/ miércoles 18 de mayo de 2022

V I C I S I T U D E S

EL EJEMPLO DE UN VERDADERO MAESTRO

¿Se puede disfrutar en familia el Día del MAESTRO? Claro que sí, pues son ellos los principales promotores de los cambios sociales, que tanto necesita una nación, y todo debe comenzar en casa, porque un MAESTRO, lo es desde el hogar, en la calle, en el diario vivir y en la escuela. Ha tocado al MAESTRO ser una persona que motiva a tener un mundo mejor y más creíble, ya que cada uno, hombres y mujeres, son protagonistas activos para un cambio de mentalidad personal, familiar y social. Cada MAESTRO tiene por norma particular sembrar la semilla en sus alumnos, esperando ver algún día su propia cosecha; algunos lo logran, pero la gran mayoría pocas veces ven los frutos de su trabajo. Si la sociedad ha marchado bien es en gran parte por la labor del MAESTRO, sin embargo, puede llegar a suceder lo contrario, y aún así, no cesará un MAESTRO de seguir construyendo futuro. El MAESTRO, esté donde esté, disfruta enseñando, a veces con niños, otras con adolescentes y jóvenes, pero viene después la gran oportunidad de disfrutar el contacto con personas ya adultas y mayores que aún confían en quienes les imparten conocimiento, vida y experiencia. Nunca la sociedad debe perder de vista que quien educa con vocación y con pasión, es una persona al servicio de la sociedad, del hombre y la mujer, pero hay algo más que se debe considerar, que, para educar y servir, es preciso amar.

Los MAESTROS en todas las sociedades del mundo son figuras representativas y centrales en el desarrollo de sus potencialidades sociales y comunitarias, ya que representan la alternativa de ver siempre hacia adelante, con actitudes y acciones positivas, constructivas, creando conciencias libres, donde, ya sea de forma particular o en grupo social, sepan tomar decisiones objetivas, realistas, que ayuden a ser solidarios y empáticos. Es ahí donde comienza una verdadera transformación social. Cada ser humano, hombre y mujer, son generadores de un cambio parcial, total o hasta radical, dependiendo de las circunstancias, que trata de ver con ojos claros, que destellen luces para iluminar los caminos que cada uno se ha trazado, y es también ahí, donde el MAESTRO también se convierte en un verdadero agente social de cambio.

Un MAESTRO debe ser reconocido por su entrega, por su don de gentes, por su profesionalismo, con detalles no glamorosos, porque no los necesita, sino simplemente con el agradecimiento eterno, de quienes han recibido su orientación siempre con una sonrisa en el rostro y una mano extendida. Todos quienes hemos tenido un MAESTRO entregado a su noble labor, tenemos un MAESTRO que nos ha dejado huella, no sólo para el tiempo de escuela, sino para toda la vida. ¿Recuerdan a alguno que esté ahí en su vida para siempre? EL EJEMPLO DE UN VERDADERO MAESTRO es lo que más impacta en la vida de los alumnos, tanto por sus palabras como por sus acciones. Qué padre es escuchar cuando un alumno te dice: “Siempre reconoceré en usted AL MEJOR DE LOS MENTORES a quien admiro y respeto”. No olvidemos jamás que EL GRAN MAESTRO de todos ES JESUCRISTO. Dios bendiga a todos aquellos MAESTROS, hombres y mujeres, que han entregado su vida a construir futuros presentes. Mtro. Armando.

EL EJEMPLO DE UN VERDADERO MAESTRO

¿Se puede disfrutar en familia el Día del MAESTRO? Claro que sí, pues son ellos los principales promotores de los cambios sociales, que tanto necesita una nación, y todo debe comenzar en casa, porque un MAESTRO, lo es desde el hogar, en la calle, en el diario vivir y en la escuela. Ha tocado al MAESTRO ser una persona que motiva a tener un mundo mejor y más creíble, ya que cada uno, hombres y mujeres, son protagonistas activos para un cambio de mentalidad personal, familiar y social. Cada MAESTRO tiene por norma particular sembrar la semilla en sus alumnos, esperando ver algún día su propia cosecha; algunos lo logran, pero la gran mayoría pocas veces ven los frutos de su trabajo. Si la sociedad ha marchado bien es en gran parte por la labor del MAESTRO, sin embargo, puede llegar a suceder lo contrario, y aún así, no cesará un MAESTRO de seguir construyendo futuro. El MAESTRO, esté donde esté, disfruta enseñando, a veces con niños, otras con adolescentes y jóvenes, pero viene después la gran oportunidad de disfrutar el contacto con personas ya adultas y mayores que aún confían en quienes les imparten conocimiento, vida y experiencia. Nunca la sociedad debe perder de vista que quien educa con vocación y con pasión, es una persona al servicio de la sociedad, del hombre y la mujer, pero hay algo más que se debe considerar, que, para educar y servir, es preciso amar.

Los MAESTROS en todas las sociedades del mundo son figuras representativas y centrales en el desarrollo de sus potencialidades sociales y comunitarias, ya que representan la alternativa de ver siempre hacia adelante, con actitudes y acciones positivas, constructivas, creando conciencias libres, donde, ya sea de forma particular o en grupo social, sepan tomar decisiones objetivas, realistas, que ayuden a ser solidarios y empáticos. Es ahí donde comienza una verdadera transformación social. Cada ser humano, hombre y mujer, son generadores de un cambio parcial, total o hasta radical, dependiendo de las circunstancias, que trata de ver con ojos claros, que destellen luces para iluminar los caminos que cada uno se ha trazado, y es también ahí, donde el MAESTRO también se convierte en un verdadero agente social de cambio.

Un MAESTRO debe ser reconocido por su entrega, por su don de gentes, por su profesionalismo, con detalles no glamorosos, porque no los necesita, sino simplemente con el agradecimiento eterno, de quienes han recibido su orientación siempre con una sonrisa en el rostro y una mano extendida. Todos quienes hemos tenido un MAESTRO entregado a su noble labor, tenemos un MAESTRO que nos ha dejado huella, no sólo para el tiempo de escuela, sino para toda la vida. ¿Recuerdan a alguno que esté ahí en su vida para siempre? EL EJEMPLO DE UN VERDADERO MAESTRO es lo que más impacta en la vida de los alumnos, tanto por sus palabras como por sus acciones. Qué padre es escuchar cuando un alumno te dice: “Siempre reconoceré en usted AL MEJOR DE LOS MENTORES a quien admiro y respeto”. No olvidemos jamás que EL GRAN MAESTRO de todos ES JESUCRISTO. Dios bendiga a todos aquellos MAESTROS, hombres y mujeres, que han entregado su vida a construir futuros presentes. Mtro. Armando.