/ jueves 24 de septiembre de 2020

V I C I S I T U D E S

TODOS SOMOS VULNERABLES

El tema nos crea incertidumbre y cada vez menos credibilidad a nuestra sociedad, cuando nos enfrentamos a datos por todos lados que no nos conducen más que a que cada quien piense lo que quiera. Con este bicho, virus, que nos ha visitado desde principio de año se ha generado una gran polémica en todos los niveles sociales, porque se nos ha pedido aislarnos de todos los demás, incluyendo a nuestros propios familiares.

Se dice que hay grupos vulnerables, con mayor riesgo, mismos que no mencionaré porque ya todos tenemos dicha información, pero poco a poco se ha ido ampliando el círculo de las personas que se pueden infectar. No había riesgos con los niños, con los adolescentes, con los jóvenes, ni con las embarazadas, pero poco a poco fueron apareciendo casos en donde ellos también estaban siendo “atacados”, sin distingo de ninguna especie. Se fueron limitando accesos a establecimientos comerciales, principalmente para las personas adultos mayores, porque son más vulnerables por su edad y condiciones físicas propias de la misma, tanto hombres como mujeres, pero no todos los empleados acataban las indicaciones, y, a su débil criterio dejaban entrar a unos y no permitían el acceso de otros.

Después fueron las mujeres embarazadas, los jóvenes y los niños, entonces toda la sociedad se volvió vulnerable, de riesgo, sin distingo ya para el virus, pues se nos dijo, al menos los medios de comunicación así lo informaban, que ya había bebés infectados, que ya habían aparecido casos entre las embarazadas, que niños de primaria estaba presentando signos, que los jóvenes de entre veinte y treinta años, estaba siendo detectados, que los adolescentes no estaban acatando las indicaciones y provocaban que los contagios se multiplicaran porque ellos eran asintomáticos, siendo el punto, que a estas alturas, que ya nadie se libra del tremendo contagio, preocupación y angustia.

Sale una nota donde nos informan que científicos de otras naciones se han percatado de dos cosas, que antes no se consideraban. Una de ellas en relación conque el virus se puede transmitir por el aire que respiramos, porque el ambiente es un portador importante para que éste se riegue. Segundo, que una persona puede traer el virus y pueden pasar hasta tres meses, noventa días, para que se le detecte. ¿Cuál es la realidad de todo esto? Amigos, familiares, compañeros, conocidos tocan los temas entre sí todos los días, y, curiosamente, la información es tan diversa y dispersa, que entre unos y otros se preguntan que ya no se sabe el qué pensar al respecto, como si se estuviese jugando con la tranquilidad de una sociedad mundial. Completamente seguro estoy que la gran mayoría de nosotros hemos recibidos por internet, por celular, por WhatsApp, por correos electrónicos, una gran cantidad de videos, de presentaciones, documentales, avisos, recomendaciones de lo que se debe o no hacer al respecto, pero todo ello, en lugar de darnos más tranquilidad, ha provocado que se deje de creer, o caso contario, en generar caos, miedo e inseguridad por lo que aun falta por venir.

En verdad que no quisiera estar en el pellejo de aquellos que son los especialistas y que están en el ojo del huracán, porque esto no se ha resuelto satisfactoriamente como uno lo desease. Estaremos al pendiente, por lo pronto, ¡CUIDÉMONOS ¡

El Señor les bendiga y les dé su paz. Mtro. Armando.

TODOS SOMOS VULNERABLES

El tema nos crea incertidumbre y cada vez menos credibilidad a nuestra sociedad, cuando nos enfrentamos a datos por todos lados que no nos conducen más que a que cada quien piense lo que quiera. Con este bicho, virus, que nos ha visitado desde principio de año se ha generado una gran polémica en todos los niveles sociales, porque se nos ha pedido aislarnos de todos los demás, incluyendo a nuestros propios familiares.

Se dice que hay grupos vulnerables, con mayor riesgo, mismos que no mencionaré porque ya todos tenemos dicha información, pero poco a poco se ha ido ampliando el círculo de las personas que se pueden infectar. No había riesgos con los niños, con los adolescentes, con los jóvenes, ni con las embarazadas, pero poco a poco fueron apareciendo casos en donde ellos también estaban siendo “atacados”, sin distingo de ninguna especie. Se fueron limitando accesos a establecimientos comerciales, principalmente para las personas adultos mayores, porque son más vulnerables por su edad y condiciones físicas propias de la misma, tanto hombres como mujeres, pero no todos los empleados acataban las indicaciones, y, a su débil criterio dejaban entrar a unos y no permitían el acceso de otros.

Después fueron las mujeres embarazadas, los jóvenes y los niños, entonces toda la sociedad se volvió vulnerable, de riesgo, sin distingo ya para el virus, pues se nos dijo, al menos los medios de comunicación así lo informaban, que ya había bebés infectados, que ya habían aparecido casos entre las embarazadas, que niños de primaria estaba presentando signos, que los jóvenes de entre veinte y treinta años, estaba siendo detectados, que los adolescentes no estaban acatando las indicaciones y provocaban que los contagios se multiplicaran porque ellos eran asintomáticos, siendo el punto, que a estas alturas, que ya nadie se libra del tremendo contagio, preocupación y angustia.

Sale una nota donde nos informan que científicos de otras naciones se han percatado de dos cosas, que antes no se consideraban. Una de ellas en relación conque el virus se puede transmitir por el aire que respiramos, porque el ambiente es un portador importante para que éste se riegue. Segundo, que una persona puede traer el virus y pueden pasar hasta tres meses, noventa días, para que se le detecte. ¿Cuál es la realidad de todo esto? Amigos, familiares, compañeros, conocidos tocan los temas entre sí todos los días, y, curiosamente, la información es tan diversa y dispersa, que entre unos y otros se preguntan que ya no se sabe el qué pensar al respecto, como si se estuviese jugando con la tranquilidad de una sociedad mundial. Completamente seguro estoy que la gran mayoría de nosotros hemos recibidos por internet, por celular, por WhatsApp, por correos electrónicos, una gran cantidad de videos, de presentaciones, documentales, avisos, recomendaciones de lo que se debe o no hacer al respecto, pero todo ello, en lugar de darnos más tranquilidad, ha provocado que se deje de creer, o caso contario, en generar caos, miedo e inseguridad por lo que aun falta por venir.

En verdad que no quisiera estar en el pellejo de aquellos que son los especialistas y que están en el ojo del huracán, porque esto no se ha resuelto satisfactoriamente como uno lo desease. Estaremos al pendiente, por lo pronto, ¡CUIDÉMONOS ¡

El Señor les bendiga y les dé su paz. Mtro. Armando.