/ lunes 25 de abril de 2022

LOS NIÑOS DE UCRANIA

Ucrania es un país de los más grandes de Europa Oriental con una superficie de 603, 548 kilómetros cuadrados. Su población aproximada es de 45 millones de habitantes. El gobierno es una República con separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Su tasa de pobreza es alta; sus tierras son muy fértiles siendo uno de los exportadores más importantes de cereales.

En un tiempo fue considerado el granero de Rusia. Según datos de la UNICEF y de otros organismos internacionales, las condiciones en que viven las niñas, niños y adolescentes en Ucrania son extremadamente difíciles. La pandemia trastocó numerosos proyectos gubernamentales y algunos de la sociedad civil organizada, agravando la situación la intervención militar rusa.

En Ucrania la pobreza afectó a un 35 % de la población total. Se han hecho muchos esfuerzos para mejorar la vida de los niños y sus familias. Es lamentable pero la pobreza sigue impidiendo el disfrute pleno de sus derechos a los infantes.

Las familias que sufren más son las que tienen hijos menores de tres años. En cuanto a la salud, en Ucrania la sanidad es gratuita, pero en la práctica los costos son altos y los servicios son insuficientes, por lo tanto, no todos los niños reciben los servicios ni los medicamentos, sobre todo en el medio rural o en las familias muy pobres.

Esto se refleja en las tasas de mortalidad infantil: son de las más altas en el mundo. En educación, afortunadamente la mayoría de los niños en Ucrania va a la escuela. Sin embargo, el sistema, como en muchos otros países, necesita una mejoría.

En las zonas rurales hay falta de infraestructura. El nivel de preescolar cada año va en descenso. Lo anterior va relacionado con los niños llamados “de la calle”. El Estado reconoce que los niños que viven en la calle constituyen un serio problema.

A estos niños se les ha dejado totalmente a su suerte y viven expuestos al mundo de las drogas y a adquirir enfermedades, entre ellas el SIDA. Por otro lado, preocupa a todos los sectores sociales, el número tan elevado de niños víctimas de violencia en Ucrania.

También existen racismo, xenofobia y discriminación, las víctimas son niños de minorías, refugiados, enfermos, pobres y discapacitados. Además, los niños también tienen derecho a vivir en ambientes saludables, algunos viven expuestos a efectos colaterales de Chernóbil: deformaciones físicas, envejecimiento prematuro y neumonía.

La guerra en Ucrania ha tenido un efecto devastador en millones de niñas, niños y adolescentes. Muchos, con dolor, han huido de su patria. Los que se han quedado están cobijados de terror, pero todos vivirán traumatizados.

Las grandes potencias se ufanan en entregarle a Ucrania armas, para su defensa, pocos hablan de dialogar. Por los niños de Ucrania y por todos los niños de nuestra madre tierra, la mayor prioridad para la humanidad debe ser, terminar con esta guerra y terminarla ya, porque puede convertirse en el inicio de la tercera guerra mundial.

Ucrania es un país de los más grandes de Europa Oriental con una superficie de 603, 548 kilómetros cuadrados. Su población aproximada es de 45 millones de habitantes. El gobierno es una República con separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Su tasa de pobreza es alta; sus tierras son muy fértiles siendo uno de los exportadores más importantes de cereales.

En un tiempo fue considerado el granero de Rusia. Según datos de la UNICEF y de otros organismos internacionales, las condiciones en que viven las niñas, niños y adolescentes en Ucrania son extremadamente difíciles. La pandemia trastocó numerosos proyectos gubernamentales y algunos de la sociedad civil organizada, agravando la situación la intervención militar rusa.

En Ucrania la pobreza afectó a un 35 % de la población total. Se han hecho muchos esfuerzos para mejorar la vida de los niños y sus familias. Es lamentable pero la pobreza sigue impidiendo el disfrute pleno de sus derechos a los infantes.

Las familias que sufren más son las que tienen hijos menores de tres años. En cuanto a la salud, en Ucrania la sanidad es gratuita, pero en la práctica los costos son altos y los servicios son insuficientes, por lo tanto, no todos los niños reciben los servicios ni los medicamentos, sobre todo en el medio rural o en las familias muy pobres.

Esto se refleja en las tasas de mortalidad infantil: son de las más altas en el mundo. En educación, afortunadamente la mayoría de los niños en Ucrania va a la escuela. Sin embargo, el sistema, como en muchos otros países, necesita una mejoría.

En las zonas rurales hay falta de infraestructura. El nivel de preescolar cada año va en descenso. Lo anterior va relacionado con los niños llamados “de la calle”. El Estado reconoce que los niños que viven en la calle constituyen un serio problema.

A estos niños se les ha dejado totalmente a su suerte y viven expuestos al mundo de las drogas y a adquirir enfermedades, entre ellas el SIDA. Por otro lado, preocupa a todos los sectores sociales, el número tan elevado de niños víctimas de violencia en Ucrania.

También existen racismo, xenofobia y discriminación, las víctimas son niños de minorías, refugiados, enfermos, pobres y discapacitados. Además, los niños también tienen derecho a vivir en ambientes saludables, algunos viven expuestos a efectos colaterales de Chernóbil: deformaciones físicas, envejecimiento prematuro y neumonía.

La guerra en Ucrania ha tenido un efecto devastador en millones de niñas, niños y adolescentes. Muchos, con dolor, han huido de su patria. Los que se han quedado están cobijados de terror, pero todos vivirán traumatizados.

Las grandes potencias se ufanan en entregarle a Ucrania armas, para su defensa, pocos hablan de dialogar. Por los niños de Ucrania y por todos los niños de nuestra madre tierra, la mayor prioridad para la humanidad debe ser, terminar con esta guerra y terminarla ya, porque puede convertirse en el inicio de la tercera guerra mundial.