Infinidad de jugadores han vestido la playera del equipo Irapuato en el futbol profesional, muchos de ellos dejando una gran huella en los aficionados, escribiendo con letras de oro su nombre en la historia de la Trinca Fresera, uno de ellos es Jesús González ´´Gonzalitos´´, quien sigue siendo recordado a 32 años de su partida.
El Dato...
Aún muy joven (54 años), el 29 de septiembre de 1988, Dios Todopoderoso se lo llevó para ir formando un gran trabuco en el cielo.
Un jugador que escribió su historia por su don de gente, profesionalismo y entrega bajo los tres postes se ganó el aprecio, reconocimiento y cariño y que no obstante haber transcurrido más de tres décadas de su fallecimiento, la afición de la vieja guardia no lo olvida..
TRAYECTORIA LIMPIA Y GANADORA
Jalisciense de nacimiento, “Gonzalitos” inició su carrera futbolística con los entonces rojinegros del Atlas en 1950, con apenas 16 años de edad, de ahí, sus cualidades lo llevaron a los rayados del Monterrey, su siguiente equipo.
LLEGADA A IRAPUATO
A mediados de la década de los 50s, la directiva del Irapuato hizo todo lo posible por traerlo al Bajío, luego de un buen esfuerzo lograron el objetivo y fue con la Trinca Fresera del Irapuato, con quien Jesús González, vivió su mejor etapa como futbolista a nivel profesional.
Se ganó el respeto y cariño de la afición con sus actuaciones, entrega y profesionalismo como arquero de la Trinca, esto lo corroboraba el mismo “Gonzalitos” cuando caminando por la calle Guerrero se dirigía al estadio o bien de regreso a casa y era abordado por los aficionados jóvenes y mayores para saludarlo, e incluso para ayudarle con la “valija”.
MERECEDOR A PREMIOS
En aquella gran época de la Trinca Fresera, al final de la contienda como local, se le hacía un reconocimiento al jugador destacado y fueron innumerables las ocasiones que Gonzalitos fue el ganador, llevándose el regalo de Pantalones Austin y Camisas Gacela.
El buen trato de la afición, defender los colores azulgrana y el hecho de haber encontrado a la compañera de su vida, Elisa González, con quien procreó 5 hijos, Jesús Ricardo, Silvia Gema, María del Sol, Beatriz Griselda y Francisco Javíer, lo sentía como una gran bendición. Todos ellos irapuatenses a mucho orgullo.
Otra de las cosas vividas por “Gonzalitos” y que le provocaba alegría y orgullo fue el convivir con grandes jugadores y excelentes compañeros como Marcelino “negra” Escoto, Jaime Belmonte, Ligorio López, Jaime “pelirrojo” Ortiz, Max Villalobos, Ramírez Cedeño, Torres Ruiz, Ricardo “chamaco” Zárate, “pajarito” Manzotti, Juanito Barrio, Alberto “negro” Jones, entre muchísimos más.
Dejo Irapuato para jugar con Durango, posteriormente La Piedad, Celaya y finalmente Salamanca, donde incluso fungió como Director Técnico de los “guindas” militantes en la Segunda División, lugar en el que concluyo su gran historia profesional.