V I C I S I T U D E S

PARAFRASEANDO UN DIARIO INCONCLUSO

Mi vida comienza y mis papás aún no lo saben. No tengo figura, pero sé que soy una niña, tal vez de pelo rubio y ojos de color, no sé si verdes o azules, pero de color. Voy creciendo poco a poco, pero sigo siendo muy pequeñita. Mi mamá aún no percibe que vivo dentro de ella y que me alimento de su propia sangre.

Mi boquita comienza a tomar forma y con ella estaré algún día sonriéndole a la vida; algún día comenzaré a emitir sonidos, y segura estoy que mi primer palabra será ma, ma. Muchos podrán pensar que no tengo vida; un error garrafal. Percibo que mi corazón comenzó a latir por su propia cuenta. Latirá primero lentamente, y cuando tome ritmo nunca ya se detendrá, hasta que vaya a morir, pero para eso falta muchísimo tiempo. Sigo creciendo, pues me doy cuenta de que mis bracitos y piernitas se están formando. Algún día podré correr para cuando mamá y papá lleguen de sus trabajos, y los podré también abrazar. Mis deditos también se están formando y con ellos haré muchas cosas, entre ellas tocar a otras manos.

Hoy es un gran día para mí pues el doctor le dijo a mi mamá que ya estoy viviendo dentro de ella, abajito de su corazón. Espero que mi mamá se sienta feliz al saberlo, pues pronto podré estar en sus brazos. Ella le avisará a mi papá que ya vengo en camino para estar con ellos. Ni mi mamá ni mi papá saben que son una niña, y no sé si ellos quieran mejor un niño, pero sea como sea, deseo ser bien recibida. Mi nombre todavía no lo sé, pero me agradaría mucho llamarme como mi mamá. Ha pasado el tiempo y mi carita ya se formó, y como veo a mi mamá, me pareceré a ella; es muy linda.

Con mis ojitos comienzo a ver, aunque sea algo oscuro, pero sé que afuera hay luz, mucho sol, y todo es muy colorido. ¿Será cierto?. Quiero ver el arcoíris, la luna, las flores y los pajarillos, pero lo que más deseo es ver de frente a mi mamá y a mi papá, pues quiero conocerlos. Ya escucho el corazón de mi mamá, pero no sé si ella escuche el mío. Sus latidos me emocionan. Mamita, vas a tener una hija contigo, y yo tendré una hermosa mamá.

No me pregunten cómo, pero me he dado cuenta que hay mamás que no quieren tener a su hijo que llevan en su vientre, y eso me entristece mucho. Pero lo mío es diferente, pues me emociona encontrarme ya con mi mamá, que me tenga en sus brazos; tengo ganas de tocarla y de que me toque; tengo ganas de verla a los ojos y que ella me mire, y me mime. Yo deseo y espero que mi mamá también esté emocionada y quiera conocerme, abrazarme y besarme. Eso lo deseo mucho.

Pero de pronto sucedió en mi vida algo terrible e inesperado; algo que jamás me lo hubiese imaginado. No sé porqué mi mamá permitió que pusieran fin a mi vida antes de nacer. Ella decidió mi vida, sin ser suya. Te equivocaste mamá, al tomar esa decisión. Yo te habría hecho feliz y tú a mí. Un sí a la vida. Mtro. Armando.