/ miércoles 28 de julio de 2021

V I C I S I T U D E S

CHEPÍN CHEPÍN


¿Quién lo dijo? Eso es lo que menos importa, pues existen muchas expresiones que tienen un valor incalculable, que sólo se le atribuyen a una persona que existió entre nosotros, aunque no la hubiésemos conocido. “CON EL TIEMPO APRENDES QUE LA PALABRA AMIGO NO SE LE DICE A CUALQUIERA”. No cabe duda de que quien la haya esculpido sabía lo que hacía, pues quizá experimentó esta sensación con un verdadero amigo. ¿En qué momento de su vida? Quizá tampoco eso importa, pues queda en la posteridad de quien la expresó y a quien haya sido dirigida.

Hace ya algunas décadas atrás conocí por primera vez a un personaje que me cautivó desde que lo escuché hablar. Fue invitado a dar una plática dentro de una sesión de trabajo para hablar sobre la Espiritualidad y Carisma Marista. Muy a su estilo nos fue llevando poco a poco en este maravilloso engranaje del Mundo Marista en México y en el mundo. Nos tenía cautivados por la pasión que imprimía cuando iba expresando ese sentimiento que prevalece cuando de María Nuestra Buena Madre, nuestro Recurso Ordinario, y de San Marcelino Champagnat se habla.

Lo inimaginable salía a flote cuando dentro de sus sabias palabras, por ahí se inmiscuía una expresión graciosa, cómica y humorística, para salir, tal vez, de la metodología tradicional que muchas veces prevalecía en las pláticas de formación, pues recurría a contarnos alguna anécdota chusca, a algún chascarrillo, chiste o adivinanza que nos hacía reír, sonreír, relajarnos y hasta sonrojarnos, pues no nos esperábamos ese tipo de “interrupciones”, que nos hacían salir de lo cotidiano.

Fue una sesión de trabajo, al menos para mí, pues apenas lo estaba conociendo, innovadora, con un estilo muy peculiar que sería difícil de olvidar al paso de los años. Y así sucedió, pues una vez que se presentó, en aquel entonces, comentó que la ubicaban mucho como “CHEPÍN CHEPÍN”, por la forma en que daba a conocer el folclore artístico cómico, que relajaba y divertía a quienes asistían a alguna de sus pláticas o cursos de formación.

Él decidió en su momento llegar a realizar algunos compendios sobre lo que llamó “Popurrí humorístico”, saliendo sus recopilaciones en cinco volúmenes. Todos ellos, como él mismo lo mencionó, surgiendo de las aportaciones de chistes, albures, relatos, canciones y demás material humorístico, que le compartían sin conocer exactamente el origen de las fuentes.

La intención de estos volúmenes era simplemente que las personas que los tuvieran en sus manos pasaran un rato divertido, a solas, como humorísticamente lo mencionaba, en la intimidad del baño, en casa o en el trabajo. Mencionaba mucho que la risa era el medio eficaz para elevar la calidad de vida.

No puedo expresar más sobre él, por la limitación del espacio editorial que tengo, pero quiero comentar que Chepín Chepín, es un GRAN AMIGO Y MENTOR de un servidor. Él es el Hermano Marista José Flores García, “Chepo”. Bendiciones. Mtro. Armando.


CHEPÍN CHEPÍN


¿Quién lo dijo? Eso es lo que menos importa, pues existen muchas expresiones que tienen un valor incalculable, que sólo se le atribuyen a una persona que existió entre nosotros, aunque no la hubiésemos conocido. “CON EL TIEMPO APRENDES QUE LA PALABRA AMIGO NO SE LE DICE A CUALQUIERA”. No cabe duda de que quien la haya esculpido sabía lo que hacía, pues quizá experimentó esta sensación con un verdadero amigo. ¿En qué momento de su vida? Quizá tampoco eso importa, pues queda en la posteridad de quien la expresó y a quien haya sido dirigida.

Hace ya algunas décadas atrás conocí por primera vez a un personaje que me cautivó desde que lo escuché hablar. Fue invitado a dar una plática dentro de una sesión de trabajo para hablar sobre la Espiritualidad y Carisma Marista. Muy a su estilo nos fue llevando poco a poco en este maravilloso engranaje del Mundo Marista en México y en el mundo. Nos tenía cautivados por la pasión que imprimía cuando iba expresando ese sentimiento que prevalece cuando de María Nuestra Buena Madre, nuestro Recurso Ordinario, y de San Marcelino Champagnat se habla.

Lo inimaginable salía a flote cuando dentro de sus sabias palabras, por ahí se inmiscuía una expresión graciosa, cómica y humorística, para salir, tal vez, de la metodología tradicional que muchas veces prevalecía en las pláticas de formación, pues recurría a contarnos alguna anécdota chusca, a algún chascarrillo, chiste o adivinanza que nos hacía reír, sonreír, relajarnos y hasta sonrojarnos, pues no nos esperábamos ese tipo de “interrupciones”, que nos hacían salir de lo cotidiano.

Fue una sesión de trabajo, al menos para mí, pues apenas lo estaba conociendo, innovadora, con un estilo muy peculiar que sería difícil de olvidar al paso de los años. Y así sucedió, pues una vez que se presentó, en aquel entonces, comentó que la ubicaban mucho como “CHEPÍN CHEPÍN”, por la forma en que daba a conocer el folclore artístico cómico, que relajaba y divertía a quienes asistían a alguna de sus pláticas o cursos de formación.

Él decidió en su momento llegar a realizar algunos compendios sobre lo que llamó “Popurrí humorístico”, saliendo sus recopilaciones en cinco volúmenes. Todos ellos, como él mismo lo mencionó, surgiendo de las aportaciones de chistes, albures, relatos, canciones y demás material humorístico, que le compartían sin conocer exactamente el origen de las fuentes.

La intención de estos volúmenes era simplemente que las personas que los tuvieran en sus manos pasaran un rato divertido, a solas, como humorísticamente lo mencionaba, en la intimidad del baño, en casa o en el trabajo. Mencionaba mucho que la risa era el medio eficaz para elevar la calidad de vida.

No puedo expresar más sobre él, por la limitación del espacio editorial que tengo, pero quiero comentar que Chepín Chepín, es un GRAN AMIGO Y MENTOR de un servidor. Él es el Hermano Marista José Flores García, “Chepo”. Bendiciones. Mtro. Armando.