/ viernes 16 de julio de 2021

Sin miedo al SAT, Neni

El mundo emprendedor lleva tiempo creciendo por diversos factores, y están surgiendo apoyos tanto de gobierno como de organismos privados, incluso de Organizaciones No Gubernamentales, sin embargo, hay un dolor de cabeza constante cuando se buscan apoyos: Estar dado de alta en el SAT.

Muchos de mis clientes le tienen miedo y aunque dejo que los expertos se encarguen de la contabilidad, los oriento sobre la necesidad de formalizar sus proyectos.

Vamos por partes, se puede y debe, llevar un control aún sin estar dado de alta en el SAT. Ya lo dijo el famoso autor alemán, Goethe: “El que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años se queda como un ignorante en la oscuridad y sólo vive al día.” Y aunque el periodo debe ser mucho menor a miles de años, es verdad que se vive en la oscuridad y lo peor, se ignora cómo va el negocio. SPOILER: no todo el dinero que entra al negocio es ganancia.

¿Por qué? Llevar un control contable te permite saber cuánto vendes, cuándo vendes, a cómo lo vendes y cuánto le ganas. Sí, ya sé que tu memoria es excelente pero cuando tu negocio crezca esos números serán relevantes para tomar decisiones y será perfecto tenerlo respaldado en algún documento o programa especializado.

Es súper común que el emprendedor no lleve sus costos de forma correcta, y termine absorbiéndolos, suponiendo que tiene mayores ganancias de las que efectivamente tiene y tomando decisiones con información imprecisa.

Por ejemplo, pensar que tu negocio de alitas va creciendo mucho con grandes ganancias… hasta que caes en cuenta que no te pagas sueldo, ni consideras el valor de la renta (aún si es tu casa), y por supuesto, el producto que se te llega a caducar. y antes de que suceda esto último, disfrutas unas deliciosas alitas con tu familia, pero en la vida real, es una merma, o sea, pérdida. Y cuando pongas tu local, los costos te comerán.

Ya no digamos darse de alta en hacienda, todo el mundo le tiene el miedo, pero recuerda que en vez de huir hay enfrentar a tus monstruos.

La mayoría de los beneficios que dan los gobiernos es a través de demostrar que pagas impuestos. Antes de que grites del susto, hay diferentes regímenes, por eso acude a un profesional contable para recibir asesoría sobre cuál te conviene más.

Además, eso te permitirá crecer porque puedes facturar. Si quieres vender a grandes clientes, te la pedirán y piensa que representarán importantes entradas de dinero.

Eso, además, te facilitará préstamos bancarios o bien, el uso de tarjetas de crédito que, aunque sean complicadas de usar en ocasiones, empleándolas como herramientas en vez de esclavizarnos a ellas, tienen muchísimas ventajas, que van desde puntos, compras a meses sin intereses, seguros de compra gratuitos, etc.

Además, aún si no estás regularizado en el SAT, pero usas cuentas bancarias, podrían llegarte revisiones ya que son ingresos no declarados, es decir, que no estás pagando impuestos por ellos.

Es por eso la relevancia de entender los números de tu negocio y usarlos a tu favor, y por supuesto, tener todo en orden para que los pasos rumbo al crecimiento sean menos pesados. Sin miedo al éxito, Neni, date de alta en el SAT.

Recuerda: “Si fuera fácil, cualquiera lo haría bien”.


El mundo emprendedor lleva tiempo creciendo por diversos factores, y están surgiendo apoyos tanto de gobierno como de organismos privados, incluso de Organizaciones No Gubernamentales, sin embargo, hay un dolor de cabeza constante cuando se buscan apoyos: Estar dado de alta en el SAT.

Muchos de mis clientes le tienen miedo y aunque dejo que los expertos se encarguen de la contabilidad, los oriento sobre la necesidad de formalizar sus proyectos.

Vamos por partes, se puede y debe, llevar un control aún sin estar dado de alta en el SAT. Ya lo dijo el famoso autor alemán, Goethe: “El que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años se queda como un ignorante en la oscuridad y sólo vive al día.” Y aunque el periodo debe ser mucho menor a miles de años, es verdad que se vive en la oscuridad y lo peor, se ignora cómo va el negocio. SPOILER: no todo el dinero que entra al negocio es ganancia.

¿Por qué? Llevar un control contable te permite saber cuánto vendes, cuándo vendes, a cómo lo vendes y cuánto le ganas. Sí, ya sé que tu memoria es excelente pero cuando tu negocio crezca esos números serán relevantes para tomar decisiones y será perfecto tenerlo respaldado en algún documento o programa especializado.

Es súper común que el emprendedor no lleve sus costos de forma correcta, y termine absorbiéndolos, suponiendo que tiene mayores ganancias de las que efectivamente tiene y tomando decisiones con información imprecisa.

Por ejemplo, pensar que tu negocio de alitas va creciendo mucho con grandes ganancias… hasta que caes en cuenta que no te pagas sueldo, ni consideras el valor de la renta (aún si es tu casa), y por supuesto, el producto que se te llega a caducar. y antes de que suceda esto último, disfrutas unas deliciosas alitas con tu familia, pero en la vida real, es una merma, o sea, pérdida. Y cuando pongas tu local, los costos te comerán.

Ya no digamos darse de alta en hacienda, todo el mundo le tiene el miedo, pero recuerda que en vez de huir hay enfrentar a tus monstruos.

La mayoría de los beneficios que dan los gobiernos es a través de demostrar que pagas impuestos. Antes de que grites del susto, hay diferentes regímenes, por eso acude a un profesional contable para recibir asesoría sobre cuál te conviene más.

Además, eso te permitirá crecer porque puedes facturar. Si quieres vender a grandes clientes, te la pedirán y piensa que representarán importantes entradas de dinero.

Eso, además, te facilitará préstamos bancarios o bien, el uso de tarjetas de crédito que, aunque sean complicadas de usar en ocasiones, empleándolas como herramientas en vez de esclavizarnos a ellas, tienen muchísimas ventajas, que van desde puntos, compras a meses sin intereses, seguros de compra gratuitos, etc.

Además, aún si no estás regularizado en el SAT, pero usas cuentas bancarias, podrían llegarte revisiones ya que son ingresos no declarados, es decir, que no estás pagando impuestos por ellos.

Es por eso la relevancia de entender los números de tu negocio y usarlos a tu favor, y por supuesto, tener todo en orden para que los pasos rumbo al crecimiento sean menos pesados. Sin miedo al éxito, Neni, date de alta en el SAT.

Recuerda: “Si fuera fácil, cualquiera lo haría bien”.