El asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, cometido el 23 de marzo de 1994 marcó un antes y un después en la vida política del México, fue un golpe profundo a las entrañas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y convulsionó al país, a 25 años de distancia de este magnicidio todavía se ve “Un México con Hambre y Sed de Justicia“.

Agustín Marmolejo Valle, el último presidente municipal de Salamanca de extracción priista, enfatizó que con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, se perdió a uno de los políticos más interesantes que la nación ha dado, un hombre cuyo prestigio intelectual había quedado de manifiesto como presidente del Partido Revolucionario Institucional, como senador de la República y en su desempeño al frente de SEDESOL.

”Me parece que no se le ha dado la justa dimensión a lo que fue el asesinato de Luis Donaldo Colosio, me parece que la democracia está en deuda con un hombre que entregó su vida en aras simplemente de la postulación para un cargo y que ese no era el camino por el que se le debió haber impedido llegar a la Presidencia de la República”…

Marmolejo Valle, precisó que el asesinato de Luis Donaldo Colosio fue un golpe devastador para el priismo a nivel nacional, un golpe inesperado que encontró replica con el asesinato del secretario general del partido, José Francisco Ruiz Massieu y el levantamiento zapatista provocó que México entrará en una convulsión política, porque por primera ocasión desde la época de Álvaro Obregón se privaba a un candidato de aspirar a la presidencia por la vía del homicidio.

“La muerte de Colosio significó un grave retroceso a la democracia y que por el otro lado se privó de la vida a un hombre extraordinario, en donde para saber lo que él era, bastaría releer sus discursos”… remató.