/ domingo 7 de junio de 2020

SOPA DE LETRAS

Es en gran medida el hecho que los ciudadanos tengamos la culpa de que no mejore la situación de la pandemia. Es conocido de todos que un grupo numeroso no esté afrontando la situación con verdadera responsabilidad. Así, vemos fiestas clandestinas cada fin de semana, los parques de muchas colonias siguen siendo saturados por jóvenes y familias enteras, prueba de ello es por ejemplo en la colonia del Carrizal, pese a que elementos de seguridad en días pasados han hecho su trabajo retirando amablemente a las personas que han estado conviviendo ahí, sin embargo al día siguiente, vuelven a congregarse en ese lugar hasta que vuelve a pasar la autoridad; ¿qué se necesitará verdaderamente hacer?

No menos asombroso fue por ejemplo este domingo en el que al filo de las 20:40 hrs. y también por aquellos rumbos específicamente en calle Brisa del Desierto esquina con Hacienda de San Antonio del Fraccionamiento Las Brisas en dónde se encuentra la biblioteca Sor Juan Inés de la Cruz y que dicho sea de paso se encuentra en total olvido y abandono, surgió un altercado en esa calle, seguramente por exceso de alcohol, pues en el que precisamente y –según el dicho de lugareños- unas personas al calor del vino traían una alegata mayúscula en plena vía pública, cuando de repente se vio que uno de los individuos, envalentonado -sin duda por lo alcoholizado que andaba- agredía verbalmente hasta que se cansó a un par de elementos de la Policía Federal, a grado tal que dichos elementos se acobardaron y no querían hacerle frente, retrocediendo paso a paso para atrás, mientras que el eufórico individuo se daba gusto insultándolos y retándolos hasta que mejor optaron por subirse a su patrulla que decía Policía Federal y pusieron pies en polvorosa… inconcebible, pero así fue. ¿Que qué hacían allí esos elementos?, no se sabe, quizá sean vecinos, o invitados, tampoco se sabe, pero ese no es el punto, el punto es que de manera inconcebible la autoridad se deje insultar, ofender, humillar y pisotear por la ciudadanía, y máxime cuando alguien esté bajo los influjos del alcohol. No hace mucho veíamos un trato similar de que habían sido objeto unos militares, y la cosa sigue igual.

Cuál sería el problema? no lo sé, lo que sí sé es que se excedía esta persona en el maltrato verbal sobre de la Policía Federal que como se lleva dicho, optaron por subirse a la unidad en la que andaban y retirarse humillados cuales perros con la cola entre las patas.

Insistimos, tenemos los ciudadanos muchas de las veces la culpa de que la situación no mejore, los problemas están a la vuelta de la esquina; los tenemos y debemos darles solución.

Respecto de cómo está la autoridad enfrentando la crisis de la pandemia que todos estamos sufriendo, la autoridad hace lo suyo, ciertamente con infinidad de errores si usted gusta y manda, pero lo cierto es que la estrategia ha tenido que ser cambiante, dado el comportando del virus que hace que las maniobras de combate se tengan también que ir adecuando conforme se va requiriendo puesto que se está tratando de descifrar un nuevo virus de los denominados “corona”, y sin embargo la ciudadanía es a veces juez severo y dictador que señala con el índice y no permite un error aunque éste sea entendible como es el caso que estamos viviendo con el covid 19 y que esperemos finalmente se logre la cura tan deseada.

Por otro lado, -otra desgracia añeja- la violencia. Sigue imparable no se ha podido, detener al crimen organizado, y es este otro rubro en el que a diferencia del de la pandemia sí debiera haber sido ya resuelto por la autoridad, pues aquí sí no cabe justificación el hecho de que hay mayor número de policías que entran al supuesto combate, cámaras de vigilancia, drones aéreos que a propósito, ¿dónde quedaron, qué resultados han dado, quién ha dado a conocer los informes y logros obtenidos gracias a “esas arañas voladoras”?; elementos de la guardia nacional y un fin de estrategias policiacas que no han dado los resultados que demanda la ciudanía… una verdadera y auténtica desgracia la que están viviendo todos los ciudadanos del Estado de Guanajuato.

