“Hay una tragedia silenciosa que se está desarrollando en nuestros hogares. ¡Nuestros hijos están en un estado emocional devastador!” Aseguró el psiquiatra español Luis Rojas Marcos, antes de la Covid-19. “En los últimos 15 años, los investigadores nos han regalado estadísticas cada vez más alarmantes sobre un aumento constante de enfermedades mentales”.
Uno de cada 5 niños tiene problemas de salud mental. Existe un aumento del 43 % en el TDAH; un aumento del 37 % en la depresión de adolescentes; un aumento del 200 % en la tasa de suicidios en niños de 10 a 14 años. ¿Qué es lo que está pasando y qué estamos haciendo mal? Los niños de hoy están siendo sobre estimulados de objetos materiales y tecnológicos, pero están privados de los fundamentos de una infancia sana, tales como: Padres emocionalmente disponibles. Límites claramente definidos. Responsabilidades.
Nutrición equilibrada y sueño adecuado. Movimiento en general, pero especialmente al aire libre. Juego creativo, interacción social y oportunidades de juego. Estos últimos años se les ha llenado a los niños de: Padres distraídos digitalmente. Padres indulgentes y permisivos. Que dejan que los niños gobiernen el mundo y sean quienes pongan las reglas Un sentido de merecerlo todo sin ganárselo. Sueño inadecuado y nutrición desequilibrada.
Un estilo de vida sedentario. Estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea. ¿Qué hacer? Si queremos que nuestros hijos sean felices y saludables, tenemos qué despertar y volver a lo básico. Muchas familias ven mejoras inmediatas -dice el psiquiatra Luis Rojas- luego de semanas de implementar las siguientes recomendaciones: Establezca límites y recuerde que usted es el capitán del barco. Ofrezca a sus hijos un estilo de vida equilibrado lleno de lo que los niños necesitan. No tenga miedo de decir “no” a sus hijos si lo que quieren no es lo que necesitan. Proporcione alimentos nutritivos, y limite la comida chatarra.
Pase por lo menos una hora al día al aire libre haciendo actividades. Disfrute de una cena familiar sin teléfonos inteligentes o tecnología que los distraiga. Involucre a sus hijos en alguna tarea o quehacer del hogar de acuerdo a su edad. No los proteja en exceso contra toda frustración o equivocación. Equivocarse les ayudará a desarrollar resiliencia y aprenderán a superar los desafíos de la vida.
No use la tecnología como una cura para el aburrimiento. Evite el uso de la tecnología durante las comidas, en automóviles, restaurantes y centros comerciales. Apague los teléfonos por la noche cuando los niños tengan que ir a la cama para evitar la distracción digital. Conviértase en un entrenador emocional de sus hijos. Enséñeles a reconocer y a gestionar sus propias frustraciones e ira. Enséñeles a saludar, a tomar turnos, a compartir sin quedarse sin nada, a decir gracias, y por favor, a reconocer el error y disculparse (no los obligue) sea modelo de todos esos valores que inculca.
Conéctese emocionalmente –sonría, abrace, bese, cosquillee, lea, baile, salte, juegue o gatee con ellos, porque con la pandemia todo se está complicando.