/ martes 3 de noviembre de 2020

Los productos que más se venden

¿Qué productos se venden más, Mariana? Es la pregunta que con mayor frecuencia escucho de parte de aquellos que quieren comenzar un negocio. Y la respuesta es la misma siempre: todos los productos. Quizá suena a burla, pero va en serio, prácticamente cualquier cosa se vende, solo hay que entender qué necesita la gente para hallar al cliente ideal. El 3 de octubre, se publicó en este espacio la columna ¿Cómo emprender exitosamente invirtiendo poco?, donde se analiza el caso de un chico que de principio a fin es un ejemplo de lo que no se debe hacer, invirtió muchísimo dinero para producir inventario de un producto que la gente no necesitaba, y ahora, 4 años después todavía no acaba de vender las 65 mil piezas que elaboró. Imagina pedir prestados 800 mil pesos para producir algo que nadie quiere y tenerlos almacenados en una bodega durante años, todo por no investigar a detalle las necesidades de los compradores.

A lo largo de varios años he ayudado a muchos emprendedores, y a quienes quieren serlo, a lograr sus metas y casi todos buscan comercializar algo “que se venda”. Este es el primer error: pensar en función del producto o servicio en vez de las necesidades de los clientes.

Cuando se piensa más en la ganancia que en satisfacer, es altamente probable que los proyectos fallen porque se da más importancia al dinero que al cliente. Seguramente estarás pensando que todos queremos billetes, y es correcto, pero primero sé capaz de satisfacer al comprador para que esté dispuesto a pagarte.

Ya no importa la lista de características que ofrezcas sino los beneficios y resultados que logras, es por eso que no debes pensar en lo que más se venda.

Te voy a contar sobre Gary Dahl (1936 – 2015) un hombre que encontró el mayor negocio de la historia. Logró convertir un objeto común y abundante en la naturaleza en una fortuna de millones de dólares porque entendió al consumidor y le ofreció lo que realmente necesitaba. Hay quienes evitan tener mascotas porque piensan en todo lo que significa: limpiar deshechos, vacunas, maullidos o ladridos, pelos en la ropa, baños, esterilización, gastos de alimentación, tiempo para pasear o jugar, y lo peor, morirán dejando un gran vacío y dolor. Gary entendió esto después de reunirse con sus amigos y puso en acción su gran idea. Tomó piedras grises que abundan en los ríos, consiguió paja, las colocó en una caja y le dijo a la gente que tenía LA MASCOTA IDEAL. Una piedra que no van al baño, no hace ruido, no requiere inversión de tiempo ni de dinero.

¡En serio! Se hizo millonario. Si Gary hubiera dicho que vendía piedras bonitas, redondas, con un color gris hermoso y muy útiles para ser pisapapeles, tal vez habría vendido 20 o 30, con mucha suerte quizá 100. Sin embargo, entendió a la gente y le dio lo que necesitaba.

El cliente debe ser el eje de cualquier idea, pregúntate en qué le ayudas, cómo haces su vida mejor o más fácil.

¿Tú, cómo haces mejor la vida de tus clientes?

Recuerda: “Si fuera fácil, cualquiera lo haría bien”.

¿Qué productos se venden más, Mariana? Es la pregunta que con mayor frecuencia escucho de parte de aquellos que quieren comenzar un negocio. Y la respuesta es la misma siempre: todos los productos. Quizá suena a burla, pero va en serio, prácticamente cualquier cosa se vende, solo hay que entender qué necesita la gente para hallar al cliente ideal. El 3 de octubre, se publicó en este espacio la columna ¿Cómo emprender exitosamente invirtiendo poco?, donde se analiza el caso de un chico que de principio a fin es un ejemplo de lo que no se debe hacer, invirtió muchísimo dinero para producir inventario de un producto que la gente no necesitaba, y ahora, 4 años después todavía no acaba de vender las 65 mil piezas que elaboró. Imagina pedir prestados 800 mil pesos para producir algo que nadie quiere y tenerlos almacenados en una bodega durante años, todo por no investigar a detalle las necesidades de los compradores.

A lo largo de varios años he ayudado a muchos emprendedores, y a quienes quieren serlo, a lograr sus metas y casi todos buscan comercializar algo “que se venda”. Este es el primer error: pensar en función del producto o servicio en vez de las necesidades de los clientes.

Cuando se piensa más en la ganancia que en satisfacer, es altamente probable que los proyectos fallen porque se da más importancia al dinero que al cliente. Seguramente estarás pensando que todos queremos billetes, y es correcto, pero primero sé capaz de satisfacer al comprador para que esté dispuesto a pagarte.

Ya no importa la lista de características que ofrezcas sino los beneficios y resultados que logras, es por eso que no debes pensar en lo que más se venda.

Te voy a contar sobre Gary Dahl (1936 – 2015) un hombre que encontró el mayor negocio de la historia. Logró convertir un objeto común y abundante en la naturaleza en una fortuna de millones de dólares porque entendió al consumidor y le ofreció lo que realmente necesitaba. Hay quienes evitan tener mascotas porque piensan en todo lo que significa: limpiar deshechos, vacunas, maullidos o ladridos, pelos en la ropa, baños, esterilización, gastos de alimentación, tiempo para pasear o jugar, y lo peor, morirán dejando un gran vacío y dolor. Gary entendió esto después de reunirse con sus amigos y puso en acción su gran idea. Tomó piedras grises que abundan en los ríos, consiguió paja, las colocó en una caja y le dijo a la gente que tenía LA MASCOTA IDEAL. Una piedra que no van al baño, no hace ruido, no requiere inversión de tiempo ni de dinero.

¡En serio! Se hizo millonario. Si Gary hubiera dicho que vendía piedras bonitas, redondas, con un color gris hermoso y muy útiles para ser pisapapeles, tal vez habría vendido 20 o 30, con mucha suerte quizá 100. Sin embargo, entendió a la gente y le dio lo que necesitaba.

El cliente debe ser el eje de cualquier idea, pregúntate en qué le ayudas, cómo haces su vida mejor o más fácil.

¿Tú, cómo haces mejor la vida de tus clientes?

Recuerda: “Si fuera fácil, cualquiera lo haría bien”.