/ viernes 25 de marzo de 2022

Niños, niños, niños; víctimas colaterales de la migración

Poema para los niños migrantes

Temprano te salieron alas

y esparces las cenizas de un viaje inesperado.

Vuelas hacia una tierra prometida que no existe,

donde leche ni miel encontrarás.

Encerrarán tu vuelo en jaulas

y el miedo que aprendiste a dejar lejos

regresará a morderte por las noches.

Liz Durand Goytia, escritora veracruzana.


Hoy, al revisar las noticias, vemos que más de siete millones de niños están atrapados en Ucrania sin poder escapar del horror en el que se ha convertido su vida; que más de 23 mil niños mexicanos son deportados de Estados Unidos como consecuencia de las políticas antinmigrantes; y que 52 mil niños centroamericanos son detenidos en la frontera sur de México hasta no resolver su condición de refugiados. Niños, niños, niños… Desafortunadamente, siguen siendo las víctimas colaterales de la migración forzada.

El dolor que vemos en los ojos de aquellos pequeños que dejan su hogar para buscar junto a sus familias una mejor oportunidad, debería ser nuestro propio dolor al ser un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Así de dura es la realidad de estos niños que, en palabras de la escritora Liz Durand, ven cómo el miedo que se quedaba atrás, en los cientos de kilómetros recorridos, regresa de súbito al intentar cruzar la frontera de la vida prometida.

Como lo he comentado en artículos anteriores, la movilización de personas es un fenómeno complejo en el que intervienen un sin fin de factores y realidades que, normalmente, tienen que ver con la huida o expulsión de las personas. Según la última estimación de las Naciones Unidas, existen 38 millones de niños migrantes, de los cuales muchos realizan este peregrinar sin sus padres o algún familiar que los acompañe.

Ahora bien, si nos enfocamos en lo que sucede con los niños migrantes en ambas fronteras de México, la situación es igual de complicada. Comencemos en el norte. La Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación estima que en el 2021 fueron repatriados de Estados Unidos 23 mil 609 menores de edad mexicanos, incrementándose 88% respecto al 2020.

En relación a esto, muchos líderes migrantes se preguntan: ¿dichas cifras son parte de las sombras que dejó Donald Trump? No olvidemos que en el 2018 el entonces presidente de los Estados Unidos promovió la política de “tolerancia cero”, con la cual se procesaba a todo adulto indocumentado mientras que a los niños se les ponía bajo custodia de los servicios humanos y de salud antes de ser repatriados. Pero las “políticas sin corazón” de Trump, como las definió el republicano Jeb Bush, no pararon ahí. También aprobó la denominada Título 42 con la que deportó a los migrantes indocumentados que representaran un “peligro de salud” por la pandemia de coronavirus. Y aunque recientemente Joe Biden exentó de esta política a los menores de edad, el daño colateral sigue siendo el mismo: más niños separados de sus padres.

No obstante, en medio de ese panorama de oscuridad que generó Donald Trump, también asomaron las muestras de humanidad con los niños migrantes. Por ejemplo, el Juez Clay Jenkins del Condado de Dallas se ofreció a cuidar de estos pequeños que fueron separados de sus padres. Jenkins mencionó que estarían mejor atendidos en Dallas que en el Walmart que fue convertido en centro de detención, y en el que recluyeron a mil quinientos menores de edad según difundieron varios medios de comunicación. “Aunque no tienen a su lado a sus mamás y papás, por lo menos podemos hacer que personas se ofrezcan a darles amor y ayudar a esos niños”, dijo Jenkins en una de las manifestaciones contra la política de “tolerancia cero”.

Por otro lado, en nuestra frontera sur la situación también es compleja. El número de niños procedentes de Centroamérica se ha incrementado, sobre todo por la violencia y el desastre económico que se vive en sus lugares de origen. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reportó que en el 2021 más de 100 mil personas solicitaron refugio en México, de las cuales cerca de 18 mil son menores de edad y al menos mil no estaban acompañados. ¿Y qué ha hecho México al respecto? Según un migrante brasileño “los mexicanos sellaron su frontera, de la misma forma que hicieron con ellos sus vecinos del norte”.

Al final, podemos darle la vuelta a la página de las noticias y ver con cierta esperanza a Joe Biden anunciar desde Polonia que Estados Unidos acogerá hasta 100 mil ucranianos (esperemos que vengan muchos menores de edad entre estos refugiados); pero lo que no podemos hacer es abandonar en ese limbo mediático y de realidad a los millones de niños que siguen varados en la incertidumbre de un futuro mejor.

Y tú ¿qué opinas? Sigamos la conversación en Twitter: @JuanHernandezS

Juan Hernández, Titular de la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional del Estado de Guanajuato. Escritor, internacionalista, analista político (CNN) y experto en comunicación estratégica. Reconocido como “Uno De Los 100 Hispanos Más Influyentes” (Hispanic Business) y “Humanitario del Año” (Latin Trade Magazine).


