Vicente Fernández además de ser un referente de la música ranchera, es una persona que ha puesto en alto el nombre de su tierra Huentitán el Alto, Jalisco.
Este lugar que vio nacer al cantante se encuentra emplazado en la localidad más grande de Guadalajara. Tiene 17 mil habitantes.
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No hay una fecha exacta de sus orígenes, pero se sabe que indígenas fundaron este poblado antes de la llegada de los españoles y lo bautizaron como Huentitan, que en lengua náhuatl significa "lugar donde se hacen ofrendas".
Los primeros evangelizadores que llegaron fueron los franciscanos que construyeron una capilla de paja y adoble, para en 1734 realizar el primer templo.
En este lugar se encuentra la Barranca de Huentitán de Oblatos o la barranca de chente. Es un destino turístico muy famoso de Jalisco que invita al bienestar físico, la relajación y la aventura, y que fue decretado Área Natural Protegida desde 1997.
Huentitán, el lugar de los sueños del charro
Vicente “Chente” Fernández nació el 17 de febrero de 1940 en Huentitán el Alto, Jalisco; es hijo del ranchero Ramón Fernández y el ama de casa Paula Gómez de Fernández.
Con tan sólo seis años de edad empezó a soñar en una carrera como cantante. A los 8 años recibió una guitarra y rápidamente aprendió a tocarla y comenzó a estudiar música folclórica.
Desde entonces, soñaba ya con el futuro: “Desde lo que puedo recordar, cuando yo tenía 6 ó 7 años, iba a ver las películas de Pedro Infante y le decía a mi mamá ‘cuando yo crezca voy a ser como ellos’”.
A los 14, su ambición lo llevó a entrar a un concurso amateur en Guadalajara, en el que ganó el primer lugar. Era el año 1954. Con esa seguridad empezó a tocar localmente en restaurantes y bodas, para grupos de familiares y amigos.
En forma temprana Fernández fue conducido al éxito. A pesar de los obstáculos, su determinación lo condujo por una trayectoria que se convertiría en una historia de triunfo.