/ domingo 3 de abril de 2022

Manos migrantes que trabajan y generan empleos

En el 2021, Estados Unidos fue nombrado por la Revista CEOWORLD como el país más emprendedor del mundo. Nada mal para la nación de las oportunidades y en la que se cumplen los sueños de quienes desean trascender. No obstante, el éxito de la principal economía mundial tiene tras bambalinas historias de millones de migrantes que le han tendido la mano más de una vez. El reporte de la National Foundation For American Policy estima que el 55% de las empresas en la Unión Americana con un valor de mil millones de dólares o más, tienen al menos a un fundador migrante. Además, dichas empresas crean en promedio 1,200 empleos cada una. ¿Datos que nos deben sorprender? ¡No lo creo!

Uno de los mitos más marcados sobre la migración es que las personas que llegan a otros países (sobre todo las indocumentadas) les quitan oportunidades de trabajo a los nativos. Esta aseveración no sólo se cimenta en ideologías antinmigrantes como las que impulsó hasta el cansancio Donald Trump, sino que en la realidad es todo lo contrario. Un informe divulgado por el Congreso Económico Conjunto, el Caucus Hispano y el Comité de Empresas Pequeñas de la Cámara de Representantes, estima que existen cinco millones de empresas latinas en Estados Unidos y que éstas contribuyen cada año con más de 800 mil millones de dólares a su economía.

Si bien a los migrantes se les asocia con actividades en el campo, operar almacenes, atender mini super, vender en la calle o cumplir con trabajos domésticos (todas actividades dignas de realizar, por cierto), también hay ejemplos de cómo han logrado trascender en el ámbito empresarial. Analicemos dos casos publicados en un artículo de CNN Español. Primeramente, ¿algún día se imaginaron que el dueño de un equipo de beisbol de las Grandes Ligas fuera de ascendencia mexicana? Arturo Moreno está considerado entre las 300 personas más ricas del mundo, sus padres emigraron de México y su abuelo fue el dueño del primer periódico en español en Tucson, Arizona. En el 2003, Moreno adquirió a Los Angeles Angels, convirtiéndose en el primero mexicano-estadounidense en ser dueño de un equipo deportivo en los Estados Unidos.

En segundo lugar, ¿qué opinan de ir a solicitar un crédito para emprender un negocio de comida mexicana en California en un banco creado por una mujer de Guadalajara? María Contreras Sweet es una exitosa empresaria que emigró con su madre y sus cinco hermanos a Los Angeles, cuando ella tenía apenas cinco años de edad. Como muchas historias de familias migrantes, su madre trabajó en una empacadora de pollo para pagar los estudios de sus hijos. Después de una gran carrera en la iniciativa privada, María fundó ProAmerica Bank, el primer banco dirigido a impulsar pequeñas y medianas empresas. Tal fue la influencia de esta emprendedora mexicana que en el 2014 el entonces presidente Barak Obama la puso al frente de la Administración de Pequeñas Empresas de Estados Unidos (SBA por sus siglas en inglés).

Los migrantes no sólo son parte fundamental en la maquinaria que pone a Estados Unidos en la cima económica, también son la mano de obra más ocupada en las actividades de mayor riesgo. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 164 millones de migrantes a nivel global aceptan los trabajos sucios, peligrosos y difíciles (llamados 3D por sus siglas en inglés). “Comenzamos haciendo lo que ellos no quieren hacer, pero luego las cosas cambian…”, comentó Fernando Medina en una entrevista en la que describió cómo inició de lava trastes en un restaurante de Georgia y hoy, a quince años de distancia, ya es socio de este negocio.

Ahora bien, ¿qué ha pasado con la situación laboral de los migrantes durante la pandemia? Por su naturaleza, se trata de un sector de la población que sufre la discriminación institucional. En una crisis sanitaria son aún más vulnerables debido a las restricciones para el acceso a los servicios de salud y alimentación. En lo que va de la pandemia por el COVID-19, los migrantes han estado en la primera línea y en otras actividades esenciales que no se realizan a distancia (en Estados Unidos el 74% de los migrantes indocumentados son trabajadores esenciales). A pesar de estas dificultades, los negocios de los latinos han puesto el pecho a las adversidades: De acuerdo con la Agencia Federal de Pequeños Negocios, han generado durante la pandemia 500 mil millones de dólares y han empleado a 3.5 millones de personas.

Como hemos visto, el papel de los migrantes ha sido fundamental en los tiempos de bonanza de los Estados Unidos, siendo incluso ejemplos de éxito. Pero cuando más han demostrado su valor, ha sido en momentos de crisis. Ahora mismo, en la Unión Americana se está suscitando un fenómeno laboral que los expertos en economía llaman la “Gran renuncia”. Tan sólo en febrero de este 2022 han dejado sus empleos 4.4 millones de estadounidenses, además de que existen 11.3 millones de vacantes. ¿Serán los migrantes quienes levanten la mano para aprovechar estas oportunidades? ¡Claro que sí!, lo han hecho desde el primer día que llegaron a su nuevo hogar. Habría que preguntarle a María Contreras y a Arturo Moreno si, en sus tiempos libres, enviaron ya su CV.




