/ miércoles 18 de agosto de 2021

V I C I S I T U D E S

SITUACIÓN-ANÁLISIS-SOLUCIÓN


¿Administrador de Empresas, Ingeniero Industrial, Psicólogo Industrial, Contador Público, Licenciado en Enfermería, Licenciado en Educación, Licenciado en Economía, Mtro. Normalista, Licenciado en Derecho, Licenciado en Medicina, Ingeniero en Sistemas, Licenciado en Comunicación, Químico Farmacobiólogo, Licenciado en Idiomas, Licenciado en Filosofía, y licenciado en, en, en …..?

Todos con estudios profesionales, a nivel licenciatura, y con un panorama muy diverso en las distintas áreas del conocimiento, y, teóricamente, en campos laborales también distintos, pero que pueden tener un común denominador: todos ellos pueden dar clases, estar frente a un grupo de alumnos actuando como maestros, como docentes, en una palabra, dedicados a la EDUCACIÓN, en diferentes niveles, desde la primaria, hasta la universidad, según sus intereses, aptitudes y conocimientos.

Preguntas clave para todos ellos: ¿Porqué y para qué estudiaron esas licenciaturas? ¿Estaba en sus planes dar clases, ser profesores o lo están haciendo por azahares del destino?. Debe haber alguna razón poderosa, muy poderosa, para dejar sus áreas de formación, de instrucción para adentrarse en el mundo educativo. ¿Cuestión de intereses económicos, de prestaciones, de horarios, de conformismo? ¿Cuestión de valores? Es muy cierto lo que se menciona en las antologías filosóficas de Antonio Caso, al decir que “Si uno no tiene valores personales no podrá resolver ninguna situación dentro de la educación”.

Estoy convencido que cada persona tenemos una visión distinta de las cosas, y de la propia educación, y si lo vemos desde el plano de la cosmovisión, nos centraremos en una filosofía, también personal, y porqué menciono esto, porque en la educación, como en la filosofía, no existen las fórmulas mágicas que nos resuelvan todos los problemas que ahí se encuentran.

La educación no es un tema fácil que tratar, “tiene su chiste”, como podría alguno que otro educador, y esto lo concibo personalmente por la diversidad temática que en ella se encuentra, porque, como la filosofía, nos permite, cuando se hace a conciencia y se toma en serio, una reflexión concreta de lo que está sucediendo, y cómo podemos resolverlo. De ahí la importancia de quienes tienen licenciaturas universitarias, de empaparse en la educación, en la formación de las personas, y de todo lo que ella conlleva. Deben tener un conocimiento de lo que van a hacer y para qué lo van a hacer.

Séneca enunció: “Como el suelo, por más rico que sea, no puede dar fruto si no se cultiva. La mente sin cultivo tampoco puede producir”. ¿Se imaginan esto dentro del ámbito educativo? Nos deja perplejos por lo que se tiene qué hacer.

En la educación se presentan situaciones y problemas reales, no ficticios ni inventados, por lo que es preciso hacer análisis y probabilidades de solución, para no cometer errores. ¿Se debe o no regresar a las clases presenciales, que tanto están insistiendo las autoridades? Situación-análisis-solución. El Señor les bendiga. Mtro. Armando.


SITUACIÓN-ANÁLISIS-SOLUCIÓN


¿Administrador de Empresas, Ingeniero Industrial, Psicólogo Industrial, Contador Público, Licenciado en Enfermería, Licenciado en Educación, Licenciado en Economía, Mtro. Normalista, Licenciado en Derecho, Licenciado en Medicina, Ingeniero en Sistemas, Licenciado en Comunicación, Químico Farmacobiólogo, Licenciado en Idiomas, Licenciado en Filosofía, y licenciado en, en, en …..?

Todos con estudios profesionales, a nivel licenciatura, y con un panorama muy diverso en las distintas áreas del conocimiento, y, teóricamente, en campos laborales también distintos, pero que pueden tener un común denominador: todos ellos pueden dar clases, estar frente a un grupo de alumnos actuando como maestros, como docentes, en una palabra, dedicados a la EDUCACIÓN, en diferentes niveles, desde la primaria, hasta la universidad, según sus intereses, aptitudes y conocimientos.

Preguntas clave para todos ellos: ¿Porqué y para qué estudiaron esas licenciaturas? ¿Estaba en sus planes dar clases, ser profesores o lo están haciendo por azahares del destino?. Debe haber alguna razón poderosa, muy poderosa, para dejar sus áreas de formación, de instrucción para adentrarse en el mundo educativo. ¿Cuestión de intereses económicos, de prestaciones, de horarios, de conformismo? ¿Cuestión de valores? Es muy cierto lo que se menciona en las antologías filosóficas de Antonio Caso, al decir que “Si uno no tiene valores personales no podrá resolver ninguna situación dentro de la educación”.

Estoy convencido que cada persona tenemos una visión distinta de las cosas, y de la propia educación, y si lo vemos desde el plano de la cosmovisión, nos centraremos en una filosofía, también personal, y porqué menciono esto, porque en la educación, como en la filosofía, no existen las fórmulas mágicas que nos resuelvan todos los problemas que ahí se encuentran.

La educación no es un tema fácil que tratar, “tiene su chiste”, como podría alguno que otro educador, y esto lo concibo personalmente por la diversidad temática que en ella se encuentra, porque, como la filosofía, nos permite, cuando se hace a conciencia y se toma en serio, una reflexión concreta de lo que está sucediendo, y cómo podemos resolverlo. De ahí la importancia de quienes tienen licenciaturas universitarias, de empaparse en la educación, en la formación de las personas, y de todo lo que ella conlleva. Deben tener un conocimiento de lo que van a hacer y para qué lo van a hacer.

Séneca enunció: “Como el suelo, por más rico que sea, no puede dar fruto si no se cultiva. La mente sin cultivo tampoco puede producir”. ¿Se imaginan esto dentro del ámbito educativo? Nos deja perplejos por lo que se tiene qué hacer.

En la educación se presentan situaciones y problemas reales, no ficticios ni inventados, por lo que es preciso hacer análisis y probabilidades de solución, para no cometer errores. ¿Se debe o no regresar a las clases presenciales, que tanto están insistiendo las autoridades? Situación-análisis-solución. El Señor les bendiga. Mtro. Armando.