/ viernes 14 de mayo de 2021

V I C I S I T U D E S

EL PRESENTE ES ESTE MOMENTO

“Para todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo”. Eclesiastés 3:1.

Siempre en la vida existe un por qué y un para qué, que muchas veces no alcanzamos a encontrar explicación alguna, porque puede parecer una excusa, un argumento con validez o no, pero la pregunta existe, y ante la nula respuesta que deseamos encontrar, preguntando o sin hacerlo, nos podríamos imaginar las posibles respuestas.

Sé de antemano que muchos de ustedes, los que han tenido “tiempo” para atender mis colaboraciones, se cuestionaron el porqué de algunos días de ausencia personal, suponiendo en su momento muchas cosas, que pudieron suceder o no.

El punto está que ese “tiempo”, nos vuelve a acomodar para continuar con la vida de intercambio de experiencias, que nos llevan de forma recíproca a ir haciendo cada uno lo que le toca, pero tratando de que dejemos algo que sea de utilidad en nuestro diario acontecer.

Todos tenemos algo que decir, qué leer, qué escribir, pero, sobre todo qué compartir, y aquel que no se dé cuenta de ello, simplemente, a mi humilde parecer, ¡ No sabe vivir ¡.

La gran mayoría de nosotros hemos escuchado muchas veces, lo que representa un pasado, un presente y un futuro. Del pasado sabemos que ya aconteció, que ya no se puede regresar a él, por lo que ya no debemos darle mucha importancia, sino sólo el haber aprendido de él para no cometer errores.

Del futuro, sabemos que debemos pensar en él, porque nos permite avanzar, creer y estar al pendiente de lo que podría pasar, pero sólo como una posibilidad, sabiendo que “ese podría”, no es nada seguro, sin embargo, ese pensar en el futuro nos genera un principio de esperanza de las que cosas van a mejorar. Bien lo dijo alguna vez, Albert Einstein, refiriéndose que él en lo personal, poco o nada pensaba en el futuro, porque éste llegaba demasiado rápido.

Bien sabemos, y comenzamos a comprender, que en realidad lo que importa es el presente, porque ese “aquí y ahora”, es quien nos deja ser y aprender que hoy es el día más importante que tenemos que vivir, haciendo lo que nos gusta y trabajando para lograr lo que en nuestra mente existe, de acuerdo con las probabilidades que en este momento tenemos para llevar nuestros planes y proyectos a buen puerto.

Sé que hubo algunos de ustedes que se preocuparon en mi ausencia por saber qué había pasado conmigo, con mis colaboraciones, preguntándose si me había enfermado, si me habían censurado por algo inapropiado que haya dicho, como alguien me lo insinuó; que si me habría contagiado del covid, que si me habría ido a radicar a otra ciudad o simplemente se me habían quitado las ganas de escribir.

Cualquiera que haya sido el motivo, ya es cosa del pasado, y eso es lo menos importante, porque el presente es este momento, el de volverme a poner en contacto con ustedes que me han favorecido con su tiempo, con su crítica, con su juicio de valor, mismos que me han permitido seguir creciendo y serles útil. Gracias Dios por todo y por tanto. El Señor les dé su paz. Mtro. Armando.


EL PRESENTE ES ESTE MOMENTO

“Para todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo”. Eclesiastés 3:1.

Siempre en la vida existe un por qué y un para qué, que muchas veces no alcanzamos a encontrar explicación alguna, porque puede parecer una excusa, un argumento con validez o no, pero la pregunta existe, y ante la nula respuesta que deseamos encontrar, preguntando o sin hacerlo, nos podríamos imaginar las posibles respuestas.

Sé de antemano que muchos de ustedes, los que han tenido “tiempo” para atender mis colaboraciones, se cuestionaron el porqué de algunos días de ausencia personal, suponiendo en su momento muchas cosas, que pudieron suceder o no.

El punto está que ese “tiempo”, nos vuelve a acomodar para continuar con la vida de intercambio de experiencias, que nos llevan de forma recíproca a ir haciendo cada uno lo que le toca, pero tratando de que dejemos algo que sea de utilidad en nuestro diario acontecer.

Todos tenemos algo que decir, qué leer, qué escribir, pero, sobre todo qué compartir, y aquel que no se dé cuenta de ello, simplemente, a mi humilde parecer, ¡ No sabe vivir ¡.

La gran mayoría de nosotros hemos escuchado muchas veces, lo que representa un pasado, un presente y un futuro. Del pasado sabemos que ya aconteció, que ya no se puede regresar a él, por lo que ya no debemos darle mucha importancia, sino sólo el haber aprendido de él para no cometer errores.

Del futuro, sabemos que debemos pensar en él, porque nos permite avanzar, creer y estar al pendiente de lo que podría pasar, pero sólo como una posibilidad, sabiendo que “ese podría”, no es nada seguro, sin embargo, ese pensar en el futuro nos genera un principio de esperanza de las que cosas van a mejorar. Bien lo dijo alguna vez, Albert Einstein, refiriéndose que él en lo personal, poco o nada pensaba en el futuro, porque éste llegaba demasiado rápido.

Bien sabemos, y comenzamos a comprender, que en realidad lo que importa es el presente, porque ese “aquí y ahora”, es quien nos deja ser y aprender que hoy es el día más importante que tenemos que vivir, haciendo lo que nos gusta y trabajando para lograr lo que en nuestra mente existe, de acuerdo con las probabilidades que en este momento tenemos para llevar nuestros planes y proyectos a buen puerto.

Sé que hubo algunos de ustedes que se preocuparon en mi ausencia por saber qué había pasado conmigo, con mis colaboraciones, preguntándose si me había enfermado, si me habían censurado por algo inapropiado que haya dicho, como alguien me lo insinuó; que si me habría contagiado del covid, que si me habría ido a radicar a otra ciudad o simplemente se me habían quitado las ganas de escribir.

Cualquiera que haya sido el motivo, ya es cosa del pasado, y eso es lo menos importante, porque el presente es este momento, el de volverme a poner en contacto con ustedes que me han favorecido con su tiempo, con su crítica, con su juicio de valor, mismos que me han permitido seguir creciendo y serles útil. Gracias Dios por todo y por tanto. El Señor les dé su paz. Mtro. Armando.