/ domingo 22 de marzo de 2020

Primer balance de la emergencia sanitaria

Desde hace ya varios días se han ido incrementado los casos de COVID-19 y ante ello han habido una serie de declaraciones y acciones tanto a nivel federal como estatal y municipal, y hemos sido testigos de experiencias internacionales que muestran la seriedad del problema. Hoy, no cabe duda que nos estamos enfrentando a uno de los principales retos de la historia y en este siglo, al mayor desafío mundial.

A nivel federal, el errático comportamiento del gobierno, las declaraciones del presidente López Obrador minimizando el problema y las absurdas explicaciones y soluciones han restado credibilidad tanto de la figura presidencial como del gobierno de México frente al mundo, sin embargo, muchos gobiernos municipales y estatales, de todos los partidos políticos han dado ejemplo de responsabilidad y liderazgo frente a una crisis. También empresarios y sociedad civil han demostrado que nuestro país sabe enfrentar los problemas de manera solidaria y asertiva.

El presente escrito se cierra en la mañana del viernes 20 de marzo y en 13 estados de la República dejaron de asistir gradualmente los estudiantes a clases desde el martes pasado. Los eventos públicos como teatro y conciertos, sin necesidad de una orden gubernamental, fueron cancelados por sus organizadores para no poner en riesgo a los ciudadanos, los bancos y restaurantes están implementando medidas para evitar riesgos mayores y la mayoría de las mexicanas y mexicanos han decidido voluntariamente no salir de sus casas si no es absolutamente necesario.

La cifra oficial al momento de casos confirmados es de 164 y con ese número ya se puede hablar de una segunda fase de “dispersión comunitaria”. La primera fase fue la importación del virus con decenas de casos y la tercera fase será la epidemia y dispersión nacional cuando se llegue a los miles. Ante los casos y acciones que han tomado en Italia, España, Estados Unidos y Alemania, nuestras autoridades federales han reaccionado lento y mal, pero eso no quiere decir que todo vaya mal; la responsabilidad individual, el trabajo de los médicos y hospitales, la labor de difusión y acciones tomadas por los gobiernos estatales y municipales, y la solidaridad demostrada por los ciudadanos han funcionado de forma correcta.

En los días que vienen y ante la situación es importante hacer cada quien nuestra labor: quedarnos lo más posible en casa, seguir las medidas de higiene que se promueven y en caso de tener empleados o gente a nuestro cargo ser solidarios tanto en la posibilidad de que trabajen desde casa como en las necesidades que se presenten; no son vacaciones, pero sí podemos limitar al máximo el contacto personal.

México saldrá delante de la amenaza porque sabemos ser solidarios y tomar con seriedad las situaciones que nos vulneran. Es tiempo de hacer lo propio y de exigir que las autoridades federales hagan su parte y dejen de aumentar el riesgo de los ciudadanos por negligencia o por soberbia.

@JCRomeroHicks

Desde hace ya varios días se han ido incrementado los casos de COVID-19 y ante ello han habido una serie de declaraciones y acciones tanto a nivel federal como estatal y municipal, y hemos sido testigos de experiencias internacionales que muestran la seriedad del problema. Hoy, no cabe duda que nos estamos enfrentando a uno de los principales retos de la historia y en este siglo, al mayor desafío mundial.

A nivel federal, el errático comportamiento del gobierno, las declaraciones del presidente López Obrador minimizando el problema y las absurdas explicaciones y soluciones han restado credibilidad tanto de la figura presidencial como del gobierno de México frente al mundo, sin embargo, muchos gobiernos municipales y estatales, de todos los partidos políticos han dado ejemplo de responsabilidad y liderazgo frente a una crisis. También empresarios y sociedad civil han demostrado que nuestro país sabe enfrentar los problemas de manera solidaria y asertiva.

El presente escrito se cierra en la mañana del viernes 20 de marzo y en 13 estados de la República dejaron de asistir gradualmente los estudiantes a clases desde el martes pasado. Los eventos públicos como teatro y conciertos, sin necesidad de una orden gubernamental, fueron cancelados por sus organizadores para no poner en riesgo a los ciudadanos, los bancos y restaurantes están implementando medidas para evitar riesgos mayores y la mayoría de las mexicanas y mexicanos han decidido voluntariamente no salir de sus casas si no es absolutamente necesario.

La cifra oficial al momento de casos confirmados es de 164 y con ese número ya se puede hablar de una segunda fase de “dispersión comunitaria”. La primera fase fue la importación del virus con decenas de casos y la tercera fase será la epidemia y dispersión nacional cuando se llegue a los miles. Ante los casos y acciones que han tomado en Italia, España, Estados Unidos y Alemania, nuestras autoridades federales han reaccionado lento y mal, pero eso no quiere decir que todo vaya mal; la responsabilidad individual, el trabajo de los médicos y hospitales, la labor de difusión y acciones tomadas por los gobiernos estatales y municipales, y la solidaridad demostrada por los ciudadanos han funcionado de forma correcta.

En los días que vienen y ante la situación es importante hacer cada quien nuestra labor: quedarnos lo más posible en casa, seguir las medidas de higiene que se promueven y en caso de tener empleados o gente a nuestro cargo ser solidarios tanto en la posibilidad de que trabajen desde casa como en las necesidades que se presenten; no son vacaciones, pero sí podemos limitar al máximo el contacto personal.

México saldrá delante de la amenaza porque sabemos ser solidarios y tomar con seriedad las situaciones que nos vulneran. Es tiempo de hacer lo propio y de exigir que las autoridades federales hagan su parte y dejen de aumentar el riesgo de los ciudadanos por negligencia o por soberbia.

@JCRomeroHicks