El mundo es un caos. A cualquier lado que volteemos a ver, hay violencia, inequidades, intolerancia y demás. Afortunadamente, existe una pequeña parte de la vida que nos devuelve la esperanza: el arte.
Salir a las calles de nuestro Irapuato se ha convertido en un juego de azar, pues no se sabe lo que podemos enfrentar debido al enorme problema de violencia actual, pero afortunadamente, eso no representa el todo en nuestra ciudad. Aunque muchos irapuatenses vivimos con al menos una queja diaria sobre la situación actual, no todo resulta ser malo. Por ejemplo un día indeterminado, salir a dar un paseo por la zona centro, nos hace dar cuenta de las cosas hermosas que tenemos aquí. No es necesario siquiera entrar a un museo para encontrar toda una muestra cultural, pues caminar entre las plazas representativas, permite disfrutar de la bella arquitectura neoclásica que los templos poseen, los murales son reflejo de nuestra historia, así como las distintas fuentes enfatizan espacios icónicos.
Recuerdo un sábado del pasado mes de marzo, sin mucho quehacer, caminando sin ton ni son, tomé rumbo hacia el callejón de Berriozabal, esa fue la mejor elección de ruta casual, pues sin planearlo pude ver una exposición de pintura, acompañada de la visita de una familia argentina que se hace llamar los Amunches, quienes son viajeros que recorren el continente Americano, mostrando su estilo de vida, el cual surge de la idea de llegar hasta Alaska en una casa rodante sorteando obstáculos y dejándose llevar por un sueño. Y si per sé, este callejón alberga una mágica bohemia, ese momento lo hacía mejor.
Es precisamente en este breve, pero bello espacio, donde se ubica la Galería Van Gogh, que además de centro expositor, es una escuela de dibujo, pintura y escultura, misma que fue responsable de crear aquel memorable momento lleno de expresión artística, el cual no podía mas que ser inmortalizado en participación de varios artistas, en una pintura creada en tiempo real, plasmando la esencia del lugar y del instante.
Y así, como este sitio, tenemos la fortuna de contar con más centros e instituciones dedicadas a impulsar el talento y el arte, como lo es el Centro Regional de Expresión Artística, que da cabida a una amplia gama de eventos, comprendiendo artes visuales, música, cine, pintura, y ahora iteratura, con la librería del Fondo de Cultura Económica, “Emma Godoy”. Aledaño, el restaurant Guzttazo, funge como otro foro, donde músicos locales y foráneos cultivan a quienes con buen gusto deciden entrar a acompañar una cena con buena música, ya sea de jazz, rock, reggae, y cualquier género selecto.
También propio IMCAR, nos ofrece una serie de eventos únicos, muchos de ellos llenos de jazz, situación que nos ha identificado como un municipio jazzista, musical y visualmente, pues además oriundo irapuatense es el maestro Jazzamoart, conocido en diversas partes del mundo por su arte visual con temas relativos a este género.
Finalmente, y como ejemplo de la riqueza en la diversidad de foros, artistas y géneros, basta con pasar por la céntrica Plaza Miguel Hidalgo, para encontrar a un misterioso artista urbano que mezcla su admiración por un luchador mexicano con el gusto de la música blues, el cual interpreta sobre una pista musical, solos de guitarra y se hace llamar “Blues Demon”, pues su identidad queda resguardada por una máscara de Blue Demon, al tiempo que la música blues fluye desde su instrumento.
De este modo, inculcando el arte, especialmente en los menores, es posible combatir poco a poco las ideas violentas y erráticas e ir reemplazando esos impulsos de destrucción, por impulsos de creación de obras que expresen y liberen.
Ante tantos acontecimientos negativos, olvidamos ver lo bueno, pero es siempre necesario tener una mirada sensible y enfocarla en aquello que sana, que llena y que transporta; y el arte nos ofrece todo ello.
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