/ domingo 14 de marzo de 2021

Cuelgan las cámaras y se ponen el mandil

El matrimonio de fotógrafos integrado por Alejandra y Raúl, debió buscar un plan B para salir adelante en la pandemia y mantener a sus seis hijos

CELAYA, Gto; Uno de las profesiones que resultó muy lastimada a causa de la pandemia fue la fotografía, ya que con la cancelación de eventos religiosos, escolares y sociales las ventas cayeron un 80% para los fotógrafos Alejandra Ruiz González y Raúl Alejandro González Osornio, quienes decidieron emprender de manera temporal el negocio de venta de alimentos con servicio de moto mandando para generar ingresos a su hogar.

Alejandra Ruiz, cuenta que junto a su esposo ejerce la profesión de fotógrafo, en donde trabajaban de lunes a viernes en las escuelas, mientras que los sábados y domingos en eventos sociales y religiosos, donde ofrecían, además de la fotografía, video e incluso restauración de fotos.

En marzo de 2020 les dijeron que las escuelas cerrarían por 15 días, por lo que el trabajo que tenían quedó detenido, mientras que los eventos sociales y religiosos seguían realizándose, hasta que la situación con la Covid-19 se agravó y, por ende, la gente dejó de hacer fiestas, ceremonias, lo cual significó una disminución de clientes de manera drástica y, por lo tanto, de recursos económicos.

A un año de que empezó la pandemia el trabajo disminuyó en un 80%, además de que “al cerrar salones y todo, nos dieron en la torre tanto a fotógrafos, banqueteros, gente del sonido, que vende dulces, el que cuida el carro, el que vende desechables. Todo el mundo estamos sin trabajo. Según están reabriendo, pero aun así no hay eventos, la gente está un poquito asustada y no quiere hacerlos y aparte los salones, por las multas altas, prefieren no abrir”.


BUSCAR PLAN B


Después al verse en la necesidad de obtener recursos para solventar los gastos de sus seis hijos, así como los del hogar, decidieron poner un negocio de comida, donde la señora Alejandra cocina y el señor Raúl lo entrega a través de moto mandado.

“Hay mucha gente que sigue laborando, no tienen el tiempo de hacer de comer y salen a comprar tortas, tacos, pero muchos puestos de ese tipo han cerrado porque no han podido mantenerse, nosotros desde casa decidimos empezar a vender comida primero con los conocidos, después nos expandimos”.

“Como se hace de comer diario para la familia, decidimos que de lo mismo que nosotros hacíamos empezar a promocionarlo en el Facebook con los conocidos para poder sacar un poco de dinero extra, además de que mi esposo decidió meterse al moto mandado, porque le gente con motivo de la Covid no quiere salir y muchas personas adultas deciden mandar comprar sus cosas y nos estamos dedicando a eso, lo que hacemos de comer lo llevamos a domicilio”.


TRABAJO EN FAMILIA

Destaca que sus hijas además de promover el negocio, también se han encargado de promocionar a su papá y el servicio de moto mandado con sus amistades, lo cual le ha ayudado a tener más trabajo, porque muchas personas que lo han contactado se dedican a vender ropa, bisutería, entre otros artículos a través de Facebook y lo contratan para que entregue la mercancía.

Refiere que la entrada de dinero no es igual y por lo tanto no les alcanza para cubrir los gastos porque al estar en casa se gasta más en agua, luz, comida, detergente, entre otras cosas como la colegiatura que sigue igual, la reinscripción y los libros de sus seis hijos, pero a pesar de todo, agradece el tener otra forma de obtener recursos para su familia.

También refiriere que antes de la pandemia acostumbraba a salir con su familia a pasear los fines de semana cuando no había mucho trabajo o un contrato, pero ahora no lo pueden hacer por la pandemia y porque “los niños están pegados a la televisión, la computadora y tareas”.


NO HAY DINERO QUE ALCANCE

“Antes teníamos la rutina de salir a trabajar, ellos a la escuela, regresábamos, hacían tarea, nosotros trabajábamos desde casa y después salíamos, pero ahora hacemos comida, la entregamos, hacen tarea, llega el fin de semana y hacemos lo mismo, no hay un día de distracción, de descanso, y no hay dinero que alcance”.

En la cuestión de la escuela, la situación ha sido difícil, ya que antes los maestros les explicaban las clases y no les costaba trabajo hacer las tareas, pero ahora es diferente, en cada institución manejan la enseñanza diferente, por lo que unos tienen clases de 11:30 a 14:00 horas, mientras que a otros les dan el plan de trabajo, les dicen desde qué página a qué página deben hacer y eso les ha costado trabajo.

“Tengo niños en primaria, secundaria, preparatoria y universidad, por eso hablo de que todas las escuelas manejan distintos tipos de enseñanzas y sí se nos ha complicado un poquito más, hasta para ellos hacer las tareas”.


NO HUBO PISO PAREJO

De igual forma, comenta que se le hace injusto que las grandes tiendas abrieran durante todo el año, mientras que el trabajo que realizan los fotógrafos, los que rentan el salón, las mesas, sillas, los que venden piñatas, desechables, los que organizan fiestas, entre otros les pararon todo.

“Es un paro total de diferentes comercios al suspender eventos sociales cuando hay bares abiertos, es algo ilógico que una rama esté abierta y otras del trabajo estén cerradas. Son importantes las empresas grandes, pero también los eventos sociales creo que se pueden hacer con ciertas estrategias para que no hubiera tanto problema en poder volver a realizarlos”.

