¿Te has puesto a pensar en la importancia que tiene para nuestra vida la visión? Hablemos por ejemplo, de la visión que se refiere a la capacidad de ver que tenemos las personas, es decir, la bendición de contar con el sentido de la vista, que a su vez, partiendo de esto, podemos comprender la utilidad que tiene la declaración de su visión-misión que hace un grupo, organización o empresa.
Los que hemos sido bendecidos con la capacidad de la vista, sabemos lo valiosa que es y el valor de conservarla sana, pues nos permite interpretar el entorno gracias a los rayos de luz que alcanzan al ojo, y en base a esta interpretación podemos dirigir nuestras acciones.
Esta misma funcionalidad que el sentido de la vista tiene en nuestro cuerpo, es la misma funcionalidad de la declaración de la visión que hace un grupo, organización o empresa, ya que les permite interpretar y filtrar por medio de ella las acciones que deben realizar, los objetivos que deben trazarse y perseguir para alcanzar la aspiración que han expresado, quieren para su futuro en la declaración de su visión.
De hecho, es la declaración de la visión lo que mantiene el enfoque, la motivación, el entusiasmo y la certeza del trabajo que se debe realizar día con día en el grupo, organización o empresa, ya que sin una buena declaración de visión, ninguna organización podría mantenerse motivada, ni con esperanza de alcanzar la razón de su existencia, ni el orden en el trabajo que se debe hacer, por lo tanto, no podría sostenerse indefinidamente.
Tal es la importancia que tiene la visión y el valor que tenga su fundamento en la ética correcta, pues, ¿quién en su sano juicio quisiera dirigirse hacia una visión equivocada, que no le produzca verdaderos beneficios?.
Trasladando este mismo concepto de la visión a una nación, podemos comprender lo importante que es y lo terrible de que no sea la correcta.
Como nación mexicana hemos experimentado la visión de la religión cristiana del catolicismo romano, hemos experimentado la visión del socialismo de Carlos Marx, hemos experimentado la visión del humanismo secular con su relativismo moral que enseña que cada quien tiene su verdad, hemos experimentado la visión de Darwin con su teoría de la evolución que dice que el ser humano vino de la nada y se dirige a la nada. Y te pregunto, ¿hacia donde nos han dirigido estas visiones?, ¿en verdad podemos decir que estamos satisfechos con los resultados que nos han producido en este país?
Si estas de acuerdo conmigo, en que no podemos decir que los resultados son satisfactorios, pues no hemos alcanzado la verdadera paz y el bienestar auténtico en nuestra sociedad; entonces es tiempo de reconsiderar la visión que queremos para este país, en cuya historia jamás hemos experimentado la visión de la ética bíblica para el desarrollo de la persona, de las familias, de la iglesia, del estado, de la economía, de la educación, del arte y el entretenimiento, y de ninguna de las diferentes áreas del desarrollo humano.
Te invito a que abras tu mente y analices con mente crítica la visión que la ética bíblica nos ofrece para el desarrollo personal, el de nuestros hogares, el de nuestra economía, el de nuestras iglesias y el de nuestra nación, y cómo la historia revela que quienes la han adoptado para su país, los ha dirigido hacia el verdadero progreso que tanto anhelamos los seres humanos.
“Donde no hay visión, el pueblo se extravía; ¡dichosos los que son obedientes a la ley!” (Proverbios 29:18 NVI)
“Si Dios no guía la nación, no habrá paz; ¡afortunada la nación que obedece la ley de Dios!” (Proverbios 29:18 PDT)
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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.
