/ jueves 14 de enero de 2021

UG TU CONECTE CON LA CIENCIA

¿A qué retos nos enfrentamos para combatir las enfermedades infecciosas?

Dra. Ruth Reyes Cortés. Departamento de Biología.

reyes.ruth@ugto.mx


Recientemente se celebró La Semana Mundial de Concientización sobre el uso de Antibióticos”, a este respecto surge la cuestión: ¿Por qué es de vital importancia realizar este tipo de campañas en beneficio de nuestra salud?

Recordemos que desde el descubrimiento de la penicilina por el científico británico Sir Alexander Fleming en 1928, se produjo una era de gran avance en el desarrollo de los antibióticos, que la convirtió en la época dorada del surgimiento de estos fármacos, por lo cual, hoy contamos con diversas clases (penicilinas, cloranfenicol, tetraciclinas, etc.). Pero ¿para qué sirven estos compuestos? Los antibióticos son utilizados para combatir las infecciones ocasionadas por bacterias (Koolman J. y Heintich R. K. 2004), como la neumonía (ocasionada Pseudomonas aeruginosa) o las infecciones estomacales (producidas por Escherichia coli), la sífilis (producida por Treponema pallidum), entre otras. Al mismo tiempo, contamos con otros componentes denominados genéricamente como antimicrobianos. En este concepto incluimos a aquellos fármacos usados para tratar las enfermedades ocasionados por otros patógenos como: el parásito Entamoeba histolytica que produce la amibiasis; el virus de la hepatitis que origina la hepatitis o el hongo Candida albicans causante de la candidiasis.

Debido a la alta eficiencia de los antibióticos, su uso fue ampliamente generalizado en la práctica médica no solo como tratamiento, sino, durante los procesos quirúrgicos como profilácticos. Además, su uso fue desmesurado por el público en general, ya que estos compuestos podían obtenerse sin la necesidad de una receta médica. Incluso, su uso se generalizó en los animales de consumo humano.

Este uso indiscriminado provocó la resistencia a los antimicrobianos, esto es, que antes las infecciones se curaban fácilmente al usar casi cualquier antibiótico y actualmente muchos de estos son ineficientes o se requiere de usar dosis mayores, o de otros antimicrobianos más costosos y potencialmente tóxicos en los pacientes.

Por lo que, actualmente nos enfrentamos a la alarmante situación a nivel mundial de la resistencia a antibióticos. Según O’Neill (2016), para el año 2050 existirían 10.000.000 millones de muertes por la resistencia, ya que no se contará con antimicrobianos efectivos.

La resistencia, afortunadamente es una condición que puede ser mitigada si fomentamos prácticas adecuadas para el uso correcto de los antimicrobianos. Es así como nace “La Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los antibióticos”. Este año, en su sexta edición realizada del 18 al 24 de noviembre, la concientización se hizo extensiva para utilizar prudentemente no solo los antibióticos sino a todos los antimicrobianos (Organización Mundial de la Salud 2020).

Según Rodríguez Méndez & Echemendía Tocabens (2011) esta problemática es una responsabilidad que nos incluye a todos, al público en general, a los trabajadores de la salud y a las organizaciones gubernamentales. Algunas de las acciones que debemos seguir incluyen: para los trabajadores de la salud, agricultores y veterinarios, no recetar ni usar antibióticos a menos que sean estrictamente necesarios; a los pacientes, solo tomar antimicrobianos cuando han sido recetados por un profesional y completar el tratamiento en el tiempo indicado; en la industria farmacéutica e institutos de investigación, acelerar e intensificar los esfuerzos para investigar y desarrollar nuevos fármacos, así como otras alternativas de tratamiento y finalmente a las instancias gubernamentales, contar con planes para el seguimiento y control de la resistencia.

Pero lo más importante, es mencionar que cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de mantenernos informados sobre el uso correcto de cualquier antimicrobiano, ya que de no seguir las acciones propuestas corremos el riesgo de no contar con antimicrobianos eficaces para tratar nuestras enfermedades, además ponemos en peligro la realización los trasplantes de órganos, lo que nos traerá como consecuencia infecciones prolongadas, recurrentes, costosas y sobre todo con un alto índice de mortalidad.