En el 2021, Estados Unidos fue nombrado por la Revista CEOWORLD como el país más emprendedor del mundo. Nada mal para la nación de las oportunidades y en la que se cumplen los sueños de quienes desean trascender. No obstante, el éxito de la principal economía mundial tiene tras bambalinas historias de millones de migrantes que le han tendido la mano más de una vez. El reporte de la National Foundation For American Policy estima que el 55% de las empresas en la Unión Americana con un valor de mil millones de dólares o más, tienen al menos a un fundador migrante. Además, dichas empresas crean en promedio 1,200 empleos cada una. ¿Datos que nos deben sorprender? ¡No lo creo!

Uno de los mitos más marcados sobre la migración es que las personas que llegan a otros países (sobre todo las indocumentadas) les quitan oportunidades de trabajo a los nativos. Esta aseveración no sólo se cimenta en ideologías antinmigrantes como las que impulsó hasta el cansancio Donald Trump, sino que en la realidad es todo lo contrario. Un informe divulgado por el Congreso Económico Conjunto, el Caucus Hispano y el Comité de Empresas Pequeñas de la Cámara de Representantes, estima que existen cinco millones de empresas latinas en Estados Unidos y que éstas contribuyen cada año con más de 800 mil millones de dólares a su economía.

Si bien a los migrantes se les asocia con actividades en el campo, operar almacenes, atender mini super, vender en la calle o cumplir con trabajos domésticos (todas actividades dignas de realizar, por cierto), también hay ejemplos de cómo han logrado trascender en el ámbito empresarial. Analicemos dos casos publicados en un artículo de CNN Español. Primeramente, ¿algún día se imaginaron que el dueño de un equipo de beisbol de las Grandes Ligas fuera de ascendencia mexicana? Arturo Moreno está considerado entre las 300 personas más ricas del mundo, sus padres emigraron de México y su abuelo fue el dueño del primer periódico en español en Tucson, Arizona. En el 2003, Moreno adquirió a Los Angeles Angels, convirtiéndose en el primero mexicano-estadounidense en ser dueño de un equipo deportivo en los Estados Unidos.

En segundo lugar, ¿qué opinan de ir a solicitar un crédito para emprender un negocio de comida mexicana en California en un banco creado por una mujer de Guadalajara? María Contreras Sweet es una exitosa empresaria que emigró con su madre y sus cinco hermanos a Los Angeles, cuando ella tenía apenas cinco años de edad. Como muchas historias de familias migrantes, su madre trabajó en una empacadora de pollo para pagar los estudios de sus hijos. Después de una gran carrera en la iniciativa privada, María fundó ProAmerica Bank, el primer banco dirigido a impulsar pequeñas y medianas empresas. Tal fue la influencia de esta emprendedora mexicana que en el 2014 el entonces presidente Barak Obama la puso al frente de la Administración de Pequeñas Empresas de Estados Unidos (SBA por sus siglas en inglés).

Los migrantes no sólo son parte fundamental en la maquinaria que pone a Estados Unidos en la cima económica, también son la mano de obra más ocupada en las actividades de mayor riesgo. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 164 millones de migrantes a nivel global aceptan los trabajos sucios, peligrosos y difíciles (llamados 3D por sus siglas en inglés). “Comenzamos haciendo lo que ellos no quieren hacer, pero luego las cosas cambian…”, comentó Fernando Medina en una entrevista en la que describió cómo inició de lava trastes en un restaurante de Georgia y hoy, a quince años de distancia, ya es socio de este negocio.

Ahora bien, ¿qué ha pasado con la situación laboral de los migrantes durante la pandemia? Por su naturaleza, se trata de un sector de la población que sufre la discriminación institucional. En una crisis sanitaria son aún más vulnerables debido a las restricciones para el acceso a los servicios de salud y alimentación. En lo que va de la pandemia por el COVID-19, los migrantes han estado en la primera línea y en otras actividades esenciales que no se realizan a distancia (en Estados Unidos el 74% de los migrantes indocumentados son trabajadores esenciales). A pesar de estas dificultades, los negocios de los latinos han puesto el pecho a las adversidades: De acuerdo con la Agencia Federal de Pequeños Negocios, han generado durante la pandemia 500 mil millones de dólares y han empleado a 3.5 millones de personas.

Como hemos visto, el papel de los migrantes ha sido fundamental en los tiempos de bonanza de los Estados Unidos, siendo incluso ejemplos de éxito. Pero cuando más han demostrado su valor, ha sido en momentos de crisis. Ahora mismo, en la Unión Americana se está suscitando un fenómeno laboral que los expertos en economía llaman la “Gran renuncia”. Tan sólo en febrero de este 2022 han dejado sus empleos 4.4 millones de estadounidenses, además de que existen 11.3 millones de vacantes. ¿Serán los migrantes quienes levanten la mano para aprovechar estas oportunidades? ¡Claro que sí!, lo han hecho desde el primer día que llegaron a su nuevo hogar. Habría que preguntarle a María Contreras y a Arturo Moreno si, en sus tiempos libres, enviaron ya su CV.




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