Poema para los niños migrantes

Temprano te salieron alas

y esparces las cenizas de un viaje inesperado.

Vuelas hacia una tierra prometida que no existe,

donde leche ni miel encontrarás.

Encerrarán tu vuelo en jaulas

y el miedo que aprendiste a dejar lejos

regresará a morderte por las noches.

Liz Durand Goytia, escritora veracruzana.


Hoy, al revisar las noticias, vemos que más de siete millones de niños están atrapados en Ucrania sin poder escapar del horror en el que se ha convertido su vida; que más de 23 mil niños mexicanos son deportados de Estados Unidos como consecuencia de las políticas antinmigrantes; y que 52 mil niños centroamericanos son detenidos en la frontera sur de México hasta no resolver su condición de refugiados. Niños, niños, niños… Desafortunadamente, siguen siendo las víctimas colaterales de la migración forzada.

El dolor que vemos en los ojos de aquellos pequeños que dejan su hogar para buscar junto a sus familias una mejor oportunidad, debería ser nuestro propio dolor al ser un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Así de dura es la realidad de estos niños que, en palabras de la escritora Liz Durand, ven cómo el miedo que se quedaba atrás, en los cientos de kilómetros recorridos, regresa de súbito al intentar cruzar la frontera de la vida prometida.

Como lo he comentado en artículos anteriores, la movilización de personas es un fenómeno complejo en el que intervienen un sin fin de factores y realidades que, normalmente, tienen que ver con la huida o expulsión de las personas. Según la última estimación de las Naciones Unidas, existen 38 millones de niños migrantes, de los cuales muchos realizan este peregrinar sin sus padres o algún familiar que los acompañe.

Ahora bien, si nos enfocamos en lo que sucede con los niños migrantes en ambas fronteras de México, la situación es igual de complicada. Comencemos en el norte. La Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación estima que en el 2021 fueron repatriados de Estados Unidos 23 mil 609 menores de edad mexicanos, incrementándose 88% respecto al 2020.

En relación a esto, muchos líderes migrantes se preguntan: ¿dichas cifras son parte de las sombras que dejó Donald Trump? No olvidemos que en el 2018 el entonces presidente de los Estados Unidos promovió la política de “tolerancia cero”, con la cual se procesaba a todo adulto indocumentado mientras que a los niños se les ponía bajo custodia de los servicios humanos y de salud antes de ser repatriados. Pero las “políticas sin corazón” de Trump, como las definió el republicano Jeb Bush, no pararon ahí. También aprobó la denominada Título 42 con la que deportó a los migrantes indocumentados que representaran un “peligro de salud” por la pandemia de coronavirus. Y aunque recientemente Joe Biden exentó de esta política a los menores de edad, el daño colateral sigue siendo el mismo: más niños separados de sus padres.

No obstante, en medio de ese panorama de oscuridad que generó Donald Trump, también asomaron las muestras de humanidad con los niños migrantes. Por ejemplo, el Juez Clay Jenkins del Condado de Dallas se ofreció a cuidar de estos pequeños que fueron separados de sus padres. Jenkins mencionó que estarían mejor atendidos en Dallas que en el Walmart que fue convertido en centro de detención, y en el que recluyeron a mil quinientos menores de edad según difundieron varios medios de comunicación. “Aunque no tienen a su lado a sus mamás y papás, por lo menos podemos hacer que personas se ofrezcan a darles amor y ayudar a esos niños”, dijo Jenkins en una de las manifestaciones contra la política de “tolerancia cero”.

Por otro lado, en nuestra frontera sur la situación también es compleja. El número de niños procedentes de Centroamérica se ha incrementado, sobre todo por la violencia y el desastre económico que se vive en sus lugares de origen. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reportó que en el 2021 más de 100 mil personas solicitaron refugio en México, de las cuales cerca de 18 mil son menores de edad y al menos mil no estaban acompañados. ¿Y qué ha hecho México al respecto? Según un migrante brasileño “los mexicanos sellaron su frontera, de la misma forma que hicieron con ellos sus vecinos del norte”.

Al final, podemos darle la vuelta a la página de las noticias y ver con cierta esperanza a Joe Biden anunciar desde Polonia que Estados Unidos acogerá hasta 100 mil ucranianos (esperemos que vengan muchos menores de edad entre estos refugiados); pero lo que no podemos hacer es abandonar en ese limbo mediático y de realidad a los millones de niños que siguen varados en la incertidumbre de un futuro mejor.

Y tú ¿qué opinas? Sigamos la conversación en Twitter: @JuanHernandezS

Juan Hernández, Titular de la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional del Estado de Guanajuato. Escritor, internacionalista, analista político (CNN) y experto en comunicación estratégica. Reconocido como “Uno De Los 100 Hispanos Más Influyentes” (Hispanic Business) y “Humanitario del Año” (Latin Trade Magazine).


ÚLTIMASCOLUMNAS
Cargar Más