/ lunes 27 de julio de 2020

SEMILLAS DE LETRAS

Odette Méndez Paz es poeta, escritora y promotora cultural, como tal ha visto culminado otro de sus sueños, la publicación de “La Voz de los Niños y Jóvenes durante la pandemia”, antología dedicada a los sobrevivientes, al personal hospitalario, a los que se han marchado y descansan ya en paz y a los niños y jóvenes de México y del mundo. Son sesenta y seis participantes, noveles escritores de la amplia geografía de nuestro país: Apaseo El Grande, Guanajuato; San Cristóbal de las Casas, Chiapas; Macuspana, Tabasco; Tulancingo, Hidalgo; Torreón, Coahuila; Acapulco, Guerrero; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Cadereyta, Nuevo León; Creel, Chihuahua; y por supuesto, de San Luis Potosí.

En el prólogo, la maestra Odette escribió: “La convocatoria hecha por la Academia de Literatura Hispanoamericana y Editorial Pandero Cultural presenta los testimonios de niños y jóvenes que entregan sus experiencias de cómo viven, sienten y piensan en la pandemia. La expresividad de sentimientos muestran el cosmos que matiza su realidad a la que encaran con personalidad palpable traducida en cuentos, narraciones, relatos o descripciones que ponen de manifiesto su preocupación por los acontecimientos en desarrollo, al mismo tiempo, enuncian su propuesta para descifrar la ecuación pandémica en la que están presentes la empatía, la amistad, el respeto, la solidaridad, la tolerancia, sobre todo, el amor fraternal como solución dentro de la crisis de salud que acontece”.

En esta colaboración me permito transcribir un párrafo del trabajo desarrollado por Samaria Olascuagua Vázquez de San Luis Potosí, quien obtuvo el primer lugar en la categoría A, el título de es: “Un hola y un adiós”. “Hay historias que guardamos en nuestro corazón como un hermoso secreto, pero hay otras que debemos contar.

Hace algunos meses, las personas que se encargan de nuestra salud dijeron que teníamos que quedarnos en casa ya que había algo llamado COVID-19. No me agradó la idea ya que amo ir a la escuela, ver a mis amigos y por raro que se escuche: Amo aprender cosas nuevas. Mantenía comunicación con mis amigos por medio del celular, pero no es lo mismo, no podía ver sus caras, sus expresiones, nada.

Uno de los incontables días, que seguimos en casa, comenzó a llover. Me gusta la lluvia, es un buen pretexto para hacer hot cakes y chocolate caliente”. Este concurso literario lo considero un depósito amoroso de semillas de letras, a cargo de la poeta Odette, en la vida de cada uno de los 66 niños y jóvenes que integran la antología “La Voz de los niños y jóvenes durante la pandemia”.

¿Cómo será la cosecha? Seguramente abundante y de calidad. Que así sea. Concluyo: con las palabras de la poeta Odette: “Sea la incipiente oportunidad para que comprueben que los sueños tienen un inicio, que se sustenta en la entrega a ellos transferido en actos con voluntad, coraje y decisión. Sobre todo es importante recalcar que elijan lo que sea trascendente en su vida: aquí hay una trascendental muestra de ello: ¡La pasión por las letras!”.




Odette Méndez Paz es poeta, escritora y promotora cultural, como tal ha visto culminado otro de sus sueños, la publicación de “La Voz de los Niños y Jóvenes durante la pandemia”, antología dedicada a los sobrevivientes, al personal hospitalario, a los que se han marchado y descansan ya en paz y a los niños y jóvenes de México y del mundo. Son sesenta y seis participantes, noveles escritores de la amplia geografía de nuestro país: Apaseo El Grande, Guanajuato; San Cristóbal de las Casas, Chiapas; Macuspana, Tabasco; Tulancingo, Hidalgo; Torreón, Coahuila; Acapulco, Guerrero; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Cadereyta, Nuevo León; Creel, Chihuahua; y por supuesto, de San Luis Potosí.

En el prólogo, la maestra Odette escribió: “La convocatoria hecha por la Academia de Literatura Hispanoamericana y Editorial Pandero Cultural presenta los testimonios de niños y jóvenes que entregan sus experiencias de cómo viven, sienten y piensan en la pandemia. La expresividad de sentimientos muestran el cosmos que matiza su realidad a la que encaran con personalidad palpable traducida en cuentos, narraciones, relatos o descripciones que ponen de manifiesto su preocupación por los acontecimientos en desarrollo, al mismo tiempo, enuncian su propuesta para descifrar la ecuación pandémica en la que están presentes la empatía, la amistad, el respeto, la solidaridad, la tolerancia, sobre todo, el amor fraternal como solución dentro de la crisis de salud que acontece”.

En esta colaboración me permito transcribir un párrafo del trabajo desarrollado por Samaria Olascuagua Vázquez de San Luis Potosí, quien obtuvo el primer lugar en la categoría A, el título de es: “Un hola y un adiós”. “Hay historias que guardamos en nuestro corazón como un hermoso secreto, pero hay otras que debemos contar.

Hace algunos meses, las personas que se encargan de nuestra salud dijeron que teníamos que quedarnos en casa ya que había algo llamado COVID-19. No me agradó la idea ya que amo ir a la escuela, ver a mis amigos y por raro que se escuche: Amo aprender cosas nuevas. Mantenía comunicación con mis amigos por medio del celular, pero no es lo mismo, no podía ver sus caras, sus expresiones, nada.

Uno de los incontables días, que seguimos en casa, comenzó a llover. Me gusta la lluvia, es un buen pretexto para hacer hot cakes y chocolate caliente”. Este concurso literario lo considero un depósito amoroso de semillas de letras, a cargo de la poeta Odette, en la vida de cada uno de los 66 niños y jóvenes que integran la antología “La Voz de los niños y jóvenes durante la pandemia”.

¿Cómo será la cosecha? Seguramente abundante y de calidad. Que así sea. Concluyo: con las palabras de la poeta Odette: “Sea la incipiente oportunidad para que comprueben que los sueños tienen un inicio, que se sustenta en la entrega a ellos transferido en actos con voluntad, coraje y decisión. Sobre todo es importante recalcar que elijan lo que sea trascendente en su vida: aquí hay una trascendental muestra de ello: ¡La pasión por las letras!”.