/ jueves 21 de enero de 2021

UG TU CONECTE CON LA CIENCIA

La libertad de las aves en tiempos de confinamiento social

Mtro. Walter Daniel Cisneros Mújica

Departamento de Gestión y Dirección de Empresas

División de Ciencias Económico y Administrativas

Campus Guanajuato, Universidad de Guanajuato


Es evidente que la actual crisis sanitaria ha traído consigo grandes afectaciones, complicaciones y retos para la humanidad, ha sido un parteaguas entre el modo de vida fluido, dinámico y voraz que se tenía y el obligado modo de vida aislado, pausado y cambiante que estamos viviendo en nuestra nueva realidad, el cual indudablemente ha generado también una modificación en los ambientes y ecosistemas. El Covid ha sido, por un lado, el detonante de una alerta global de seguridad y salubridad, pero también ha sido un factor detonante de un posible restauración y recuperación de espacios y ecosistemas, lo que sin duda habrá de beneficiar en principio a las especies y de manera colateral a la propia humanidad.

Esa modificación en la dinámica social, nos pone el reto de continuar con una cotidianeidad adaptada; misma que por un lado ha beneficiado a los ambientes naturales por la reducción en flujos, por una desaceleración en los indicadores ambientales y por ejemplos visibles de restauración de ecosistemas ante la falta de viajeros y/o residentes.

A pesar de que la restauración de los ecosistemas no sucede en el corto plazo, la reducción prolongada de personas en las calles, la reducción de viajeros y la disminución de la movilización, sí han sido factores claves para evidenciar entornos naturales con signos de restauración natural, lo que ha permitido redescubrir especies en lugares impensables.

Una de las especies que probablemente estén disfrutando esta reducción de flujos son las aves, las aves urbanas que, aunque muchas de ellas intercambiaban tiempo y espacio con las personas de manera cotidiana, hoy viven una mayor tranquilidad, lo que ha evidenciado de acuerdo con diversos estudios, un cambio también en el comportamiento de las aves.

Acostumbradas a adaptar su canto a los ruidos circundantes, hoy el canto de las aves es más notorio, más claro y probablemente más fuerte, su vuelo entre árbol y árbol es más constante y por ende pudieran ser más visibles y ello derivado a la rápida adaptabilidad conductual de las aves urbanas con relación al medio ambiente.

Las aves urbanas mimetizan su conducta en relación a la vida cotidiana de las personas, sus comportamientos están en función de nuestro aumento o disminución de actividades, por lo que el confinamiento ha permitido que tengan mayor libertad y tranquilidad. Sin embargo, algunas de las desventajas a las que se enfrentan algunas de estas aves urbanas, es la falta del resto de comida que robaba de la mesa de la cafetería, del pedazo de migajón de la plaza o de los restos de comida vertidos en los distintos contenedores de parques y jardines.

Es así que las aves tendrán que demostrar una vez más su capacidad para la adaptabilidad al clima, al ruido, a la vida humana y a la falta de comida provocada por el confinamiento, lo que hará que redescubran su capacidad de volar, dado que para algunas aves era más cómodo brincar que volar, o su habilidad para buscar y encontrar comida más allá de solo estirar el pico y sobre todo de cantar y marcar su territorio con mayor claridad para los adversarios.

Entre el confinamiento, los sonidos nítidos de las aves y la sobresaturación de reuniones virtuales, han detonado a nivel mundial un aumento en el interés por observar aves, posiblemente como un escape al encierro o como una búsqueda de armonía y tranquilidad, lo cierto es que el uso de aplicaciones, acceso a sitios especializados y el aumento en las bases de datos especializadas en aves han aumentado considerablemente y, aunque aún no es momento de salir, levantarnos temprano y observar desde nuestra ventana nos da hoy día, más oportunidades de oír y ver a aquellas aves que antes de la pandemia desconocíamos su existencia.


