LOS ÁNGELES.- Los Globos de Oro, en los que varias actrices vestirán de negro para denunciar el acoso sexual a las mujeres en Hollywood, descorcharán una nueva temporada de premios de cine en Estados Unidos marcada por la protesta y las reivindicaciones.
Con la opinión pública todavía en shock por la enorme cantidad de agresiones sexuales que han salido recientemente a la luz, el mundo del espectáculo vuelve a desplegar las alfombras rojas comenzando con los Globos de Oro, que se entregarán este domingo 7 de enero.
Conocida por ser una de las galas más divertidas e informales de Hollywood y por inaugurar el calendario de premios que culmina con los Oscar, este año los Globos de Oro llegan no sólo con ganas de fiesta, sino también con el anuncio previo de que varias estrellas vestirán de negro para gritar contra las agresiones sexuales a las mujeres.
Tras el escándalo en torno al productor Harvey Weinstein y la campaña "Me Too" (yo también) que señaló a artistas como Dustin Hoffman, John Lasseter o Brett Ratner, la revista People aseguró este mes que Meryl Streep, Jessica Chastain o Emma Stone, entre otras figuras, desfilarán de negro en los Globos de Oro como protesta contra el acoso en Hollywood a las mujeres.
Esta acción feminista no sólo apela a las actrices, ya que la estilista Ilaria Urbinati, que trabaja con Dwayne "The Rock" Johnson o Tom Hiddleston, afirmó recientemente que sus clientes también vestirán de negro.
No obstante, está por verse cómo se visibilizará su solidaridad, ya que el esmoquin negro es la elección habitual para los hombres sobre la alfombra roja.
La campaña también ha tenido sus opositores, puesto que la actriz Rose McGowan, que acusó a Weinstein de haberla violado, llamó hipócrita a Streep por unirse ahora a esta protesta contra las agresiones sexuales tras haber trabajado en el pasado con el productor.
En cualquier caso, los Globos de Oro serán la primera gran respuesta pública y conjunta del mundo del espectáculo a la cascada de agresiones sexuales en su seno, pero no se espera que sean el único movimiento en Hollywood este año contra el machismo.
Así, en los cotizados premios del Sindicato de Actores (SAG, en inglés), que se celebrarán el 21 de enero en Los Ángeles, todos los galardones serán anunciados y entregados por mujeres.
Además, estos reconocimientos tendrán como maestra de ceremonias a la actriz Kristen Bell.
Sin olvidar que la música celebrará su particular fiesta con los Grammy el 28 de enero en Nueva York, premios como los de los sindicatos de directores y productores o los galardones del cine independiente Spirit calentarán el ambiente hasta la traca final de los Oscar, que tendrán lugar el 4 de marzo en Los Ángeles.
La movilización política y los gestos reivindicativos no son algo nuevo para Hollywood, ya que es una de las caras más visibles y mediáticas del pensamiento progresista en Estados Unidos.
Tras apoyar mayoritariamente a Hillary Clinton, la aspirante demócrata a la Casa Blanca, el mundo del cine recibió con muchas críticas al presidente Donald Trump, a quien atacó en numerosas ocasiones por sus ideas racistas y machistas.
Por ejemplo, Meryl Streep cosechó grandes aplausos con su combativo discurso contra el republicano en la última edición de los Globos de Oro, en los que defendió el periodismo o las aportaciones culturales de los inmigrantes.
Un día después, Trump aseguró en Twitter que Streep es una de las actrices "más sobrevaloradas en Hollywood", pese a que ha ganado tres Oscar y tiene el récord de nominaciones para un intérprete, con veinte candidaturas.
En los últimos Oscar, varios artistas desfilaron con lazos azules en apoyo a la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU), una de las organizaciones más beligerantes contra las medidas de Trump.
Pero las constantes críticas en la gala al presidente, lideradas por el presentador Jimmy Kimmel, quedaron en segundo plano tras el tremendo error al anunciar la estatuilla a la mejor película, que por error se concedió a "La La Land" cuando la ganadora era "Moonlight".
En 2016, la temporada de premios estuvo marcada por la campaña "Oscars so White" (Oscars demasiado blancos), que denunció que por segundo año consecutivo no había intérpretes nominados en los premios de la Academia de Hollywood, y que motivó un boicot a la ceremonia de artistas afroamericanos como Will Smith, Jada Pinkett Smith o Spike Lee.
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