Hace unos cuantos días se comunicó conmigo el licenciado Emilio Granados Pichardo y me comentaba muy desmoralizado acerca de la tragedia por la que había pasado su familia y él, puesto que el lunes 25 pasado de repente ya no encontraron a su hermana Marcela de iguales apellidos ni a su cuñado Francisco Javier Hernández Negrete. ¿Dónde estaban? Bien, pues ya sabrá usted, ahora pasan a ser estadística de las víctimas mortales del crimen organizado, son unos más de los cientos de levantados que aparecen desmembrados y embolsados.

¿Qué hubo de fondo? quizá un secuestro no pagado; nadie lo sabe. Francisco Javier Hernández Negrete era un abasolense tranquilo que no andaba en movimientos turbios, su esposa Marcela Granados Pichardo muy querida también en esa tierra de Abasolo en donde todos allí la conocían y daban muy buenas referencias de ella, incluso daba el Taller de Vida y Oración, evangelizaba en diversas comunidades y rancherías cercanas a Abasolo y también se dedicaba a la adopción de mascotas por lo que se asegura cada vez más que la violencia no ha podido ser contenida por las autoridades. En este matrimonio abasolense de que se comenta, tuvieron tres hijos, y me comentaba el Lic. Emilio que no saben ya que pensar, ni qué hacer. Y no sin justa razón porque así como sus familiares fueron levantados y asesinados a un número incontable de personas han corrido la misma desgracia. Antes se creía que era sólo la violencia entre los grupos criminales pero ya se ha visto que no, ahora tan fácil asesinan a alguien que pertenece al crimen organizado como al que no los es.

Por lo que respecta a Irapuato, bien es sabido ya que se encuentra entre las 5 ciudades más violentas del mundo, SÍ, DEL MUNDO. Pero por qué si antes era una ciudad tranquila… dónde estuvo su desgracia, cuál fue el factor que lo echó a perder? Celaya, Salamanca, León, vamos todo el estado de Guanajuato está azotado por la violencia, y ahí sí es donde la clase política ha quedado en deuda con los guanajuatenses, sí, por los muchos y muchos miserables políticos, pues quién más…??? Obvio.

A nivel Federal la cosa no es mejor ni alentadora tampoco. Se dice que la cuarta transformación tiene un combate contra la corrupción y la realidad de las cosas es que sólo ha demostrado que la mentada corrupción simplemente ha cambiado de personajes, de caras, aunque una que otra aún es la misma, pero ésta sigue a todo lo que da. Es importante que haya educación que toda la ciudadanía abra los ojos, que no seamos borregos de esos que se van por inercia a lo que dicen aquí y lo que dicen allá; México reclama de gente pensante, de jóvenes estudiantes con juicio propio y bien definido, que tengan sólidas determinaciones propositivas y no prejuiciosos, de esos cuyos comentarios circulan sin ton ni son en las redes sociales que sintonizan a diestra y siniestra profiriendo injurias y ofensas, sólo porque no hay simpatía con tal o cual partido político o nada más por llevar la contra a tal o cual persona, sin tener la más mínima idea del impacto que está teniendo México, precisamente por mentecatos. Este país verdaderamente se enfrenta a un gran monstruo, a una vorágine inclemente; México paradójicamente se encuentra frente a su propia ciudadanía. No es nada más la clase política la desgracia de este país, sino la propia ignorancia del colectivo social que sin saberlo, es su propio verdugo. Existe egoísmo, intereses vanos, indebidos e ilícitos. Falso eso de que: los buenos somos más… No señor, no es ésta una realidad; lo cierto es que los malos sí son más. Si no lo cree, salga usted a pasear con su familia a una cenaduría, ande a pie por las calles céntricas de su ciudad, camine usted en una colonia donde no lo conocen y verá usted cómo les va a ir, le aseguro que no más volverá a decir: Los buenos somos más. Hoy el hombre se ha convertido en su propio y más poderoso enemigo. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com