Cualquier comentario sobre este artículo, favor de dirigirlo a eugreka@ugto.mx. Para consulta de más artículos www.ugto.mx/eugreka

La libertad de las aves en tiempos de confinamiento social

Mtro. Walter Daniel Cisneros Mújica

Departamento de Gestión y Dirección de Empresas

División de Ciencias Económico y Administrativas

Campus Guanajuato, Universidad de Guanajuato


Es evidente que la actual crisis sanitaria ha traído consigo grandes afectaciones, complicaciones y retos para la humanidad, ha sido un parteaguas entre el modo de vida fluido, dinámico y voraz que se tenía y el obligado modo de vida aislado, pausado y cambiante que estamos viviendo en nuestra nueva realidad, el cual indudablemente ha generado también una modificación en los ambientes y ecosistemas. El Covid ha sido, por un lado, el detonante de una alerta global de seguridad y salubridad, pero también ha sido un factor detonante de un posible restauración y recuperación de espacios y ecosistemas, lo que sin duda habrá de beneficiar en principio a las especies y de manera colateral a la propia humanidad.

Esa modificación en la dinámica social, nos pone el reto de continuar con una cotidianeidad adaptada; misma que por un lado ha beneficiado a los ambientes naturales por la reducción en flujos, por una desaceleración en los indicadores ambientales y por ejemplos visibles de restauración de ecosistemas ante la falta de viajeros y/o residentes.

A pesar de que la restauración de los ecosistemas no sucede en el corto plazo, la reducción prolongada de personas en las calles, la reducción de viajeros y la disminución de la movilización, sí han sido factores claves para evidenciar entornos naturales con signos de restauración natural, lo que ha permitido redescubrir especies en lugares impensables.

Una de las especies que probablemente estén disfrutando esta reducción de flujos son las aves, las aves urbanas que, aunque muchas de ellas intercambiaban tiempo y espacio con las personas de manera cotidiana, hoy viven una mayor tranquilidad, lo que ha evidenciado de acuerdo con diversos estudios, un cambio también en el comportamiento de las aves.

Acostumbradas a adaptar su canto a los ruidos circundantes, hoy el canto de las aves es más notorio, más claro y probablemente más fuerte, su vuelo entre árbol y árbol es más constante y por ende pudieran ser más visibles y ello derivado a la rápida adaptabilidad conductual de las aves urbanas con relación al medio ambiente.

Las aves urbanas mimetizan su conducta en relación a la vida cotidiana de las personas, sus comportamientos están en función de nuestro aumento o disminución de actividades, por lo que el confinamiento ha permitido que tengan mayor libertad y tranquilidad. Sin embargo, algunas de las desventajas a las que se enfrentan algunas de estas aves urbanas, es la falta del resto de comida que robaba de la mesa de la cafetería, del pedazo de migajón de la plaza o de los restos de comida vertidos en los distintos contenedores de parques y jardines.

Es así que las aves tendrán que demostrar una vez más su capacidad para la adaptabilidad al clima, al ruido, a la vida humana y a la falta de comida provocada por el confinamiento, lo que hará que redescubran su capacidad de volar, dado que para algunas aves era más cómodo brincar que volar, o su habilidad para buscar y encontrar comida más allá de solo estirar el pico y sobre todo de cantar y marcar su territorio con mayor claridad para los adversarios.

Entre el confinamiento, los sonidos nítidos de las aves y la sobresaturación de reuniones virtuales, han detonado a nivel mundial un aumento en el interés por observar aves, posiblemente como un escape al encierro o como una búsqueda de armonía y tranquilidad, lo cierto es que el uso de aplicaciones, acceso a sitios especializados y el aumento en las bases de datos especializadas en aves han aumentado considerablemente y, aunque aún no es momento de salir, levantarnos temprano y observar desde nuestra ventana nos da hoy día, más oportunidades de oír y ver a aquellas aves que antes de la pandemia desconocíamos su existencia.


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