/ lunes 24 de enero de 2022

TRAGEDIA SILENCIOSA

“Hay una tragedia silenciosa que se está desarrollando en nuestros hogares. ¡Nuestros hijos están en un estado emocional devastador!” Aseguró el psiquiatra español Luis Rojas Marcos, antes de la Covid-19. “En los últimos 15 años, los investigadores nos han regalado estadísticas cada vez más alarmantes sobre un aumento constante de enfermedades mentales”.

Uno de cada 5 niños tiene problemas de salud mental. Existe un aumento del 43 % en el TDAH; un aumento del 37 % en la depresión de adolescentes; un aumento del 200 % en la tasa de suicidios en niños de 10 a 14 años. ¿Qué es lo que está pasando y qué estamos haciendo mal? Los niños de hoy están siendo sobre estimulados de objetos materiales y tecnológicos, pero están privados de los fundamentos de una infancia sana, tales como: Padres emocionalmente disponibles. Límites claramente definidos. Responsabilidades.

Nutrición equilibrada y sueño adecuado. Movimiento en general, pero especialmente al aire libre. Juego creativo, interacción social y oportunidades de juego. Estos últimos años se les ha llenado a los niños de: Padres distraídos digitalmente. Padres indulgentes y permisivos. Que dejan que los niños gobiernen el mundo y sean quienes pongan las reglas Un sentido de merecerlo todo sin ganárselo. Sueño inadecuado y nutrición desequilibrada.

Un estilo de vida sedentario. Estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea. ¿Qué hacer? Si queremos que nuestros hijos sean felices y saludables, tenemos qué despertar y volver a lo básico. Muchas familias ven mejoras inmediatas -dice el psiquiatra Luis Rojas- luego de semanas de implementar las siguientes recomendaciones: Establezca límites y recuerde que usted es el capitán del barco. Ofrezca a sus hijos un estilo de vida equilibrado lleno de lo que los niños necesitan. No tenga miedo de decir “no” a sus hijos si lo que quieren no es lo que necesitan. Proporcione alimentos nutritivos, y limite la comida chatarra.

Pase por lo menos una hora al día al aire libre haciendo actividades. Disfrute de una cena familiar sin teléfonos inteligentes o tecnología que los distraiga. Involucre a sus hijos en alguna tarea o quehacer del hogar de acuerdo a su edad. No los proteja en exceso contra toda frustración o equivocación. Equivocarse les ayudará a desarrollar resiliencia y aprenderán a superar los desafíos de la vida.

No use la tecnología como una cura para el aburrimiento. Evite el uso de la tecnología durante las comidas, en automóviles, restaurantes y centros comerciales. Apague los teléfonos por la noche cuando los niños tengan que ir a la cama para evitar la distracción digital. Conviértase en un entrenador emocional de sus hijos. Enséñeles a reconocer y a gestionar sus propias frustraciones e ira. Enséñeles a saludar, a tomar turnos, a compartir sin quedarse sin nada, a decir gracias, y por favor, a reconocer el error y disculparse (no los obligue) sea modelo de todos esos valores que inculca.

Conéctese emocionalmente –sonría, abrace, bese, cosquillee, lea, baile, salte, juegue o gatee con ellos, porque con la pandemia todo se está complicando.

“Hay una tragedia silenciosa que se está desarrollando en nuestros hogares. ¡Nuestros hijos están en un estado emocional devastador!” Aseguró el psiquiatra español Luis Rojas Marcos, antes de la Covid-19. “En los últimos 15 años, los investigadores nos han regalado estadísticas cada vez más alarmantes sobre un aumento constante de enfermedades mentales”.

Uno de cada 5 niños tiene problemas de salud mental. Existe un aumento del 43 % en el TDAH; un aumento del 37 % en la depresión de adolescentes; un aumento del 200 % en la tasa de suicidios en niños de 10 a 14 años. ¿Qué es lo que está pasando y qué estamos haciendo mal? Los niños de hoy están siendo sobre estimulados de objetos materiales y tecnológicos, pero están privados de los fundamentos de una infancia sana, tales como: Padres emocionalmente disponibles. Límites claramente definidos. Responsabilidades.

Nutrición equilibrada y sueño adecuado. Movimiento en general, pero especialmente al aire libre. Juego creativo, interacción social y oportunidades de juego. Estos últimos años se les ha llenado a los niños de: Padres distraídos digitalmente. Padres indulgentes y permisivos. Que dejan que los niños gobiernen el mundo y sean quienes pongan las reglas Un sentido de merecerlo todo sin ganárselo. Sueño inadecuado y nutrición desequilibrada.

Un estilo de vida sedentario. Estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea. ¿Qué hacer? Si queremos que nuestros hijos sean felices y saludables, tenemos qué despertar y volver a lo básico. Muchas familias ven mejoras inmediatas -dice el psiquiatra Luis Rojas- luego de semanas de implementar las siguientes recomendaciones: Establezca límites y recuerde que usted es el capitán del barco. Ofrezca a sus hijos un estilo de vida equilibrado lleno de lo que los niños necesitan. No tenga miedo de decir “no” a sus hijos si lo que quieren no es lo que necesitan. Proporcione alimentos nutritivos, y limite la comida chatarra.

Pase por lo menos una hora al día al aire libre haciendo actividades. Disfrute de una cena familiar sin teléfonos inteligentes o tecnología que los distraiga. Involucre a sus hijos en alguna tarea o quehacer del hogar de acuerdo a su edad. No los proteja en exceso contra toda frustración o equivocación. Equivocarse les ayudará a desarrollar resiliencia y aprenderán a superar los desafíos de la vida.

No use la tecnología como una cura para el aburrimiento. Evite el uso de la tecnología durante las comidas, en automóviles, restaurantes y centros comerciales. Apague los teléfonos por la noche cuando los niños tengan que ir a la cama para evitar la distracción digital. Conviértase en un entrenador emocional de sus hijos. Enséñeles a reconocer y a gestionar sus propias frustraciones e ira. Enséñeles a saludar, a tomar turnos, a compartir sin quedarse sin nada, a decir gracias, y por favor, a reconocer el error y disculparse (no los obligue) sea modelo de todos esos valores que inculca.

Conéctese emocionalmente –sonría, abrace, bese, cosquillee, lea, baile, salte, juegue o gatee con ellos, porque con la pandemia todo se está complicando.