Las madres simios separadas permanentemente de sus crías a veces encuentran consuelo en los juguetes de peluche: este hallazgo reciente de los experimentos de Harvard ha desatado una intensa controversia entre científicos y ha reavivado el debate ético sobre las pruebas efectuadas con animales.
El artículo, titulado Activadores del amor materno, fue escrito por la neurocientífica Margaret Livingstone y apareció en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) en septiembre con poca fanfarria o cobertura mediática.
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Pero una vez que la noticia del estudio comenzó a difundirse en las redes sociales, provocó una tormenta de críticas y, finalmente, una carta a la PNAS firmada por más de 250 científicos pidiendo una retractación.
Mientras tanto, los grupos defensores de los derechos de los animales recordaron el trabajo anterior de Livingstone, que incluía suturar temporalmente los párpados de monos bebés para estudiar el impacto en su cognición.
"No podemos pedir el consentimiento de los monos, pero podemos dejar de usar, publicar y, en este caso, promover activamente métodos crueles que, a sabiendas, causan una angustia extrema en los animales”, escribió Catherine Hobaiter, primatóloga de la Universidad de St Andrews, coautora de la carta de retractación.
Hobaiter declaró que estaba esperando una respuesta de la revista antes de hacer más comentarios, pero que aguardaba tener noticias pronto.
Harvard y Livingstone, por su parte, han defendido enérgicamente la investigación.
Las observaciones de Livingstone, "pueden ayudar a los científicos a comprender el vínculo materno en humanos y pueden informar intervenciones reconfortantes para ayudar a las mujeres a sobrellevar la pérdida inmediatamente después de sufrir un aborto espontáneo o experimentar un parto muerto", detalló la Escuela de Medicina de Harvard en un comunicado.
Livingstone, en una declaración separada, sostuvo: "Me he unido a las filas de científicos atacados y demonizados por los opositores a la investigación con animales, que buscan abolir la investigación que salva vidas en todos los animales".
Tal trabajo atrae rutinariamente la ira de grupos como Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), que se opone a todas las formas de experimentación con animales.
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Esa controversia provocó fuertes respuestas en la comunidad científica, en particular de los investigadores del comportamiento animal y primatólogos, dijo Alan McElligot del Centro de Salud Animal de la Universidad de la Ciudad de Hong Kong y uno de los firmantes de la carta de PNAS.
Dijo que Livingstone parece haber replicado la investigación realizada por Harry Harlow, un famoso psicólogo estadounidense de mediados del siglo XX.
Los experimentos de Harlow sobre privación materna en macacos rhesus, se consideraron innovadores, pero también deben haber ayudado a catalizar el primer movimiento de liberación animal.
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