/ viernes 29 de mayo de 2020

SOPA DE LETRAS

Verdaderamente parece interminable este problema de salud pública llamado Covid- 19; días van días vienen y la cifra que el sector salud de este país nos proporciona es de que van en aumento los contagios y también se registran decesos, y otros tantos datos que refieren a quienes han logrado superar la enfermedad que se ha convertido en un azote de la humanidad.

No es posible unificar la situación de los infectados en todo el territorio nacional cómo prácticamente lo han querido hacer en Palacio Nacional. Y esto obedece a razones del sentido común, puesto que el contagio no es el mismo ni en tiempo ni en cantidad en un sitio y en otro.

Inicialmente el virus venía del extranjero y comenzó a propagarse a los connacionales y estos a su vez fueron infectando a otros tantos, lo que se llamó como “contagio comunitario”, dada la movilidad de los contagiados; de ahí qué los brotes se estén dando forzosamente de manera desfasada en diversos puntos de la república.

Aquí en Guanajuato se considera que afortunadamente el gobernador Diego Sinhue atento a las autoridades sanitarias locales ha establecido que el semáforo que habrá de ser el principal indicador del estado de la pandemia no será el que rija a la ciudad de México pues por lo antes dicho, eso sería en gravísimo perjuicio para los guanajuatenses donde se cobraría un muy alto número de fallecimientos.

Por tanto no podemos guiarnos con la información qué sale de Palacio Nacional ni de otras entidades federativas sino de la que verdaderamente pertenece al Estado de Guanajuato.

Mucho se dice que él famoso “quédate en casa” debió haber comenzado antes de la fecha en que comenzó sin embargo otros opinan que no, que incluso debió haber sido posterior. No obstante lo que inquieta es de que en el estado de Guanajuato vamos apenas a entrar al llamado “pico”, a lo más álgido de la pandemia. Las autoridades sanitarias han señalado que el mayor número de riesgo de contagio y de enfermos será del 19 de junio al 4 de julio, lo que hace pensar que todavía nos queda a los guanajuatenses un largo y penoso camino por soportar.

Cabe destacar que en buena medida esta situación la padecemos por alguna parte de la ciudadanía que por su irresponsabilidad y por no obedecer las indicaciones sanitarias, y por seguir imprudentemente realizando reuniones y fiestas en las que no notan que se están contagiando o peor aún que han contagiado a más y más personas que van a morir a causa de esa irresponsabilidad.

Es importante que haya un verdadero sentido de responsabilidad de la ciudadanía para aplanar la curva que parece interminable. En marzo pasado cuando todavía no teníamos conocimiento de la pandemia pero que sí estaba ya haciendo de las suyas en China y posteriormente al resto del mundo, aquí, en Irapuato todo transcurría con normalidad. Había gusto por parte de los aficionados a los toros por la corrida que habría de celebrarse en breves días con motivo de la feria de Expo fresas. Por mi parte había estado precisamente en la rueda de prensa que ofrecieron los toreros y el rejoneador Emiliano Gamero, quienes daban a conocer lo qué habríamos de presenciar en la corrida programada para el 21 de marzo. Una tarde amena en donde charlamos mi amigo Toño Aguilera Zuloaga gran conocedor de la fiesta brava y de Martín Ramírez Juez de Plaza en esta ciudad de Irapuato. El tema, toros, toros y toros.

Al día siguiente vi que a mi equipo móvil llegó una información procedente de la empresa de espectáculos taurinos que decía que por motivo de la pandemia se suspendería la corrida de toros que se había anunciado. Vaya pues, broma de mal gusto, -pensé- pues verdaderamente y con honestidad no lo creí y hasta juraría que se tratase de algún “meme” o algo por el estilo, menos que fuera cierta dicha información; me adentre a varios cables, y en efecto, confirmé que era oficial: Corrida de toros programada para Irapuato se suspendía hasta nuevo aviso. Fue el primer espectáculo en ser pospuesto pero sin fecha tentativa para su reanudación y así un descalabro más para la afición taurina que de por sí los antitaurínos le han estado a dele y dele; le siguieron las suspensiones dela feria de Expofresas, las fiestas particulares, bodas, reuniones y en días posteriores hasta los cultos religiosos en los templos, o sea, las misas. No pues entonces la cosa si está grave, me dije a mí mismo.

En casa de ustedes, pues ya sabrán, el temor comenzó a trabajar un tanto; así mi hija Lucía y mi esposa Irene se fueron a surtir despensa a diestra y siniestra pese a las recomendaciones del gobierno que decían que no se hicieran compras de pánico; ellas no creyeron y mientras fueron y vaciaron la tienda para supuestamente durar días sin salir de casa y que no faltará el “pipirín” .

Afortunadamente -y eso debemos decirlo y agradecerle a Dios- el alimento no escaseó ni tampoco faltaron medicinas, ni los servicios principales en todo el país.

Lo último que se sabe es que a mediados de julio todo volverá a la normalidad y para agosto los estudiantes deberán estar ya en su escuela, acudiendo a tomar sus clases presenciales y esperemos que la llamada “nueva normalidad”, no sea sino esa normalidad a la que todos estamos acostumbrados, a esa que nos permita reunirnos, abrazarnos, saludarnos de mano, que esta vez seguramente habremos de valorarla y que hemos estado perdiendo. Esperemos en Dios que nos dé la oportunidad de volverla a recobrar y así con mayor estado de conciencia y de una revaloración podamos disfrutar sanamente de esta vida y de este maravilloso mundo que lo conformamos ustedes y yo. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com

Verdaderamente parece interminable este problema de salud pública llamado Covid- 19; días van días vienen y la cifra que el sector salud de este país nos proporciona es de que van en aumento los contagios y también se registran decesos, y otros tantos datos que refieren a quienes han logrado superar la enfermedad que se ha convertido en un azote de la humanidad.

