/ lunes 25 de julio de 2022

Sencillez que abre puertas | Esta columna va dedicada al gran Mauricio Corona

Cuántas veces los emprendedores y freelancers hemos ido a pedir cita o audiencia a una dependencia o bien, con alguien que consideramos relevante para nuestro proyecto y recibimos una mala cara, largas para la reunión o peor, un no tajante.

El camino es largo y pesado para quién va comenzando, porque no sabes ni qué decir, te cuesta trabajo expresar lo que buscas o quieres porque la realidad es que ni siquiera lo sabes.

Te topas con gente que espera que le expliques como todo un experto cuando para un ojo conocedor es claro que vas comenzando y además, exigen respuestas para preguntas que jamás te habías hecho.

Formo parte de una asociación civil que enseña robótica y programación a niños y niñas de escasos recursos, así como de comunidades indígenas para ayudarlos a ser competitivos en un mercado laboral complejo y cambiante.

El equipo que conforma la asociación es increíble e incansable, siempre buscando oportunidades para crecer, se respira la pasión por el proyecto.

En un evento, coincidimos con el mayor experto en México de inteligencia artificial y robótica, alguien con un conocimiento, experiencia y talento sorprendentes. Le contamos del proyecto con mucha emoción, la verdad, esperaba una felicitación y palabras motivacionales, y lo hizo, pero fue mucho más allá.

Grabó un vídeo para nuestra página, así como nos ofreció apoyar lanzamientos de la asociación a través de difusión, vincularnos, entre otras cosas.

No cabíamos de la felicidad ante tanta generosidad, siendo la personalidad que es, nos tendió la mano y ofreció mucho más de lo que pedimos. Fue inspirador.

La sencillez de alguien tan destacado y brillante, con una agenda ocupadísima que nos dedicó casi una hora de charla, nos recordó que no debemos treparnos en el ladrillo de un logro o un reconocimiento, el camino es largo y lo más probable es que nos volvamos a encontrar.

Seamos esa persona que será recordada con agradecimiento y que busca apoyar, en vez de ser la piedra en el zapato de los demás.

Recuerda: "Sí fuera fácil, cualquiera lo haría bien."

Cuántas veces los emprendedores y freelancers hemos ido a pedir cita o audiencia a una dependencia o bien, con alguien que consideramos relevante para nuestro proyecto y recibimos una mala cara, largas para la reunión o peor, un no tajante.

El camino es largo y pesado para quién va comenzando, porque no sabes ni qué decir, te cuesta trabajo expresar lo que buscas o quieres porque la realidad es que ni siquiera lo sabes.

Te topas con gente que espera que le expliques como todo un experto cuando para un ojo conocedor es claro que vas comenzando y además, exigen respuestas para preguntas que jamás te habías hecho.

Formo parte de una asociación civil que enseña robótica y programación a niños y niñas de escasos recursos, así como de comunidades indígenas para ayudarlos a ser competitivos en un mercado laboral complejo y cambiante.

El equipo que conforma la asociación es increíble e incansable, siempre buscando oportunidades para crecer, se respira la pasión por el proyecto.

En un evento, coincidimos con el mayor experto en México de inteligencia artificial y robótica, alguien con un conocimiento, experiencia y talento sorprendentes. Le contamos del proyecto con mucha emoción, la verdad, esperaba una felicitación y palabras motivacionales, y lo hizo, pero fue mucho más allá.

Grabó un vídeo para nuestra página, así como nos ofreció apoyar lanzamientos de la asociación a través de difusión, vincularnos, entre otras cosas.

No cabíamos de la felicidad ante tanta generosidad, siendo la personalidad que es, nos tendió la mano y ofreció mucho más de lo que pedimos. Fue inspirador.

La sencillez de alguien tan destacado y brillante, con una agenda ocupadísima que nos dedicó casi una hora de charla, nos recordó que no debemos treparnos en el ladrillo de un logro o un reconocimiento, el camino es largo y lo más probable es que nos volvamos a encontrar.

Seamos esa persona que será recordada con agradecimiento y que busca apoyar, en vez de ser la piedra en el zapato de los demás.

Recuerda: "Sí fuera fácil, cualquiera lo haría bien."