¿Qué viene a tu mente cuando escuchas que el crimen y la violencia son el pan de todos los días en este país, en tu estado y en tu ciudad?, con seguridad, que esto, no pinta nada alentador para el adecuado desarrollo de nuestra sociedad.
De acuerdo a un estudio realizado por el laboratorio de políticas públicas llamado Ethos, México ha incrementado en ocho años (del 2008 al 2015) su gasto en seguridad pública un 60%, pero, no obstante estos miles de millones de pesos destinados a resolver el problema, el país sigue siendo uno de los más violentos del mundo, cita este Ethos.
La falla que constantemente se comete es creer que las condiciones materiales son la causa del problema, como por ejemplo: la falta de empleos, un nivel socioeconómico bajo, la falta de oportunidades de estudios académicos, y la falta de programas y subsidios federales y estatales.
Bajo esta mentalidad gobiernos van y gobiernos vienen y el problema del crimen y la violencia en este país continúa, lo cual hace evidente que el Estado o gobierno civil no tiene conocimiento de la verdadera causa del crimen y la violencia, ya que implementar nuevos programas y aumentar el gasto público para combatirlas ha resultado en vano.
Se requiere considerar con seriedad los estudios y estadísticas honestas que revelan la estrecha relación que existe entre la estructura familiar con el desarrollo del crimen y la violencia.
Esto último tiene todo el sentido, porque la familia es el núcleo básico de la sociedad, es el núcleo de socialización más importante del individuo, si en este primer núcleo la persona no aprende los principios fundamentales para su adecuado desarrollo y desenvolvimiento con otros, no lo podrá hacer de manera adecuada en el contexto social. Se ha dicho que lo que los padres hacen a sus hijos, esto mismo harán ellos a la sociedad.
Por esta razón, si queremos tener una comprensión correcta sobre el problema del crimen y la violencia, así como su solución, no debemos pasar por alto la estructura familiar.
Las estadísticas muestran que la variable no es la economía, sino la estructura familiar y el amor que se dé en este núcleo. El porcentaje de hogares con padres o madres solteros es directamente proporcional a los niveles de robo y crimen violento. La ausencia de compromiso matrimonial y el fracaso en la formación y desarrollo de la familia son las variables que elevan el índice de criminalidad (1).
Esta es la razón por la cual surge el interés de desarrollar este tema sobre la familia, la cual es trascendental. Confiando, estimado lector, arroje luz y despierte tu interés por profundizar sobre el tema, y te anime a realizar tu parte en la restauración que tanto necesita este país, continuaremos en la siguiente parte.
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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.
(1) Tomado de “La guerra cultural que amenaza a la familia.”
