Un homenaje al padre de los efectos especiales del cine francés, George Méliés quien alcanzó en su fructífera trayectoria una filmografía de 500 películas, se presenta en la puesta en escena Del conejo a la Tierra, que permanecerá en cartelera hasta mayo próximo en el Foro Shakespeare.
Protagonizada por Daniel Haddad, Gabriela Guraieb y Raúl Villegas, bajo la dirección de David Olguín, la obra se presenta con una clara invitación:¡Vive la fantasía!
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Méliés, el hombre mago, ilusionista, guionista, dibujante y pionero de los efectos especiales en el séptimo arte, fue un visionario de tal dimensión, que 67 años antes del primer viaje a la luna, realizó una cinta en la que auguraba esa hazaña.
Tras nueve años de trabajo, Itzel Lara estrena esta obra, que se centra en la última etapa de vida del cineasta y precursor de los efectos especiales. Capta al creativo en su momento de tranquilidad, observando a los transeúntes, algunos de los cuales se detienen en su negocio en Montparnasse, donde vende objetos de uso diario y otros extravagantes, que dan pie a la acción para regresar al pasado.
En su juventud, luego de descubrir con el cinematógrafo inventado por los hermanos Lumière podría hacer magia en el cine, trató de comprar el invento, pero, a pesar de que les ofreció una fuerte cantidad de dinero, no lo logró.
Mientras alcanzaba el sueño de trabajar en cine, se dedicaba a sus presentaciones como ilusionista al lado de Gabriela Guraieb, quien fue la mujer sabia, considerada, abnegada y amorosa detrás de este gran hombre.
La obra ilustra la vida extravagante de un genio, un mago, un alquimista, un creativo de la escena teatral y cinematográfica, que si bien no fue entendido en su tiempo, ahora es uno de los grandes condecorados de la Legión de Honor de Francia.
Su creatividad y la ambición por el reconocimiento del público, se refleja en sus cintas taquilleras de ciencia ficción como El hombre de las mil cabezas (1898), El hombre orquesta (1900), Viaje a la luna (1902), Viaje a través de lo imposible (1904) y A la conquista del Polo (1912).
Al ser él mismo un ilusionista, la obra, que no es una biografía, sino que toma aspectos de la vida del artista para mandar el mensaje de que vale la pena luchar por los sueños, aunque algunos parezcan imposibles de llevar a cabo, cuenta con recursos de magia y elementos del universo que Méliés creó para el cine.
Y, como dice su autora: "Esta es una obra acerca de Meliès, de los distintos Meliès: del que viajó a la luna y le clavó un cohete en el ojo, del amante de los autómatas, del pionero del cine, del 'alquimista de la luz'. Pero sobre todo habla del hombre que acabó sus días vendiendo juguetes, tranquilo, despidiéndose de la vida con dignidad. Una obra que al fin y al cabo habla de la esperanza."
Tras nueve años de trabajo, Itzel Lara estrena esta puesta en escena, que se centra en la última etapa de vida del cineasta francés, encargado de una tienda de juguetes