/ viernes 12 de noviembre de 2021

¿Qué estas haciendo con tu vida?

No hace mucho tuve un diálogo con una joven, que me hizo reflexionar sobre mi propia experiencia y me atrevo a afirmar que la de muchos, la cual tiene que ver con el propósito de nuestra vida.

Es común que cuando las personas se encuentran en el rango de edad donde se les considera jóvenes, es común cuestionarlas acerca de ¿qué vas a hacer con tu vida?, refiriéndose en muchos de los casos a qué carrera van a estudiar, qué actividad económica van a desarrollar, cómo van a aplicar la carrera que estudiaron, si tienen planes de formar una familia y cosas semejantes.

Pero lo cierto es que muchos adultos que cuestionan estas cosas a las generaciones más jóvenes, aunque muchos de ellos hayan estudiado una carrera, tengan un empleo, hayan desarrollado una empresa, tengan una familia, tengan algún oficio, se estén desarrollando en el área de su profesión, o simplemente lleven una vida “normal” a los ojos de la mayoría de las personas, la realidad es que nos sorprendería la respuesta que muchos de ellos nos darían a la pregunta ¿conoces el propósito de tu vida?

Cada persona puede definir desde su perspectiva qué es la buena vida para ellos y cómo la buscan, pero no todos pueden contestar satisfactoriamente a la pregunta: ¿cuál es el propósito de mi vida?, ya que esta pregunta lleva a muchas otras, como por ejemplo ¿para qué estoy en esta vida?, ¿qué valor tiene lo que hago?, por lo cual, muchos en su vida adulta y aún en su ancianidad nunca llegan a contestarse éstas preguntas satisfactoriamente.

Mientras no encontremos la respuesta adecuada a estas preguntas, todos los planes y metas que uno llega a fijarse, cuando se llega a esa cima de verlos cristalizados, siempre nos estará esperando la misma pregunta: ¿qué estoy haciendo con mi vida, cuál es mi propósito?, lo cual se vuelve una situación muy frustrante, angustiante y desmotivadora.

Porque siempre hay algo en el ser interno que no llena, aún cuando enfocamos nuestros esfuerzos en alcanzar nuestras metas económicas, afectivas, académicas, sociales y las logramos, aún así ese vacío continúa sin resolverse. Y paradójicamente nadie comenzamos nuestra vida con estas preguntas resueltas, sin embargo, la vida nos presenta la maravillosa oportunidad de resolverlas antes de nuestra partida de este planeta.

A lo largo de nuestras vidas, muchas son las perspectivas que nos proponen la respuesta al propósito de nuestra vida, pero conforme uno experimenta esas respuestas se da uno cuenta que son volátiles por la evidencia de que el vacío interno continúa, y con ello continúan creciendo los problemas en la vida y nuestras culturas.

Pero si queremos abrir nuestra mente, podemos encontrar que la respuesta correcta a la pregunta ¿cuál es el propósito de mi vida? La dio Jesucristo a la edad de 12 años al afirmar: “¿No sabían que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?” (Lucas 2:49).

Esta respuesta de Jesucristo es un error ponerla en el contexto religioso, de ponerla como algo místico sin practicidad para la vida humana, al contrario, no hay absolutamente nada que tenga mayor significado y propósito que involucrarnos en conocer el plan que el Dios de la Biblia tiene para nuestra vida y el desarrollo de nuestras sociedades.

Nunca descubrir este plan de Él para cada uno de nosotros y nuestras naciones, significa nunca llenar ese vacío interno que todos llegamos a experimentar en la vida.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

________________________________

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.






No hace mucho tuve un diálogo con una joven, que me hizo reflexionar sobre mi propia experiencia y me atrevo a afirmar que la de muchos, la cual tiene que ver con el propósito de nuestra vida.

Es común que cuando las personas se encuentran en el rango de edad donde se les considera jóvenes, es común cuestionarlas acerca de ¿qué vas a hacer con tu vida?, refiriéndose en muchos de los casos a qué carrera van a estudiar, qué actividad económica van a desarrollar, cómo van a aplicar la carrera que estudiaron, si tienen planes de formar una familia y cosas semejantes.

Pero lo cierto es que muchos adultos que cuestionan estas cosas a las generaciones más jóvenes, aunque muchos de ellos hayan estudiado una carrera, tengan un empleo, hayan desarrollado una empresa, tengan una familia, tengan algún oficio, se estén desarrollando en el área de su profesión, o simplemente lleven una vida “normal” a los ojos de la mayoría de las personas, la realidad es que nos sorprendería la respuesta que muchos de ellos nos darían a la pregunta ¿conoces el propósito de tu vida?

Cada persona puede definir desde su perspectiva qué es la buena vida para ellos y cómo la buscan, pero no todos pueden contestar satisfactoriamente a la pregunta: ¿cuál es el propósito de mi vida?, ya que esta pregunta lleva a muchas otras, como por ejemplo ¿para qué estoy en esta vida?, ¿qué valor tiene lo que hago?, por lo cual, muchos en su vida adulta y aún en su ancianidad nunca llegan a contestarse éstas preguntas satisfactoriamente.

Mientras no encontremos la respuesta adecuada a estas preguntas, todos los planes y metas que uno llega a fijarse, cuando se llega a esa cima de verlos cristalizados, siempre nos estará esperando la misma pregunta: ¿qué estoy haciendo con mi vida, cuál es mi propósito?, lo cual se vuelve una situación muy frustrante, angustiante y desmotivadora.

Porque siempre hay algo en el ser interno que no llena, aún cuando enfocamos nuestros esfuerzos en alcanzar nuestras metas económicas, afectivas, académicas, sociales y las logramos, aún así ese vacío continúa sin resolverse. Y paradójicamente nadie comenzamos nuestra vida con estas preguntas resueltas, sin embargo, la vida nos presenta la maravillosa oportunidad de resolverlas antes de nuestra partida de este planeta.

A lo largo de nuestras vidas, muchas son las perspectivas que nos proponen la respuesta al propósito de nuestra vida, pero conforme uno experimenta esas respuestas se da uno cuenta que son volátiles por la evidencia de que el vacío interno continúa, y con ello continúan creciendo los problemas en la vida y nuestras culturas.

Pero si queremos abrir nuestra mente, podemos encontrar que la respuesta correcta a la pregunta ¿cuál es el propósito de mi vida? La dio Jesucristo a la edad de 12 años al afirmar: “¿No sabían que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?” (Lucas 2:49).

Esta respuesta de Jesucristo es un error ponerla en el contexto religioso, de ponerla como algo místico sin practicidad para la vida humana, al contrario, no hay absolutamente nada que tenga mayor significado y propósito que involucrarnos en conocer el plan que el Dios de la Biblia tiene para nuestra vida y el desarrollo de nuestras sociedades.

Nunca descubrir este plan de Él para cada uno de nosotros y nuestras naciones, significa nunca llenar ese vacío interno que todos llegamos a experimentar en la vida.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.