Cualquier comentario sobre este artículo, favor de dirigirlo a eugreka@ugto.mx. Para consulta de más artículos www.ugto.mx/eugreka

¿A qué retos nos enfrentamos para combatir las enfermedades infecciosas?

Dra. Ruth Reyes Cortés. Departamento de Biología.

reyes.ruth@ugto.mx


Recientemente se celebró La Semana Mundial de Concientización sobre el uso de Antibióticos”, a este respecto surge la cuestión: ¿Por qué es de vital importancia realizar este tipo de campañas en beneficio de nuestra salud?

Recordemos que desde el descubrimiento de la penicilina por el científico británico Sir Alexander Fleming en 1928, se produjo una era de gran avance en el desarrollo de los antibióticos, que la convirtió en la época dorada del surgimiento de estos fármacos, por lo cual, hoy contamos con diversas clases (penicilinas, cloranfenicol, tetraciclinas, etc.). Pero ¿para qué sirven estos compuestos? Los antibióticos son utilizados para combatir las infecciones ocasionadas por bacterias (Koolman J. y Heintich R. K. 2004), como la neumonía (ocasionada Pseudomonas aeruginosa) o las infecciones estomacales (producidas por Escherichia coli), la sífilis (producida por Treponema pallidum), entre otras. Al mismo tiempo, contamos con otros componentes denominados genéricamente como antimicrobianos. En este concepto incluimos a aquellos fármacos usados para tratar las enfermedades ocasionados por otros patógenos como: el parásito Entamoeba histolytica que produce la amibiasis; el virus de la hepatitis que origina la hepatitis o el hongo Candida albicans causante de la candidiasis.

Debido a la alta eficiencia de los antibióticos, su uso fue ampliamente generalizado en la práctica médica no solo como tratamiento, sino, durante los procesos quirúrgicos como profilácticos. Además, su uso fue desmesurado por el público en general, ya que estos compuestos podían obtenerse sin la necesidad de una receta médica. Incluso, su uso se generalizó en los animales de consumo humano.

Este uso indiscriminado provocó la resistencia a los antimicrobianos, esto es, que antes las infecciones se curaban fácilmente al usar casi cualquier antibiótico y actualmente muchos de estos son ineficientes o se requiere de usar dosis mayores, o de otros antimicrobianos más costosos y potencialmente tóxicos en los pacientes.

Por lo que, actualmente nos enfrentamos a la alarmante situación a nivel mundial de la resistencia a antibióticos. Según O’Neill (2016), para el año 2050 existirían 10.000.000 millones de muertes por la resistencia, ya que no se contará con antimicrobianos efectivos.

La resistencia, afortunadamente es una condición que puede ser mitigada si fomentamos prácticas adecuadas para el uso correcto de los antimicrobianos. Es así como nace “La Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los antibióticos”. Este año, en su sexta edición realizada del 18 al 24 de noviembre, la concientización se hizo extensiva para utilizar prudentemente no solo los antibióticos sino a todos los antimicrobianos (Organización Mundial de la Salud 2020).

Según Rodríguez Méndez & Echemendía Tocabens (2011) esta problemática es una responsabilidad que nos incluye a todos, al público en general, a los trabajadores de la salud y a las organizaciones gubernamentales. Algunas de las acciones que debemos seguir incluyen: para los trabajadores de la salud, agricultores y veterinarios, no recetar ni usar antibióticos a menos que sean estrictamente necesarios; a los pacientes, solo tomar antimicrobianos cuando han sido recetados por un profesional y completar el tratamiento en el tiempo indicado; en la industria farmacéutica e institutos de investigación, acelerar e intensificar los esfuerzos para investigar y desarrollar nuevos fármacos, así como otras alternativas de tratamiento y finalmente a las instancias gubernamentales, contar con planes para el seguimiento y control de la resistencia.

Pero lo más importante, es mencionar que cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de mantenernos informados sobre el uso correcto de cualquier antimicrobiano, ya que de no seguir las acciones propuestas corremos el riesgo de no contar con antimicrobianos eficaces para tratar nuestras enfermedades, además ponemos en peligro la realización los trasplantes de órganos, lo que nos traerá como consecuencia infecciones prolongadas, recurrentes, costosas y sobre todo con un alto índice de mortalidad.


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