/ jueves 23 de septiembre de 2021

UG TU CONECTE CON LA CIENCIA

Trayecto hacia el norte: las caravanas de migrantes en México


Dr. Daniel Vega Macías

Departamento de Estudios Culturales, Demográficos y Políticos,

División de Ciencias Sociales y Administrativas,

Campus Celaya-Salvatierra,

Universidad de Guanajuato


México es un país con una larga tradición migratoria: en 2018, se estimaba que alrededor de 12 millones de personas nacidas en el país residían en Estados Unidos, y a esta cifra hay que sumar otros 26 millones que tienen origen mexicano. De hecho, México ocupa el segundo lugar en el mundo, solo después de la India, de acuerdo con el número de personas que viven fuera del país en el que nacieron. Sin embargo, México ha pasado de ser un país fundamentalmente de origen de migrantes a uno por el que también transitan miles de personas que se dirigen a la frontera con Estados Unidos; y, al mismo tiempo, se está tornando paulatinamente en un país de destino de migrantes.

Como ejemplo de ello, están las llamadas “caravanas migrantes”, iniciadas en octubre de 2018, en las cuales grupos de migrantes, principalmente centroamericanos, han intentado llegar a los Estados Unidos; una estrategia implementada para tener mayor visibilidad y seguridad, así como para reducir los costos del viaje. Estas caravanas están compuestas por personas con perfiles sociodemográficos muy distintos a los flujos tradicionales de migrantes: familias completas, menores no acompañados, mujeres con proyectos migratorios propios, así como la presencia de otros grupos y minorías vulnerables. Si bien es cierto, están integradas principalmente por personas de Guatemala, Honduras y El Salvador, también viajan migrantes originarios de Haití, Cuba y Venezuela, entre otros países.

Las causas de estas migraciones se encuentran en distintos ámbitos; sin embargo, la falta de oportunidades socioeconómicas para acceder a una vida digna en muchas partes del mundo es el principal motivo. Asimismo, la inestabilidad política, las altas tasas de violencia social y los desastres medioambientales, son otros factores que provocan el desplazamiento de personas y que, muy probablemente, lo seguirán propiciando en el futuro.

En un principio, la respuesta del gobierno mexicano a las caravanas fue de aliento: se les prometió acceso a la protección como refugiados, visas, permisos de trabajo, así como la creación de empleos formales. Sin embargo, el aumento en el número de inmigrantes indocumentados que alcanzan la frontera sur de Estados Unidos ha tensado las relaciones multilaterales en la región, a tal punto que en 2019 Estados Unidos amenazó con sancionar a México, aumentando los impuestos a las importaciones, si no intentaba reducir drásticamente el número de migrantes que llegaban a la frontera entre ambos países.

A partir de aquel momento, la política migratoria en México ha dado un viraje muy importante: el tránsito hacia la securitización en la gestión de los flujos migratorios, es decir, un esquema que prioriza el control policial, lo cual conduce a los migrantes a utilizar rutas cada vez más peligrosas, lo que estimula también las redes de tráfico de personas y compromete los derechos de los migrantes a la protección internacional. Desafortunadamente, una gestión de flujos basada en el endurecimiento de las medidas de control es una constante a nivel mundial, más que una excepción.

Las caravanas migrantes continúan hasta la fecha, por lo que estamos en un momento en que es necesario apelar a la empatía del gobierno y de la sociedad mexicanos. Además, se debe reconocer que, si bien las migraciones internacionales no son un asunto de fácil gestión, la instrumentación de políticas migratorias de control debe garantizar la protección internacional de los migrantes, así como el respeto a sus derechos humanos, y la integración social de aquellos quienes permanezcan en el país. El mismo trato digno que se demanda a los millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos, es el que se debe ofrecer a los migrantes internacionales que transitan o viven en México.

Cualquier comentario sobre este artículo, favor de dirigirlo a eugreka@ugto.mx. Para consulta de más artículos www.ugto.mx/eugreka

Trayecto hacia el norte: las caravanas de migrantes en México


Dr. Daniel Vega Macías

Departamento de Estudios Culturales, Demográficos y Políticos,

División de Ciencias Sociales y Administrativas,

Campus Celaya-Salvatierra,

Universidad de Guanajuato


México es un país con una larga tradición migratoria: en 2018, se estimaba que alrededor de 12 millones de personas nacidas en el país residían en Estados Unidos, y a esta cifra hay que sumar otros 26 millones que tienen origen mexicano. De hecho, México ocupa el segundo lugar en el mundo, solo después de la India, de acuerdo con el número de personas que viven fuera del país en el que nacieron. Sin embargo, México ha pasado de ser un país fundamentalmente de origen de migrantes a uno por el que también transitan miles de personas que se dirigen a la frontera con Estados Unidos; y, al mismo tiempo, se está tornando paulatinamente en un país de destino de migrantes.

Como ejemplo de ello, están las llamadas “caravanas migrantes”, iniciadas en octubre de 2018, en las cuales grupos de migrantes, principalmente centroamericanos, han intentado llegar a los Estados Unidos; una estrategia implementada para tener mayor visibilidad y seguridad, así como para reducir los costos del viaje. Estas caravanas están compuestas por personas con perfiles sociodemográficos muy distintos a los flujos tradicionales de migrantes: familias completas, menores no acompañados, mujeres con proyectos migratorios propios, así como la presencia de otros grupos y minorías vulnerables. Si bien es cierto, están integradas principalmente por personas de Guatemala, Honduras y El Salvador, también viajan migrantes originarios de Haití, Cuba y Venezuela, entre otros países.

Las causas de estas migraciones se encuentran en distintos ámbitos; sin embargo, la falta de oportunidades socioeconómicas para acceder a una vida digna en muchas partes del mundo es el principal motivo. Asimismo, la inestabilidad política, las altas tasas de violencia social y los desastres medioambientales, son otros factores que provocan el desplazamiento de personas y que, muy probablemente, lo seguirán propiciando en el futuro.

En un principio, la respuesta del gobierno mexicano a las caravanas fue de aliento: se les prometió acceso a la protección como refugiados, visas, permisos de trabajo, así como la creación de empleos formales. Sin embargo, el aumento en el número de inmigrantes indocumentados que alcanzan la frontera sur de Estados Unidos ha tensado las relaciones multilaterales en la región, a tal punto que en 2019 Estados Unidos amenazó con sancionar a México, aumentando los impuestos a las importaciones, si no intentaba reducir drásticamente el número de migrantes que llegaban a la frontera entre ambos países.

A partir de aquel momento, la política migratoria en México ha dado un viraje muy importante: el tránsito hacia la securitización en la gestión de los flujos migratorios, es decir, un esquema que prioriza el control policial, lo cual conduce a los migrantes a utilizar rutas cada vez más peligrosas, lo que estimula también las redes de tráfico de personas y compromete los derechos de los migrantes a la protección internacional. Desafortunadamente, una gestión de flujos basada en el endurecimiento de las medidas de control es una constante a nivel mundial, más que una excepción.

Las caravanas migrantes continúan hasta la fecha, por lo que estamos en un momento en que es necesario apelar a la empatía del gobierno y de la sociedad mexicanos. Además, se debe reconocer que, si bien las migraciones internacionales no son un asunto de fácil gestión, la instrumentación de políticas migratorias de control debe garantizar la protección internacional de los migrantes, así como el respeto a sus derechos humanos, y la integración social de aquellos quienes permanezcan en el país. El mismo trato digno que se demanda a los millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos, es el que se debe ofrecer a los migrantes internacionales que transitan o viven en México.

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