Es en gran medida el hecho que los ciudadanos tengamos la culpa de que no mejore la situación de la pandemia. Es conocido de todos que un grupo numeroso no esté afrontando la situación con verdadera responsabilidad. Así, vemos fiestas clandestinas cada fin de semana, los parques de muchas colonias siguen siendo saturados por jóvenes y familias enteras, prueba de ello es por ejemplo en la colonia del Carrizal, pese a que elementos de seguridad en días pasados han hecho su trabajo retirando amablemente a las personas que han estado conviviendo ahí, sin embargo al día siguiente, vuelven a congregarse en ese lugar hasta que vuelve a pasar la autoridad; ¿qué se necesitará verdaderamente hacer?

No menos asombroso fue por ejemplo este domingo en el que al filo de las 20:40 hrs. y también por aquellos rumbos específicamente en calle Brisa del Desierto esquina con Hacienda de San Antonio del Fraccionamiento Las Brisas en dónde se encuentra la biblioteca Sor Juan Inés de la Cruz y que dicho sea de paso se encuentra en total olvido y abandono, surgió un altercado en esa calle, seguramente por exceso de alcohol, pues en el que precisamente y –según el dicho de lugareños- unas personas al calor del vino traían una alegata mayúscula en plena vía pública, cuando de repente se vio que uno de los individuos, envalentonado -sin duda por lo alcoholizado que andaba- agredía verbalmente hasta que se cansó a un par de elementos de la Policía Federal, a grado tal que dichos elementos se acobardaron y no querían hacerle frente, retrocediendo paso a paso para atrás, mientras que el eufórico individuo se daba gusto insultándolos y retándolos hasta que mejor optaron por subirse a su patrulla que decía Policía Federal y pusieron pies en polvorosa… inconcebible, pero así fue. ¿Que qué hacían allí esos elementos?, no se sabe, quizá sean vecinos, o invitados, tampoco se sabe, pero ese no es el punto, el punto es que de manera inconcebible la autoridad se deje insultar, ofender, humillar y pisotear por la ciudadanía, y máxime cuando alguien esté bajo los influjos del alcohol. No hace mucho veíamos un trato similar de que habían sido objeto unos militares, y la cosa sigue igual.

Cuál sería el problema? no lo sé, lo que sí sé es que se excedía esta persona en el maltrato verbal sobre de la Policía Federal que como se lleva dicho, optaron por subirse a la unidad en la que andaban y retirarse humillados cuales perros con la cola entre las patas.

Insistimos, tenemos los ciudadanos muchas de las veces la culpa de que la situación no mejore, los problemas están a la vuelta de la esquina; los tenemos y debemos darles solución.

Respecto de cómo está la autoridad enfrentando la crisis de la pandemia que todos estamos sufriendo, la autoridad hace lo suyo, ciertamente con infinidad de errores si usted gusta y manda, pero lo cierto es que la estrategia ha tenido que ser cambiante, dado el comportando del virus que hace que las maniobras de combate se tengan también que ir adecuando conforme se va requiriendo puesto que se está tratando de descifrar un nuevo virus de los denominados “corona”, y sin embargo la ciudadanía es a veces juez severo y dictador que señala con el índice y no permite un error aunque éste sea entendible como es el caso que estamos viviendo con el covid 19 y que esperemos finalmente se logre la cura tan deseada.

Por otro lado, -otra desgracia añeja- la violencia. Sigue imparable no se ha podido, detener al crimen organizado, y es este otro rubro en el que a diferencia del de la pandemia sí debiera haber sido ya resuelto por la autoridad, pues aquí sí no cabe justificación el hecho de que hay mayor número de policías que entran al supuesto combate, cámaras de vigilancia, drones aéreos que a propósito, ¿dónde quedaron, qué resultados han dado, quién ha dado a conocer los informes y logros obtenidos gracias a “esas arañas voladoras”?; elementos de la guardia nacional y un fin de estrategias policiacas que no han dado los resultados que demanda la ciudanía… una verdadera y auténtica desgracia la que están viviendo todos los ciudadanos del Estado de Guanajuato.

