/ miércoles 21 de julio de 2021

V I C I S I T U D E S

SI TODOS LOS DÍAS FUERAN FIESTAS DEPORTIVAS

Shakespeare, escritor prolífico de la literatura universal, llegó a decir en cuanto al deporte se refería, que: “Si todos los días fueran fiestas deportivas, entonces el deporte sería tan aburrido como el trabajo”. Curioso, e impactante a la vez, que un personaje de las letras haya hecho referencia al deporte, pero tenía tanta razón al haberse expresado de esa manera.

La semana pasada, más de un amigo o familiar, que le va al Cruz Azul, me habló o escribió por mensaje, para “torearme” o “picarme”, para el encuentro que sostendría el León, el equipo “de mis amores”, desde que tengo uso de razón deportiva y futbolera, contra el actual campeón de primera división, Cruz Azul, después de veintitrés años de no haberlo sido.

Sabía que se iban a venir con todo, pues ahora con el campeonato logrado, los cruzazulinos no se la acaban, pues consideran que vendrá una rachita importante de campeonatos nacionales, y nadie les llegará a los talones. León, campeón del torneo pasado, y Cruz Azul, del que acaba de terminar, se verían las caras por el llamado Campeón de Campeones.

Fue justo, pensando en este partido, que recordé que tenía entre mis curiosidades, las palabras y mensajes de los aficionados, y aún los que no lo son, de la final que jugaría el Cruz Azul para romper la racha interminable de no hacerse del campeonato nacional, y créanme que aún los que no le iban al equipo celeste, tenían los deseos de que ya fueran campeones, por lo que sea, pero “ya no querían ver sufrir tanto” a tan apasionados aficionados.

Díganme ustedes si no se deseaba ese campeonato: “Ya que ganen, pues ya no quiero verlos sufrir”. “Arriba el Cruz Azul, seguro hoy ganamos”. “Hoy tiene que ser”. “Yo no le voy al Cruz Azul, la neta, pero definitivamente nos unimos a los cruzazuleños, por su afición, ya se merecen un triunfo. En verdad sí queremos que ganen, y que hoy sí sea la grande. Nos vemos al final para festejar con ellos”. “Esperemos que ahora sí sea la novena, y no la cruzazulen”. “En verdad quiero que gane el Cruz Azul. Quiero verlos contentos y felices, después de muchos años de no serlo, deportivamente hablando”. Todo esto era antes del partido.

Al final de este, ya cuando se proclamó campeón y alzó la tan ansiada copa, se escribía lo siguiente: “Vaya, ya era hora pues, para ser campeones”. “Mi equipo ya es campeón. Jugaron bien. Ganamos, es cierto, y aún no me la creo: por fin somos campeones”. “el ver chillar a otros, también se me salieron las lágrimas a mí, pero no le digan a nadie”. “Uy, qué final!”. “Mira, mira, muy contentos; valió la pena la espera”. “Después de veintitrés años ¡hoy somos campeones! ¡Ganamos la novena!”. Ahora también son Campeón de Campeones. Disfrútenlo al máximo. Dios les dé su paz. Bendiciones. Mtro. Armando.


SI TODOS LOS DÍAS FUERAN FIESTAS DEPORTIVAS

Shakespeare, escritor prolífico de la literatura universal, llegó a decir en cuanto al deporte se refería, que: “Si todos los días fueran fiestas deportivas, entonces el deporte sería tan aburrido como el trabajo”. Curioso, e impactante a la vez, que un personaje de las letras haya hecho referencia al deporte, pero tenía tanta razón al haberse expresado de esa manera.

La semana pasada, más de un amigo o familiar, que le va al Cruz Azul, me habló o escribió por mensaje, para “torearme” o “picarme”, para el encuentro que sostendría el León, el equipo “de mis amores”, desde que tengo uso de razón deportiva y futbolera, contra el actual campeón de primera división, Cruz Azul, después de veintitrés años de no haberlo sido.

Sabía que se iban a venir con todo, pues ahora con el campeonato logrado, los cruzazulinos no se la acaban, pues consideran que vendrá una rachita importante de campeonatos nacionales, y nadie les llegará a los talones. León, campeón del torneo pasado, y Cruz Azul, del que acaba de terminar, se verían las caras por el llamado Campeón de Campeones.

Fue justo, pensando en este partido, que recordé que tenía entre mis curiosidades, las palabras y mensajes de los aficionados, y aún los que no lo son, de la final que jugaría el Cruz Azul para romper la racha interminable de no hacerse del campeonato nacional, y créanme que aún los que no le iban al equipo celeste, tenían los deseos de que ya fueran campeones, por lo que sea, pero “ya no querían ver sufrir tanto” a tan apasionados aficionados.

Díganme ustedes si no se deseaba ese campeonato: “Ya que ganen, pues ya no quiero verlos sufrir”. “Arriba el Cruz Azul, seguro hoy ganamos”. “Hoy tiene que ser”. “Yo no le voy al Cruz Azul, la neta, pero definitivamente nos unimos a los cruzazuleños, por su afición, ya se merecen un triunfo. En verdad sí queremos que ganen, y que hoy sí sea la grande. Nos vemos al final para festejar con ellos”. “Esperemos que ahora sí sea la novena, y no la cruzazulen”. “En verdad quiero que gane el Cruz Azul. Quiero verlos contentos y felices, después de muchos años de no serlo, deportivamente hablando”. Todo esto era antes del partido.

Al final de este, ya cuando se proclamó campeón y alzó la tan ansiada copa, se escribía lo siguiente: “Vaya, ya era hora pues, para ser campeones”. “Mi equipo ya es campeón. Jugaron bien. Ganamos, es cierto, y aún no me la creo: por fin somos campeones”. “el ver chillar a otros, también se me salieron las lágrimas a mí, pero no le digan a nadie”. “Uy, qué final!”. “Mira, mira, muy contentos; valió la pena la espera”. “Después de veintitrés años ¡hoy somos campeones! ¡Ganamos la novena!”. Ahora también son Campeón de Campeones. Disfrútenlo al máximo. Dios les dé su paz. Bendiciones. Mtro. Armando.