/ martes 31 de agosto de 2021

¿Realmente el dinero es el problema?

Es común hallar micro, pequeñas y medianas empresas que cuando presentan problemas lo atribuyen a la falta de recursos monetarios: “si tuviera dinero podría producir más…”, “si tuviera podría invertir en la calidad de mi producto…”, “si tuviera más podría distribuir mejor”. La realidad es que pocas veces requieren dinero.

Me explicaré: La UNAM en un estudio de 2014 determinó que 37 millones de jóvenes en nuestro país carecían de cultura financiera. El mexicano considera las tarjetas de crédito son extensiones de su sueldo, es decir, adicional a lo que ganan y no que son parte del mismo. La Bolsa Mexicana de Valores en su estudio 'La importancia de la educación financiera en los países emergentes' (2019) estima que solo 1 de cada 4 mexicanos tiene control sobre sus gastos y que el 30% de los mexicanos no usa ningún producto financiero como nómina, cuenta de ahorro, inversiones, préstamos, seguros, etc. Y cuando adquieren algún instrumento de financiamiento por primera vez resulta complicado manejarlos correctamente, terminando sobrepasados por la deuda, llegando a altos niveles de estrés cuando intervienen los despachos de cobranza.

Ahora, llevando esto a las empresas, veo continuamente que desconocen sus ingresos y egresos, carecen de registros sobre sus deudas y ya no digamos falta la clasificación de acuerdo al periodo (corto o largo plazo), ignoran el valor de sus activos, desconocen la necesidad de generar respaldos para situaciones de contingencia y todo esto junto deriva en problemas graves que ponen en peligro la existencia de la organización.

Todo lo anterior se resuelve con una mayor cultura financiera y una mejor administración de sus recursos, no con dinero.

¿Qué pasa si una empresa desordenada recibe mucho efectivo? Se multiplican sus problemas. En cambio, si los recibe una organización con una buena estructura, tiene muchas posibilidades de crecimiento.

Entonces, la educación financiera es primordial en el emprendimiento. Aprender a usar el dinero de forma inteligente para crecer el negocio es más relevante que la cantidad que se posea.

Recuerda: “Si fuera fácil, cualquiera lo haría bien.”

mariana.pefer@gmail.com

Es común hallar micro, pequeñas y medianas empresas que cuando presentan problemas lo atribuyen a la falta de recursos monetarios: “si tuviera dinero podría producir más…”, “si tuviera podría invertir en la calidad de mi producto…”, “si tuviera más podría distribuir mejor”. La realidad es que pocas veces requieren dinero.

Me explicaré: La UNAM en un estudio de 2014 determinó que 37 millones de jóvenes en nuestro país carecían de cultura financiera. El mexicano considera las tarjetas de crédito son extensiones de su sueldo, es decir, adicional a lo que ganan y no que son parte del mismo. La Bolsa Mexicana de Valores en su estudio 'La importancia de la educación financiera en los países emergentes' (2019) estima que solo 1 de cada 4 mexicanos tiene control sobre sus gastos y que el 30% de los mexicanos no usa ningún producto financiero como nómina, cuenta de ahorro, inversiones, préstamos, seguros, etc. Y cuando adquieren algún instrumento de financiamiento por primera vez resulta complicado manejarlos correctamente, terminando sobrepasados por la deuda, llegando a altos niveles de estrés cuando intervienen los despachos de cobranza.

Ahora, llevando esto a las empresas, veo continuamente que desconocen sus ingresos y egresos, carecen de registros sobre sus deudas y ya no digamos falta la clasificación de acuerdo al periodo (corto o largo plazo), ignoran el valor de sus activos, desconocen la necesidad de generar respaldos para situaciones de contingencia y todo esto junto deriva en problemas graves que ponen en peligro la existencia de la organización.

Todo lo anterior se resuelve con una mayor cultura financiera y una mejor administración de sus recursos, no con dinero.

¿Qué pasa si una empresa desordenada recibe mucho efectivo? Se multiplican sus problemas. En cambio, si los recibe una organización con una buena estructura, tiene muchas posibilidades de crecimiento.

Entonces, la educación financiera es primordial en el emprendimiento. Aprender a usar el dinero de forma inteligente para crecer el negocio es más relevante que la cantidad que se posea.

Recuerda: “Si fuera fácil, cualquiera lo haría bien.”

mariana.pefer@gmail.com