. Roba en las haciendas a criollos y españoles. Se esfuerza por convencer al virrey en turno de que nadie es tan fiel a la Corona como él.

En 1816, es destituido del mando en el Ejército del Norte porque las quejas de españoles y criollos eran ya insoportables. Eso sí, realizó ejemplares ejercicios en el convento de La Profesa, en donde conoció a muchas personas que después le favorecerían en su proyecto personal. ¿Cuál era ese proyecto? Cuando Hidalgo le propuso unirse a los insurgentes, le ofreció el nombramiento de teniente coronel, Iturbide lo rechazó porque consideró que habría mejores posibilidades políticas apoyando a los realistas.

Ya antes, en 1809 fue desleal al denunciar a los patriotas de Valladolid, precursores del gran movimiento. Los denunció porque siendo entonces alférez, no le ofrecieron el mariscalato de campo. En Acatempan, Iturbide abraza al bravo general Guerrero, teniendo en mente una felonía: traiciona a Guerrero porque encabeza un movimiento contrario a los insurgentes y traiciona a los conspiradores de la Profesa, al virrey y al propio Fernando VII, ya que planeaba erigirse en emperador, como lo hizo, con la complicidad del obispo de Puebla el 21 de julio de 1822 Ahora bien, consultemos a don Vicente Rocafuerte en su Bosquejo ligerísimo de la Revolución de México, “cuando contrajo Iturbide trato ilícito con una señora principal de México, con reputación de preciosa rubia, de seductora hermosura, llena da de gracias, de hechizo y de talento y tan dotada de un vivo ingenio para toda intriga y travesura, que su vida hará época en la crónica escandalosa del Anáhuac.

Esta pasión llegó a tomar tal violencia en el corazón de Iturbide, que lo cegó el punto de cometer la mayor bajeza que pudo un marido: con el objeto de divorciarse de su esposa, fingió una carta (y aun algunos dicen que él mismo la escribió) en la que falseando la letra y firma de su señora, se figuraba que ella escribía a uno de sus amantes; con ese falso documento se presentó Iturbide al provisor pidiendo el divorcio, el que consiguió, haciendo encerrar a su propia mujer en el convento de San Juan de la Penitencia. Esta inocente y desgraciada víctima de tan atroz perfidia solo se mantuvo con seis reales diarios que le asignó para su subsistencia su desnaturalizado marido…” Hasta aquí la cita.

ezequielsotomar@outlook.com

El jueves 02 de diciembre del año en curso fui invitado a la develación de la placa conmemorativa del 200 aniversario de la Consumación de la Independencia, así como del pabellón fotográfico, en la calle Sor Juana Inés de la Cruz, a un costado de la Presidencia Municipal. En el programa, el cronista José Luis Chávez Hernández presentó un trabajo de investigación muy interesante, reseñando las actividades en beneficio del pueblo, realizadas por don Agustín de Iturbide cuando vivió en Irapuato.

Sin embargo, también el Bajío supo de su cruel comportamiento. Asesina a sangre fría, riega sangre de inocentes, de parientes de los alzados, mujeres, ancianos y niños. Roba en las haciendas a criollos y españoles. Se esfuerza por convencer al virrey en turno de que nadie es tan fiel a la Corona como él.

En 1816, es destituido del mando en el Ejército del Norte porque las quejas de españoles y criollos eran ya insoportables. Eso sí, realizó ejemplares ejercicios en el convento de La Profesa, en donde conoció a muchas personas que después le favorecerían en su proyecto personal. ¿Cuál era ese proyecto? Cuando Hidalgo le propuso unirse a los insurgentes, le ofreció el nombramiento de teniente coronel, Iturbide lo rechazó porque consideró que habría mejores posibilidades políticas apoyando a los realistas.

Ya antes, en 1809 fue desleal al denunciar a los patriotas de Valladolid, precursores del gran movimiento. Los denunció porque siendo entonces alférez, no le ofrecieron el mariscalato de campo. En Acatempan, Iturbide abraza al bravo general Guerrero, teniendo en mente una felonía: traiciona a Guerrero porque encabeza un movimiento contrario a los insurgentes y traiciona a los conspiradores de la Profesa, al virrey y al propio Fernando VII, ya que planeaba erigirse en emperador, como lo hizo, con la complicidad del obispo de Puebla el 21 de julio de 1822 Ahora bien, consultemos a don Vicente Rocafuerte en su Bosquejo ligerísimo de la Revolución de México, “cuando contrajo Iturbide trato ilícito con una señora principal de México, con reputación de preciosa rubia, de seductora hermosura, llena da de gracias, de hechizo y de talento y tan dotada de un vivo ingenio para toda intriga y travesura, que su vida hará época en la crónica escandalosa del Anáhuac.

Esta pasión llegó a tomar tal violencia en el corazón de Iturbide, que lo cegó el punto de cometer la mayor bajeza que pudo un marido: con el objeto de divorciarse de su esposa, fingió una carta (y aun algunos dicen que él mismo la escribió) en la que falseando la letra y firma de su señora, se figuraba que ella escribía a uno de sus amantes; con ese falso documento se presentó Iturbide al provisor pidiendo el divorcio, el que consiguió, haciendo encerrar a su propia mujer en el convento de San Juan de la Penitencia. Esta inocente y desgraciada víctima de tan atroz perfidia solo se mantuvo con seis reales diarios que le asignó para su subsistencia su desnaturalizado marido…” Hasta aquí la cita.

ezequielsotomar@outlook.com