/ jueves 3 de marzo de 2022

V I C I S I T U D E S

EL SERVICIO DE LA ENERGÍA ELÉCTRICA

“Aprovecha más el que sirve mejor”. Sheldom. Todos hemos, de algún modo u otro, utilizado diversos medios para realizar nuestros pagos de los servicios que son indispensables hoy en día para vivir en mejores condiciones humanas. Realizamos el pago del agua, del predial, del refrendo, del teléfono, otros servicios, sin dejar de considerar el pago por el uso de la energía eléctrica.

Hacemos circo, maroma y teatro para estirar nuestros pagos de esos servicios, a través de nuestros ingresos salariales, los que tenemos la bendición de poderlo hacer, y lo que más deseamos es que realmente se compensen los pagos puntuales y sin morosidad, con el servicio que queremos tener, pensando que siempre sea el mejor.

El fin de semana acudí a un centro comercial a realizar el pago de la energía eléctrica, y curiosamente la señorita que me atendió, y que ya nos conoce, me hizo el comentario de que estaba muy caro lo que estaba pagando. Nosotros ya lo habíamos visto de esa manera, pero, a pesar de que tratamos de ahorrar el uso de esta energía, pues resulta que no bajamos de la tarifa que ya bimestralmente nos llega. Pues bien, precisamente ese fin de semana coincidió con que se nos fuera completamente la luz por la madrugada. Yo desperté a eso de la cuatro y media de la mañana, y ya no me pude dormir, así que amaneció y la luz no llegaba, preocupándome principalmente por los alimentos que se pudieran echar a perder.

En cuanto pude me contacté con mis vecinos para ver cómo andaban ellos, y todos me contestaron dándome el referente de las horas en que se habían percatado que no teníamos luz. Ninguno coincidió en los tiempos, pues uno dijo que se había ido a la una, otro que a las dos treinta, otro que a las tres, y uno más que a las cinco. Traté de realizar el reporte a la empresa provedora de este servicio, pero para nada que pude contactarme con ellos. Hablé a protección civil para ver si ellos sabían algo, y jamás me contestaron. Llamé a emergencia y que ellos no atendían ese tipo de incidentes. En la delegación de policía, me mencionaron que ellos no habían recibido ningún tipo de reporte.

Nadie sabía nada al respecto, y vaya que es un servicio de primera necesidad. El celular lo quise conectar, sin acordarme que no había luz; mi esposa quiso planchar su ropa, olvidándose de que no había corriente eléctrica. El internet lo quise utilizar, pero no había luz. Los alimentos se medio conservaron, con excepción de la leche que se echó a perder. Teníamos el pendiente de que se acabara el agua del tinaco y no pudiésemos subir más. Una odisea quedarnos sin luz, hasta que por fin, a eso de las diez y media de la mañana hizo su mágica aparición. Qué problema es no tener energía eléctrica, y los sinsabores que ocasiona su carencia. Se paga, y se paga bien, por lo que uno espera que el servicio esté a la altura de las necesidades sociales. El Señor nos dé la PAZ que tanto anhelamos en el mundo. Bendiciones.

EL SERVICIO DE LA ENERGÍA ELÉCTRICA

“Aprovecha más el que sirve mejor”. Sheldom. Todos hemos, de algún modo u otro, utilizado diversos medios para realizar nuestros pagos de los servicios que son indispensables hoy en día para vivir en mejores condiciones humanas. Realizamos el pago del agua, del predial, del refrendo, del teléfono, otros servicios, sin dejar de considerar el pago por el uso de la energía eléctrica.

Hacemos circo, maroma y teatro para estirar nuestros pagos de esos servicios, a través de nuestros ingresos salariales, los que tenemos la bendición de poderlo hacer, y lo que más deseamos es que realmente se compensen los pagos puntuales y sin morosidad, con el servicio que queremos tener, pensando que siempre sea el mejor.

El fin de semana acudí a un centro comercial a realizar el pago de la energía eléctrica, y curiosamente la señorita que me atendió, y que ya nos conoce, me hizo el comentario de que estaba muy caro lo que estaba pagando. Nosotros ya lo habíamos visto de esa manera, pero, a pesar de que tratamos de ahorrar el uso de esta energía, pues resulta que no bajamos de la tarifa que ya bimestralmente nos llega. Pues bien, precisamente ese fin de semana coincidió con que se nos fuera completamente la luz por la madrugada. Yo desperté a eso de la cuatro y media de la mañana, y ya no me pude dormir, así que amaneció y la luz no llegaba, preocupándome principalmente por los alimentos que se pudieran echar a perder.

En cuanto pude me contacté con mis vecinos para ver cómo andaban ellos, y todos me contestaron dándome el referente de las horas en que se habían percatado que no teníamos luz. Ninguno coincidió en los tiempos, pues uno dijo que se había ido a la una, otro que a las dos treinta, otro que a las tres, y uno más que a las cinco. Traté de realizar el reporte a la empresa provedora de este servicio, pero para nada que pude contactarme con ellos. Hablé a protección civil para ver si ellos sabían algo, y jamás me contestaron. Llamé a emergencia y que ellos no atendían ese tipo de incidentes. En la delegación de policía, me mencionaron que ellos no habían recibido ningún tipo de reporte.

Nadie sabía nada al respecto, y vaya que es un servicio de primera necesidad. El celular lo quise conectar, sin acordarme que no había luz; mi esposa quiso planchar su ropa, olvidándose de que no había corriente eléctrica. El internet lo quise utilizar, pero no había luz. Los alimentos se medio conservaron, con excepción de la leche que se echó a perder. Teníamos el pendiente de que se acabara el agua del tinaco y no pudiésemos subir más. Una odisea quedarnos sin luz, hasta que por fin, a eso de las diez y media de la mañana hizo su mágica aparición. Qué problema es no tener energía eléctrica, y los sinsabores que ocasiona su carencia. Se paga, y se paga bien, por lo que uno espera que el servicio esté a la altura de las necesidades sociales. El Señor nos dé la PAZ que tanto anhelamos en el mundo. Bendiciones.