Finalmente espera que en el transcurso del año la situación cambie, que regresen los eventos sociales, religiosos y escolares para que, siguiendo las medidas sanitarias, puedan recuperarse económicamente.

CELAYA, Gto; Uno de las profesiones que resultó muy lastimada a causa de la pandemia fue la fotografía, ya que con la cancelación de eventos religiosos, escolares y sociales las ventas cayeron un 80% para los fotógrafos Alejandra Ruiz González y Raúl Alejandro González Osornio, quienes decidieron emprender de manera temporal el negocio de venta de alimentos con servicio de moto mandando para generar ingresos a su hogar.

Alejandra Ruiz, cuenta que junto a su esposo ejerce la profesión de fotógrafo, en donde trabajaban de lunes a viernes en las escuelas, mientras que los sábados y domingos en eventos sociales y religiosos, donde ofrecían, además de la fotografía, video e incluso restauración de fotos.

En marzo de 2020 les dijeron que las escuelas cerrarían por 15 días, por lo que el trabajo que tenían quedó detenido, mientras que los eventos sociales y religiosos seguían realizándose, hasta que la situación con la Covid-19 se agravó y, por ende, la gente dejó de hacer fiestas, ceremonias, lo cual significó una disminución de clientes de manera drástica y, por lo tanto, de recursos económicos.

A un año de que empezó la pandemia el trabajo disminuyó en un 80%, además de que “al cerrar salones y todo, nos dieron en la torre tanto a fotógrafos, banqueteros, gente del sonido, que vende dulces, el que cuida el carro, el que vende desechables. Todo el mundo estamos sin trabajo. Según están reabriendo, pero aun así no hay eventos, la gente está un poquito asustada y no quiere hacerlos y aparte los salones, por las multas altas, prefieren no abrir”.


BUSCAR PLAN B


Después al verse en la necesidad de obtener recursos para solventar los gastos de sus seis hijos, así como los del hogar, decidieron poner un negocio de comida, donde la señora Alejandra cocina y el señor Raúl lo entrega a través de moto mandado.

“Hay mucha gente que sigue laborando, no tienen el tiempo de hacer de comer y salen a comprar tortas, tacos, pero muchos puestos de ese tipo han cerrado porque no han podido mantenerse, nosotros desde casa decidimos empezar a vender comida primero con los conocidos, después nos expandimos”.

“Como se hace de comer diario para la familia, decidimos que de lo mismo que nosotros hacíamos empezar a promocionarlo en el Facebook con los conocidos para poder sacar un poco de dinero extra, además de que mi esposo decidió meterse al moto mandado, porque le gente con motivo de la Covid no quiere salir y muchas personas adultas deciden mandar comprar sus cosas y nos estamos dedicando a eso, lo que hacemos de comer lo llevamos a domicilio”.


TRABAJO EN FAMILIA

Destaca que sus hijas además de promover el negocio, también se han encargado de promocionar a su papá y el servicio de moto mandado con sus amistades, lo cual le ha ayudado a tener más trabajo, porque muchas personas que lo han contactado se dedican a vender ropa, bisutería, entre otros artículos a través de Facebook y lo contratan para que entregue la mercancía.

Refiere que la entrada de dinero no es igual y por lo tanto no les alcanza para cubrir los gastos porque al estar en casa se gasta más en agua, luz, comida, detergente, entre otras cosas como la colegiatura que sigue igual, la reinscripción y los libros de sus seis hijos, pero a pesar de todo, agradece el tener otra forma de obtener recursos para su familia.

También refiriere que antes de la pandemia acostumbraba a salir con su familia a pasear los fines de semana cuando no había mucho trabajo o un contrato, pero ahora no lo pueden hacer por la pandemia y porque “los niños están pegados a la televisión, la computadora y tareas”.


NO HAY DINERO QUE ALCANCE

“Antes teníamos la rutina de salir a trabajar, ellos a la escuela, regresábamos, hacían tarea, nosotros trabajábamos desde casa y después salíamos, pero ahora hacemos comida, la entregamos, hacen tarea, llega el fin de semana y hacemos lo mismo, no hay un día de distracción, de descanso, y no hay dinero que alcance”.

En la cuestión de la escuela, la situación ha sido difícil, ya que antes los maestros les explicaban las clases y no les costaba trabajo hacer las tareas, pero ahora es diferente, en cada institución manejan la enseñanza diferente, por lo que unos tienen clases de 11:30 a 14:00 horas, mientras que a otros les dan el plan de trabajo, les dicen desde qué página a qué página deben hacer y eso les ha costado trabajo.

“Tengo niños en primaria, secundaria, preparatoria y universidad, por eso hablo de que todas las escuelas manejan distintos tipos de enseñanzas y sí se nos ha complicado un poquito más, hasta para ellos hacer las tareas”.


NO HUBO PISO PAREJO

De igual forma, comenta que se le hace injusto que las grandes tiendas abrieran durante todo el año, mientras que el trabajo que realizan los fotógrafos, los que rentan el salón, las mesas, sillas, los que venden piñatas, desechables, los que organizan fiestas, entre otros les pararon todo.

“Es un paro total de diferentes comercios al suspender eventos sociales cuando hay bares abiertos, es algo ilógico que una rama esté abierta y otras del trabajo estén cerradas. Son importantes las empresas grandes, pero también los eventos sociales creo que se pueden hacer con ciertas estrategias para que no hubiera tanto problema en poder volver a realizarlos”.

Finalmente espera que en el transcurso del año la situación cambie, que regresen los eventos sociales, religiosos y escolares para que, siguiendo las medidas sanitarias, puedan recuperarse económicamente.

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