Hace unos cuantos días se comunicó conmigo el licenciado Emilio Granados Pichardo y me comentaba muy desmoralizado acerca de la tragedia por la que había pasado su familia y él, puesto que el lunes 25 pasado de repente ya no encontraron a su hermana Marcela de iguales apellidos ni a su cuñado Francisco Javier Hernández Negrete. ¿Dónde estaban? Bien, pues ya sabrá usted, ahora pasan a ser estadística de las víctimas mortales del crimen organizado, son unos más de los cientos de levantados que aparecen desmembrados y embolsados.

¿Qué hubo de fondo? quizá un secuestro no pagado; nadie lo sabe. Francisco Javier Hernández Negrete era un abasolense tranquilo que no andaba en movimientos turbios, su esposa Marcela Granados Pichardo muy querida también en esa tierra de Abasolo en donde todos allí la conocían y daban muy buenas referencias de ella, incluso daba el Taller de Vida y Oración, evangelizaba en diversas comunidades y rancherías cercanas a Abasolo y también se dedicaba a la adopción de mascotas por lo que se asegura cada vez más que la violencia no ha podido ser contenida por las autoridades. En este matrimonio abasolense de que se comenta, tuvieron tres hijos, y me comentaba el Lic. Emilio que no saben ya que pensar, ni qué hacer. Y no sin justa razón porque así como sus familiares fueron levantados y asesinados a un número incontable de personas han corrido la misma desgracia. Antes se creía que era sólo la violencia entre los grupos criminales pero ya se ha visto que no, ahora tan fácil asesinan a alguien que pertenece al crimen organizado como al que no los es.

Por lo que respecta a Irapuato, bien es sabido ya que se encuentra entre las 5 ciudades más violentas del mundo, SÍ, DEL MUNDO. Pero por qué si antes era una ciudad tranquila… dónde estuvo su desgracia, cuál fue el factor que lo echó a perder? Celaya, Salamanca, León, vamos todo el estado de Guanajuato está azotado por la violencia, y ahí sí es donde la clase política ha quedado en deuda con los guanajuatenses, sí, por los muchos y muchos miserables políticos, pues quién más…??? Obvio.

A nivel Federal la cosa no es mejor ni alentadora tampoco. Se dice que la cuarta transformación tiene un combate contra la corrupción y la realidad de las cosas es que sólo ha demostrado que la mentada corrupción simplemente ha cambiado de personajes, de caras, aunque una que otra aún es la misma, pero ésta sigue a todo lo que da. Es importante que haya educación que toda la ciudadanía abra los ojos, que no seamos borregos de esos que se van por inercia a lo que dicen aquí y lo que dicen allá; México reclama de gente pensante, de jóvenes estudiantes con juicio propio y bien definido, que tengan sólidas determinaciones propositivas y no prejuiciosos, de esos cuyos comentarios circulan sin ton ni son en las redes sociales que sintonizan a diestra y siniestra profiriendo injurias y ofensas, sólo porque no hay simpatía con tal o cual partido político o nada más por llevar la contra a tal o cual persona, sin tener la más mínima idea del impacto que está teniendo México, precisamente por mentecatos. Este país verdaderamente se enfrenta a un gran monstruo, a una vorágine inclemente; México paradójicamente se encuentra frente a su propia ciudadanía. No es nada más la clase política la desgracia de este país, sino la propia ignorancia del colectivo social que sin saberlo, es su propio verdugo. Existe egoísmo, intereses vanos, indebidos e ilícitos. Falso eso de que: los buenos somos más… No señor, no es ésta una realidad; lo cierto es que los malos sí son más. Si no lo cree, salga usted a pasear con su familia a una cenaduría, ande a pie por las calles céntricas de su ciudad, camine usted en una colonia donde no lo conocen y verá usted cómo les va a ir, le aseguro que no más volverá a decir: Los buenos somos más. Hoy el hombre se ha convertido en su propio y más poderoso enemigo. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com