/ domingo 14 de febrero de 2021

Seamos eco-amigables

Tiene algunos años que escuchamos sobre productos “eco-friendly” o en español, eco-amigables. El término se refiere a que tienen un menor impacto ambiental que los “normales”, es decir, usan menos combustible en su elaboración, su empaque es biodegradable o incluso, carecen de uno, o significa que hay reducción de insumos, como en el caso de la ropa cuya etiqueta viene impresa en la tela.

Actualmente se asocia mucho el concepto amigable con el medio ambiente con productos caros y lo peor es que el consumidor percibe características de uso muy similares a otros más económicos. Es decir, caro y sirve para lo mismo.

Esencialmente ese costo adicional es porque está de moda, conforme se incremente la demanda (y por supuesto, oferta) de estos artículos irán bajando los precios.

Bimbo, hace un par de años comenzó a volver todos sus empaques biodegradables y renovó su flotilla con vehículos eléctricos. Magnífico que una gran empresa lo haga. Aquí es donde el panorama se complica para los emprendedores, porque los costos les dificultan manejar insumos o empaques amigables con el medio ambiente. Sin embargo, para crecer y poder escalar los negocios hay que entrar a las tendencias, no solo nacionales sino mundiales.

El estudio Tendencias: Mexican Consumer, Shopper and Retail, de Kantar, elaborado en 2019 El 71 por ciento de los mexicanos busca productos y embalajes reducidos, reutilizados o reciclados tanto como sea posible, en tanto que otro 45 por ciento compra a empresas que tienen una política ambiental clara y comprometida, según se publicó en el periódico La Razón.

Por ejemplo, quien vende mermeladas en envase de vidrio y ofrece un descuento al rellenar el frasco a cambio de rellenarlo, en este caso de prolonga la vida útil del envase, evitando que vaya directo a la basura.

En productos de belleza puedes hallar shampoo sólido, que parece jabón con todas las propiedades que requiere tu cabello. Además de ocupar menos espacio, no tienen un envase plástico, en algunos casos se limitan a un cartoncillo protector.

Reusar o reciclar insumos, por ejemplo, quienes hacen artesanías, joyería o accesorios con materiales de este tipo, le dan nueva vida algo.

En mayor o menor medida, todos podemos contribuir, disminuyendo uso de bolsas plásticas. Y aquí un señalamiento, se habla mucho de las biodegradables (que se deshacen y reintegran a la tierra), pero la mayoría simplemente se vuelven partículas más pequeñas de plástico, no se deshace ni se desaparece, permanece en el ambiente.

No todo lo que tiene empaque verde es realmente eco-amigable, en ocasiones es solo estrategia de mercadotecnia. Como consumidores hay que ser responsables de lo que adquirimos, así como los fabricantes deben aportar su granito de arena para disminuir el impacto de lo que se produce.

Al inicio de la pandemia se hablaba mucho del retorno de animales a sus hábitats naturales y los cielos azules por la disminución de la circulación de automóviles. Todo eso quedó atrás, desgraciadamente.

Hagamos un esfuerzo ganar-ganar donde el planeta resulte menos afectado por nuestros hábitos de consumo y los procesos de producción.


Recuerda: “Si fuera fácil, cualquiera lo haría bien.”


Mariana.pefer@gmail.com

Tiene algunos años que escuchamos sobre productos “eco-friendly” o en español, eco-amigables. El término se refiere a que tienen un menor impacto ambiental que los “normales”, es decir, usan menos combustible en su elaboración, su empaque es biodegradable o incluso, carecen de uno, o significa que hay reducción de insumos, como en el caso de la ropa cuya etiqueta viene impresa en la tela.

Actualmente se asocia mucho el concepto amigable con el medio ambiente con productos caros y lo peor es que el consumidor percibe características de uso muy similares a otros más económicos. Es decir, caro y sirve para lo mismo.

Esencialmente ese costo adicional es porque está de moda, conforme se incremente la demanda (y por supuesto, oferta) de estos artículos irán bajando los precios.

Bimbo, hace un par de años comenzó a volver todos sus empaques biodegradables y renovó su flotilla con vehículos eléctricos. Magnífico que una gran empresa lo haga. Aquí es donde el panorama se complica para los emprendedores, porque los costos les dificultan manejar insumos o empaques amigables con el medio ambiente. Sin embargo, para crecer y poder escalar los negocios hay que entrar a las tendencias, no solo nacionales sino mundiales.

El estudio Tendencias: Mexican Consumer, Shopper and Retail, de Kantar, elaborado en 2019 El 71 por ciento de los mexicanos busca productos y embalajes reducidos, reutilizados o reciclados tanto como sea posible, en tanto que otro 45 por ciento compra a empresas que tienen una política ambiental clara y comprometida, según se publicó en el periódico La Razón.

Por ejemplo, quien vende mermeladas en envase de vidrio y ofrece un descuento al rellenar el frasco a cambio de rellenarlo, en este caso de prolonga la vida útil del envase, evitando que vaya directo a la basura.

En productos de belleza puedes hallar shampoo sólido, que parece jabón con todas las propiedades que requiere tu cabello. Además de ocupar menos espacio, no tienen un envase plástico, en algunos casos se limitan a un cartoncillo protector.

Reusar o reciclar insumos, por ejemplo, quienes hacen artesanías, joyería o accesorios con materiales de este tipo, le dan nueva vida algo.

En mayor o menor medida, todos podemos contribuir, disminuyendo uso de bolsas plásticas. Y aquí un señalamiento, se habla mucho de las biodegradables (que se deshacen y reintegran a la tierra), pero la mayoría simplemente se vuelven partículas más pequeñas de plástico, no se deshace ni se desaparece, permanece en el ambiente.

No todo lo que tiene empaque verde es realmente eco-amigable, en ocasiones es solo estrategia de mercadotecnia. Como consumidores hay que ser responsables de lo que adquirimos, así como los fabricantes deben aportar su granito de arena para disminuir el impacto de lo que se produce.

Al inicio de la pandemia se hablaba mucho del retorno de animales a sus hábitats naturales y los cielos azules por la disminución de la circulación de automóviles. Todo eso quedó atrás, desgraciadamente.

Hagamos un esfuerzo ganar-ganar donde el planeta resulte menos afectado por nuestros hábitos de consumo y los procesos de producción.


Recuerda: “Si fuera fácil, cualquiera lo haría bien.”


Mariana.pefer@gmail.com