No es posible unificar la situación de los infectados en todo el territorio nacional cómo prácticamente lo han querido hacer en Palacio Nacional. Y esto obedece a razones del sentido común, puesto que el contagio no es el mismo ni en tiempo ni en cantidad en un sitio y en otro.

Inicialmente el virus venía del extranjero y comenzó a propagarse a los connacionales y estos a su vez fueron infectando a otros tantos, lo que se llamó como “contagio comunitario”, dada la movilidad de los contagiados; de ahí qué los brotes se estén dando forzosamente de manera desfasada en diversos puntos de la república.

Aquí en Guanajuato se considera que afortunadamente el gobernador Diego Sinhue atento a las autoridades sanitarias locales ha establecido que el semáforo que habrá de ser el principal indicador del estado de la pandemia no será el que rija a la ciudad de México pues por lo antes dicho, eso sería en gravísimo perjuicio para los guanajuatenses donde se cobraría un muy alto número de fallecimientos.

Por tanto no podemos guiarnos con la información qué sale de Palacio Nacional ni de otras entidades federativas sino de la que verdaderamente pertenece al Estado de Guanajuato.

Mucho se dice que él famoso “quédate en casa” debió haber comenzado antes de la fecha en que comenzó sin embargo otros opinan que no, que incluso debió haber sido posterior. No obstante lo que inquieta es de que en el estado de Guanajuato vamos apenas a entrar al llamado “pico”, a lo más álgido de la pandemia. Las autoridades sanitarias han señalado que el mayor número de riesgo de contagio y de enfermos será del 19 de junio al 4 de julio, lo que hace pensar que todavía nos queda a los guanajuatenses un largo y penoso camino por soportar.

Cabe destacar que en buena medida esta situación la padecemos por alguna parte de la ciudadanía que por su irresponsabilidad y por no obedecer las indicaciones sanitarias, y por seguir imprudentemente realizando reuniones y fiestas en las que no notan que se están contagiando o peor aún que han contagiado a más y más personas que van a morir a causa de esa irresponsabilidad.

Es importante que haya un verdadero sentido de responsabilidad de la ciudadanía para aplanar la curva que parece interminable. En marzo pasado cuando todavía no teníamos conocimiento de la pandemia pero que sí estaba ya haciendo de las suyas en China y posteriormente al resto del mundo, aquí, en Irapuato todo transcurría con normalidad. Había gusto por parte de los aficionados a los toros por la corrida que habría de celebrarse en breves días con motivo de la feria de Expo fresas. Por mi parte había estado precisamente en la rueda de prensa que ofrecieron los toreros y el rejoneador Emiliano Gamero, quienes daban a conocer lo qué habríamos de presenciar en la corrida programada para el 21 de marzo. Una tarde amena en donde charlamos mi amigo Toño Aguilera Zuloaga gran conocedor de la fiesta brava y de Martín Ramírez Juez de Plaza en esta ciudad de Irapuato. El tema, toros, toros y toros.

Al día siguiente vi que a mi equipo móvil llegó una información procedente de la empresa de espectáculos taurinos que decía que por motivo de la pandemia se suspendería la corrida de toros que se había anunciado. Vaya pues, broma de mal gusto, -pensé- pues verdaderamente y con honestidad no lo creí y hasta juraría que se tratase de algún “meme” o algo por el estilo, menos que fuera cierta dicha información; me adentre a varios cables, y en efecto, confirmé que era oficial: Corrida de toros programada para Irapuato se suspendía hasta nuevo aviso. Fue el primer espectáculo en ser pospuesto pero sin fecha tentativa para su reanudación y así un descalabro más para la afición taurina que de por sí los antitaurínos le han estado a dele y dele; le siguieron las suspensiones dela feria de Expofresas, las fiestas particulares, bodas, reuniones y en días posteriores hasta los cultos religiosos en los templos, o sea, las misas. No pues entonces la cosa si está grave, me dije a mí mismo.

En casa de ustedes, pues ya sabrán, el temor comenzó a trabajar un tanto; así mi hija Lucía y mi esposa Irene se fueron a surtir despensa a diestra y siniestra pese a las recomendaciones del gobierno que decían que no se hicieran compras de pánico; ellas no creyeron y mientras fueron y vaciaron la tienda para supuestamente durar días sin salir de casa y que no faltará el “pipirín” .

Afortunadamente -y eso debemos decirlo y agradecerle a Dios- el alimento no escaseó ni tampoco faltaron medicinas, ni los servicios principales en todo el país.

Lo último que se sabe es que a mediados de julio todo volverá a la normalidad y para agosto los estudiantes deberán estar ya en su escuela, acudiendo a tomar sus clases presenciales y esperemos que la llamada “nueva normalidad”, no sea sino esa normalidad a la que todos estamos acostumbrados, a esa que nos permita reunirnos, abrazarnos, saludarnos de mano, que esta vez seguramente habremos de valorarla y que hemos estado perdiendo. Esperemos en Dios que nos dé la oportunidad de volverla a recobrar y así con mayor estado de conciencia y de una revaloración podamos disfrutar sanamente de esta vida y de este maravilloso mundo que lo conformamos ustedes y yo. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com