El sueño se cumplió. Tuvieron que pasaron 18 años para que la afición irapuatense volviera a sentir la emoción de vivir un ascenso, la emoción de volver a los planos protagónicos, la emoción de volver a ver a su equipo alzar un trofeo.
La marea roja de los Hijos de la Mermelada y la porra Freseros y Orgullosos se dejó sentir por las calles de Irapuato y tomaron, como hace 18, el Monumento a la Bandera, el simil irapuatense del Ángel de la Independencia para realizar festejos deportivos.
“Volvimos, se los dijimos, volvimos por lo nuestro”, “Sí se pudo”, “Con Dios y con la Trinca volvimos a ser campeones” y “Agárrense, que ahí viene lo bueno”, fueron algunos de los gritos y cánticos que la afición fresera lanzó durante los festejos por el triunfo del equipo.
Todo era válido. La afición hizo su parte y cuando tuvo que pesar en el Sergio León Chávez lo hizo y cuando tuvo que apoyar desde casa, también respondió. Fueron habilitadas pantallas gigantes en la Plaza del Comercio, en la Plazuela Miguel Hidalgo y en el Inforum, en donde cientos de irapuatenses se congregaron para hacer comunión y en una sola voz apoyar al cuadro fresero.
⬇️Da clic aquí⬇️
Pero hubo quienes vieron el partido lo vieron desde sus casas, otros desde bares, pero a la hora del festejo fue el mismo: el Monumento a la Bandera congregó como en sus mejores épocas a la afición fresera para festejar un triunfo más de su equipo, un triunfo que le permite ascender a la Liga de Expansión y el objetivo a mediano plazo es claro: la Liga MX es la prioridad para la Trinca y para la afición fresera.